El Amor De Antonio romance Capítulo 214

Tan pronto como dijo esas palabras, las expresiones de Alejandra y Lydia cambiaron, pero se recuperaron rápidamente.

Pero Clara se percató de ese breve instante de sus cambios.

Con una sonrisa significativa en sus labios dijo, -Creo que es mejor que les llame para que vengan.-

-¡No es necesario!-

-¡No es necesario!-

Otra vez, las dos rechazaron su propuesta al unísono.

Clara no pudo evitar reírse, -Solo estaba bromeando, ¿por qué estáis tan nerviosas?-

¡¿Solo estaba bromeando?!

Alejandra y Lydia se miraron y luego miraron a Clara que estaba riéndose triunfalmente, entonces se dieron cuenta de que ella las estaba tomando el pelo.

-¡Clara!- Las dos se pusieron de pie una tras otra, y estaban por tirarse encima de ella.

En ese momento, Antonio extendió la mano y llevó a Clara hacia sus brazos, luego miró a las dos personas que estaban a punto de tirarse sobre Clara.

-Clara fue dada de alta del hospital recientemente. No podrá soportar que os echéis encima de ella.-

En realidad, Alejandra y Lydia solo fingían que iban a tirarse encima de Clara, pero cuando él soltó esas palabras, se sintieron avergonzadas de pronto.

Alejandra sonrió, -Señor Antonio, lo sabemos.-

Por supuesto, sólo ellas dos sentían vergüenza, por su parte Antonio tranquilamente ayudó a Clara a levantarse, -Venga, vamos a comer.-

Clara les lanzó un guiño a sus amigas y luego caminó hacia el comedor con Antonio.

Alejandra y Lydia se miraron y suspiraron al mismo tiempo.

Vale, ahora que Clara tenía un apoyo, ya no podían divertirse sin tener nada en cuenta como antes.

En el comedor, el ambiente era animado.

-Clara, esta vez te has quedado muy débil después de la operación, necesitas comer más.-

Dicho eso, Alejandra tomó un muslo de pollo y lo puso en su plato.

-Eso, Clara, necesitas comer más.-

Lydia le puso una alita de pollo en su plato.

Clara levantó los ojos para mirarlas, sus ojos se movieron un poco, -Esto de tratarme bien repentinamente me hace sospechar que estáis tramando algo.-

-Clara, ¿cómo puedes pensar en nosotras de esa manera?- Lydia se inquietó.

Inmediatamente después, Alejandra le siguió el rollo, -Eso, ¿cómo puedes mal pensar nuestra preocupación?-

-¿Ah, sí?- Clara tomó el muslo de pollo y le dio un mordisco, luego continuó, -Decidme, ¿qué queréis que haga?-

Al escuchar eso, Alejandra suspiró levemente apoyándose la frente, -Clara, realmente no te queremos pedir ningún favor.-

-¿En serio?- Clara arqueó una ceja, todavía sin creerlo.

-De verdad. Venga, come.- Lydia tomó otro trozo de pescado y lo puso en su plato, dándole una mirada enojada.

-Está bien- Con eso, Clara tomó el muslo de pollo y le dio otro mordisco.

Entonces, las tres soltaron unas risas, parecía que la relación era realmente unida.

...

Después de la cena, Alejandra y Lydia se fueron.

Clara terminó la ducha y se sentó con las piernas cruzadas en la cama para desempacar el regalo de Alejandra y Lydia.

El regalo estaba envuelto en una capa tras otra, le costó mucho abrirlo.

Pensó que lo habían envuelto con tanto cuidado porque era un regalo muy valioso.

Pero en el momento en que lo abrió y lo vio, Clara puso una mala cara.

¿Qué demonios era eso?

Solo vio algo grande parecida a una gasa roja en la pequeña caja, extendió la mano para cogerla y extenderla.

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