El Amor De Antonio romance Capítulo 379

Lucas la había visto a Ofelia y obviamente ella sabía qué le pasó a su padre pero ocultó la verdad deliberadamente e incluso ofreció tantas pistas falsas a la policía que esta estaba improductivamente ocupado durante un tiempo. Vio que el hombre estaba obviamente enfadado, un destello de luz brilló en sus ojos y se inclinó hacia él, -Lo siento mucho. Sé que es inútil decir algo ahora, pero ¿podrías dejarme entrar para hacer la visita?

Si no hubiera sido por alguien que todavía no perdió la conciencia y envió a su padre al hospital para que lo rescataran, posiblemente su padre habría muerto temprano.

Entonces ahora vino para pedir la disculpa e incluso tenía ganas de visitar a su padre, todo lo cual parecía hipócrita en sus ojos.

-Es imposible dejarte visitar a mi padre- le miró con frialdad, luego cruzó por su lado hacia la sala y cerró la puerta.

La muchacha que fue rechazada y apartada cambió de expresión y miró la puerta con una mirada astuta como si fuera a quemarla hasta aparecer un hueco.

So motivo de venir aquí era muy simple, que intentaba conseguir la reconciliación privada con Boris, para que no ayudara a Clara a testificar ante su madre.

Sin embargo no esperaba que el hijo de Boris la rechazó tanto que incluso no la dejara entrar para verlo. En este caso, su objetivo no se lograría.

No pudo ser así y tenía que encontrar una manera para este caso.

Vio a una enfermera acercándose hacia aquí, entrecerró los ojos, tenía una idea y caminó hacia ella de frente.

Después de entrar en la sala, Lucas dijo a su padre que la hija de Ofelia estaba a la puerta y tenía ganas de visitarlo.

Al oír que era la hija de Ofelia, se emocionó y agarró el brazo del hijo, -Lucas, dile que salga en seguida. ¡No quiero verla!

Temía que la emoción de su padre fuera perjudicial para la salud, así que se apresuró a consolarlo -Papá, no te preocupes, le pedí que regresara y le dije claramente que no quieres verla.

Al oír estas palabras, se sintió aliviado, -Así está bien.

-Papá, ¿necesitamos contar esto a la señorita Clara?- preguntó.

Negó con la cabeza, -No hace falta. Temo que la señorita se preocupe mucho.

Asintió, -Tienes razón. Esto es un asunto trivial y podemos resolverlo nosotros mismos sin molestar a los demás.

Justo en este momento, la puerta de la sala fue empujada desde afuera.

Al escuchar el movimiento, Lucas volvió la cabeza y vio que la enfermera entró y le dijo con una sonrisa -Señor Merlo, venga para la medicina. El médico acaba de escribir una receta para el anciano.

-¿La medicina?- frunció las cejas con dudas, -¿Por qué el médico le da una receta a mi padre de repente?

Explicó -¿No es que el señor anciano dijo que no digiere después de comer? ¿El estómago está muy congestionado? Entonces el médico le recetó una medicina para ayudarle en la digestión.

-Así es- su padre realmente tenía este problema, entonces la siguió y salió de la sala sin duda.

Justo cuando se fue con la enfermera, la puerta de la sala vecina se abrió y salió afuera Cecilia. Echó una mirada al hombre detrás de la enfermera y luego caminó hacia la sala de Boris y abrió la puerta.

-Lucas, has regresado tan pronto- al oír el ruido, creía que su hijo regresara después de recoger la medicina pero cuando levantó la cabeza y vio que era Cecilia, se abrieron los ojos grandes y estaba atónito completamente.

-Boris, cuanto tiempo sin verte- caminó hasta ante él con una sonrisa en la cara.

Reaccionó y reprochó seriamente -¿Para qué vienes? ¡Aquí no estás bienvenida!

Al ver que estaba emocionado y mirándose a sí misma con indignación, sonrió aún más y dijo con calma -Vengo para visitarte. Los que vienen son invitados, incluso soy la primera señorita de la Familia González. Me muestras una actitud como así, ¿está bien?

-¿Los que vienen son invitados? ¿La primera señorita de la Familia González?- se burló fríamente y se lo corrigió -Siempre hay la única señorita de la Familia González y ella es la señorita Clara.

Su expresión se congeló, pero se recuperó pronto, rápidamente ocultó la infelicidad en sus ojos, y aún sonrió y dijo -Boris, aunque no confiesas que soy la hija de la Familia González, no discuto esto contigo. Hoy vengo aquí para pedirte la disculpa.

-¿Disculpa?- como si hubiera oído una broma, se burló varias veces “jeje” y la miró con frialdad, -Señorita Bellido, no puedo soportar tu disculpa. Salga de aquí, por favor.

Enfrentándose con esta actitud, a ella no le importaba nada. Se rió, luego sacó un papal de su bolsa, se acercó y lo dejó en la mesita de noche.

Dio una mirada y vio que era un cheque.

-¿Qué significas?- se volvió más despiadado.

-Esto es lo que he presentado. Mi madre te empujó hacia abajo por un accidente y no fue intencional. Pienso que lo entiendas claramente también. Entonces, creo que entre nosotros, una reconciliación privada es la mejor manera para ambos.

La miró fijamente y dijo palabra por palabra en voz profunda -¿Crees que estoy acostándome aquí por un error casual de tu madre?

Arqueó las cejas, no respondió sino preguntó -¿Acaso que no?

-¡Por supuesto que no!- le contestó en voz alta, -Obviamente tu madre tenía preocupación de que yo iría a revelar vuestra intriga de dañar a la señorita Clara y quería matarme para ocultar todo. ¿Por qué dijiste que fue un error accidental?

Al oír estas palabras, la sonrisa en su rostro se congeló, entrecerró los ojos y cambió de una mirada sombría, -¿Has contado todo esto a Clara?

Fingió no escuchar su pregunta y sencillamente dijo enérgicamente -Quedad en espera de pagar las consecuencias vosotras ambas.

Lo miró en silencio y no dijo nada en un tiempo largo.

Ahora su actitud era muy clara y quería ayudar a Clara para luchar contra ellas y a la vez buscar justicia para él mismo.

Mientras realmente acusara a su madre ante la policía, cien por cien su madre tendría que ir a la cárcel.

Pues, ¿qué sirvió aunque vino aquí hoy?

Se lo recordaba qué habló su hijo en la llamada cuando acababa de llegar y arqueó las comisuras de la boca. Efectivamente, donde una puerta se cierra otra se abre.

Después de calmarse, fingió preguntar casualmente -Boris, ¿te trata bien tu nuera?

Esta pregunta de súbito le sorprendió un poco y luego la miró alerta con enojo, -¿Te importa?

Se rió, -Claro que no. Pero sé que tu nuera no te trata bien.

Solo estaba tentando su acción. Cuando oyó esas palabras, en su cara apareció repentinamente un rastro de tristeza. Fue tan rápido que si no lo observaba detalladamente, no lo hubiera visto.

-Estás equivocada. Mi nuera me trata muy excelente- contestó como así.

-¿Así es?- surgió una sonrisa rara en su boca, -Pero hace poco estaba escuchando la llamada entre tu hijo y nuera. Ella no espera que regrese a casa sino ordena a tu hijo para mandarte al asilo de ancianos.

-¡Tonterías!- se emocionó.

Sonrió con calma, -¿Estoy diciendo las tonterías? Lo sabes en tu corazón.

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