El Amor De Antonio romance Capítulo 366

Alejandra no estaba enfadada, pero Lydia sí. Cogió el cheque, miró el importa y soltó una carcajada. -La familia Colón era muy generosa. Un millón para comprar la relación de alguien. Eso es realmente demasiado generoso.-

Entonces, rompió el cheque delante de Sandra.

-¿Qué estás haciendo?- Exclamó Sandra.

Lydia arrojó el cheque destrozado a la cara de Sandra. -Vuelve y dile a la familia Colón. No es nada para ser rico. ¿Crees que puedes comprar todo con dinero? Te lo digo yo. Tú y los de la familia Colón nunca separarán a Alejandra y Guillen.-

-¡Tú!- Sandra la miró con exasperación. La ira en sus ojos era como si quisiera destrozar a Lydia.

-¿Yo? ¿Qué me pasa?- Se rió furiosamente. Sus palabras fueron más agudas. -A pensar que porque estás comprometida con Guillen, ¿y estás segura que se casará contigo? No seas tonta. No está enamorado de ti, sino Alejandra. Así que déjalo antes de que se ponga demasiado feo.-

Lydia pisoteó la llaga de Sandra antes de coger a Alejandra, que parecía estupefacta, y marcharse. Sandra se quedó allí de pie, con la cara torcida por la ira.

-Señorita... ¿Estás bien?-

Preguntó el guardaespaldas con cautela.

Sandra giró la cabeza y le dirigió una mirada feroz. -Tonto. Al verme acosada ¿ni siquiera sabes cómo ayudarme?-

El guardaespaldas bajó la cabeza y no se atrevía a hablar.

Sandra estaba aún más molesta con el guardaespaldas callado. -Tonto. Eres un puto tonto. Una mierda. Haré que el señor Eliazar te despida cuando volvamos.-

Se dio la vuelta con una zancada furiosa hacia el coche aparcado en la acera.

El guardaespaldas le estaba siguiendo en prisa.

-Gracias, Lydia.- Alejandra dio las gracias con especial sinceridad.

Lydia, que estaba conduciendo, estaba disgustada. -No te pedí que me dieras las gracias por ayudarte.-

Al decir gracias era demasiado raro entre amigas buenas.

Alejandra levantó las cejas. -Lo sé.-

Sonrió felizmente, -Pero no me siento bien si no te doy las gracias.-

-Eres una tontita.- Lydia puso los ojos en blanco y dijo enfadada. -Sí. Siempre eres muy educada. Me hace pensar que ya no eres mi mejor amiga.-

Alejandra sonrío. -Acostúmbrate.-

Lydia se río ligeramente y luego cambió el tema. -Así que eso es todo lo que es la prometida de Guillen.-

Ella había pensado que sería una belleza. Pero no sabía que era ordinaria y era tan arrogante.

Había un dicho que los feos hacían cosas que molestaban a la gente. Esa era el tipo de persona del que hablaba.

-Sólo este nivel. Pero al abuelo de Guillen le gustaba.- Alejandra movió sus labios.

-¿Su abuelo le gustaba?- Lydia se rió y dijo burlonamente. -Entonces deja que su abuelo se case con ella.-

-¡Lydia! No puedes hablar así.- Alejandra regañó.

-¿Por qué no? ¿Por qué la generación más joven tiene que pagar lo que la generación anterior ha acordado? Eliazar es demasiado egoísta.-

El tono de Lydia estaba lleno de indignación. Si era una mujer hermosa con calidad y modales, estaría bien. Pero era una mujer así. Realmente estaba lamentando por Guillen.

Alejandra se encogió de hombros, -El abuelo de Sandra y el señor Eliazar fueran compañeros de armas. Y salvó la vida del señor Eliazar.-

-Eso es aún más ridículo. Somos gente moderna. ¿Quién dice que hay que estar casado para devolver un favor? Podemos pagar de otras maneras.- Lydia creía que este Eliazar estaba realmente viejo, bromeando sobre la felicidad de su nieto.

-El señor Eliazar es un hombre de gran amor y lealtad. Hace promesas y las cumple. Así que no creo que lo esté haciendo mal.-

Cuando Lydia escuchó eso le ponía enfadada. -Alejandra, te están insultando con dinero. ¿Y todavía los defiendes?-

-En realidad...- Musitó Alejandra. -Creo que no necesariamente le dice el señor Eliazar que me de el dinero.-

-¿No es lo que quiere Eliazar? ¿Esa mujer se tomó las decisiones por su cuenta?-

Se encogió de hombros. -Tal vez.-

No era una respuesta segura. Eso hizo que Lydia pusiera los ojos en blanco. -Alejandra, creo que deberías dejar de pensar las cosas tan puramente. Ya sea que Eliazar lo diga o la mujer misma. Tienes que recordar que no eres aceptada por la familia Colón.-

Las palabras de Lydia no estaban equivocadas. Ahora no era aceptada por la familia Colón. Nadie sabía qué pasaría después.

Sandra dijo que si no aceptara el cheque y dejara a Guillen, estaría dañando sus padres.

Al pensar en esto, Alejandra se preocupó un poco. Sandra sólo estaba hablando o realmente quería hacer algo para herir a sus padres.

Sandra volvió a la casa de Colón enfadada. Vio que el hermano mayor de Guillen y su cuñada también habían regresado.

Se apresuró a ocultar su ira y se acercó, llamado amablemente. -Hermano mayor. Cuñada.-

Jonathan y su esposa Josefa estaban hablando con Eliazar. Al oír la voz, ambos levantaron la vista.

Josefa se sorprendió gratamente al ver que era Sandra. -¿Cuándo has vuelto?-

-Hace unos días.- Sandra tenía una ligera sonrisa en la cara y respondió en voz baja.

Ante la familia Colón, Sandra era una chica buena y dócil. Por eso era querida por la familia Colón.

-¿Por qué no me lo dijiste cuando volviste?- Preguntó Jonathan.

Sandra escupió la lengua. -Me he olvidado.-

-Veo que no te preocupas por mí y por tu cuñada.- Jonathan la miró con recelo, fingido estar desagrado.

Se apresuró a levantar las manos y juró. -Hermano. No es mi culpa. Tú y cuñada estáis a la cabeza de mi lista.-

-¿Es así?- Josefa levantó una ceja con un toque de interés en sus ojos. -¿No es Guillen que encabeza tu lista?-

-¡Cuñada!- Sandra dio un pisotón de vergüenza.

-Lo siento.- Se burló Josefa.

-No os voy a hablar.- Sandra corrió tímidamente hacia arriba.

La sonrisa de Josefa se desvaneció y el ceño se arrugó ligeramente. Dijo dirigiéndose a Eliazar. -No creerás que Guillen realmente no quiere casarse con Sandra, ¿verdad?-

Ha pasado un tiempo que había visto las noticias en Internet. Sabía que Guillen tenía novia. Al principio, ella y Jonathan no pensaron en nada. Los hombres eran playboys cuando no estaban casados. Era normal sentirse atraído por otras mujeres.

Pero cuando volvieron, Guillen quería romper su compromiso con Sandra por el bien de su novia. Eso fue una sorpresa para ella y Jonathan.

-Así parecía ahora.- Eliazar tenía un aspecto un poco sombrío. -Pero no dejaré que eso ocurra.-

-Abuelo, Guillen ha estado libre desde que era un niño. No es alguien que se comprometa tan fácilmente.- Jonathan conocía bien a su hermano. Temía que si le obligaban a hacer algo que no le gustaba, podría perder a un hermano.

-Está bien. Tendrá que comprometerse aunque no lo haga.- Dijo Eliazar con voz grave. Había un brillo siniestro en sus ojos sagaces.

Jonathan y Josefa se miraron. Desde que el abuelo dijo eso, entonces debería ser algo seguro.

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