Clara le entregó el Grupo González a Antonio, porque ella sabía que no tenía esa capacidad de gestionar los asuntos. Si todo dependía de ella, el Grupo González podría arruinarse.
Cuando le dijo esta decisión a Antonio, este le respondió, -¿Por qué me crees tanto?-
-Por supuesto, eres mi marido, eres en quien más confío.-
Esto era su repuesta en ese momento, pero en realidad, lo que realmente ella pensó era que Antonio, como un heredero del la familia Díaz, ¿es posible importarle ese grupo pequeño?
Claro que no.
Por lo tanto, en apariencia, ella era la presidenta de Grupo González, mientras que en realidad era Antonio quien realmente dirigía la empresa.
Lo que le molestaba a Clara por fin se resolvió.
Ella regresó a trabajar en Grupo Santa. Solo era un puesto de vicegerente del del Departamento de Medios de Comunicación, pero le interesaba mucho.
Por eso, ella estaba satisfecha.
Ese día, Telma le llamó a Clara a la oficina.
-Clara, recién has estado flojeando en tu trabajo- Telma dijo directamente.
Clara se sintió un poco embarazosa y dijo sonriendo rígidamente, -Sí.-
Se tomó mucho tiempo libre durante este tiempo, y ella no podía negar que realmente estaba aflojando en el trabajo.
Al ver su expresión embarazosa, Telma sonrió y dijo, -no es para reprenderte, sólo lo mencioné de pasada.-
Ella cogió un documento y le entregó a Clara, -Esta es el contenido sobre el caso de corrupción de Grupo Martí. Echa un vistazo y luego envíe a un periodista para hacer un seguimiento de los últimos avances del caso de corrupción.-
Al oír la corrupción de Grupo Martí, Clara lo cogió de prisa , abrió el documento para hojear, al mismo tiempo se sonó la voz de Telma, -este caso de corrupción se verá hoy en público en el Tribunal Popular de Ciudad Paz. Lo mejor enviar a un reportero al lugar de los hechos para obtener información de primera mano.-
-me voy.- Clara cerró el documento diciendo.
-¿Tú?- Telma frunció la ceja y dijo, pero todavía hay otro caso en tu mano
-Puedo completar todas las tareas. - Clara dijo con firma.
Telma alzó las cejas, -Bueno-
-¡Gracias!-
Hoy era el día de Audiencias públicas de casos de corrupción.
No era extraño que Alejandra que se tomara un tiempo libre.
Esa chica siempre era así, que enfrentaba a esas dificultades sola sin decir nada a ellas.
Clara sintió enojo pero lástima.
Pero si este caso era en público, significaba que ella podía entrar y ver en el lugar.
Para poder entrar en el tribunal, Clara se fue con Lydia.
Si no le recordaba mal, la familia Zabala conocía alguna persona poderosa en el tribunal.
Como era de esperar, nada más llegar a la puerta del juzgado, fueron recibidos por un joven con una gran sonrisa.
-Señorita Lydia, el juez me dejaba guiaros a entrar.-
-¿Pero dónde está el juez?- Lydia le preguntó.
-El juez tiene algo que tratar, no hay tiempo libre para veros.- el hombre dijo
-Bueno-, Lydia frunció el labio diciendo, -entonces dale las gracias al juez de mi parte.-
El hombre sonrió y les guió corriendo hacia el edificio.
Cuando entraron en la sala, vieron de un vistazo a Alejandra sentada al frente, pero en lugar de acercarse a ella, optaron por sentarse al fondo.
Por un momento, Clara no se atrevió a admitir que esos eran el tío y la tía que conocía.
¿Clara, por qué el tío y la tía se han convertido así? Lydia tampoco se atrevió a creer este hecho.
Ellas estaban tan tristes y dolorosas al ver a ellos, sin mencionar sus hija, Alejandra.
Cuando ella miró a sus padres, sus lagrimas no pudieron contenerse.
Estaban más delgados que cuando los había visitado antes en el centro de detención, y se le rompió el corazón.
Como por telepatía, la madre de Alejandra giró la cabeza, miró hacia la galería y vio a su hija de inmediato.
De repente, las lágrimas se asomaron a sus ojos.
Madre e hija se miraron con lágrimas en los ojos, las manos de Alejandra se aferraban a la barricada del bloque que tenía delante, con los nudillos blanqueados. Se mordió los labios para no gritar, su corazón estaba agriado.
Era evidente que estaban muy cercas, pero no podían acercarse.
Durante el juicio, los abogados de la parte de la familia Martí se mostraron agresivos en sus palabras, tratando de empujar al padre y a la madre de Alejandra al abismo con cada palabra.
Por el contrario, el abogado defensor Israel Gallo parecía mucho más tranquilo, captando siempre sin prisa los quiebros del abogado contrario y planteando preguntas.
Pero cada desafío fue desactivado uno a uno por el abogado del demandante, y al final, a Israel Gallo no le quedó más remedio que ver la actuación de la otra parte con cara fría.
El aspecto más perjudicial del caso de los acusados era que no tenían pruebas de su inocencia.
Pero el punto favorable era también esto, el demandante de la familia Martí también sólo produjo algunas cuentas falsificadas y la cuenta privada de los padres de Alejandra que fluyeron a cabo como prueba, dicha evidencia era demasiado delgada, simplemente no podía condenar a los padres y sus cargos.
Así que, al final, el juez tuvo que aplazar el juicio para otro día
Al oír esto, los tensos nervios de Alejandra se relajaron de inmediato, y todo su cuerpo cayó hacia atrás y sin fuerzas sobre la silla.
Gracias a Dios que está bien.
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