El Amor De Antonio romance Capítulo 407

Aunque realmente no creía lo que dijo Nora, pero pensando en la expresión pensativa de Antonio anoche, no pudo evitar preocuparse de si realmente encontró un problema.

Originalmente, iba a regresar a la empresa. Pero dio una vuelta en la cruzada y condujo en dirección al Grupo Nevada.

Ella debe preguntarle personalmente a Antonio si realmente no puede hacer nada sobre el asunto del padre de Lydia como dijo Nora, su madre.

Debido a que no hizo una cita con anticipación, la recepción no la dejó ir directamente, pero notificó a las personas en la oficina del presidente.

Fue José Campos quien bajó a recogerla.

Al entrar en el ascensor con José Campos, Clara miró pensativamente al hombre que había estado con Antonio.

José Campos sintió la mirada de la esposa del presidente, frunció el ceño incómodamente y luego se volvió para mirarla, -Si la señora quiere preguntarme algo, puede preguntarme directamente-.

-¿En serio?-, Clara lo miró con sospecha.

-Sí-, José Campos asintió con la cabeza, -Solo pregunte lo que quiera preguntar. Le diré la verdad si lo sé-.

Dado que él dijo esto, entonces ella le lanzó la pregunta.

Entonces, preguntó sin rodeos, -¿Antonio tiene dificultades en los últimos dos días?-

José Campos se sorprendió por un momento, luego reaccionó y luego le preguntó con una leve sonrisa, -¿Por qué de repente preguntas así?-

-No cambies de tema. Puedes contestarme sí o no-.

-No-, respondió José Campos sin dudar.

-¿En serio? ¿No me mentiste?-Clara lo miró con sospecha.

José Campos se rió, -En serio. ¿Cómo me atrevo a mentirte?-

Eso es.

Clara frunció los labios. Pero como ya llegó el ascensor al piso, no lo cuestionó más y salió del ascensor primero.

Y José Campos, que caminaba detrás de ella, se secó el sudor en secreto. Si Antonio no se lo hubiera dicho con anticipación que no podría informarle a su esposa sobre los asuntos de últimos dos días, no podría mantener el secreto como así.

Si no, el presidente definitivamente lo culpará.

Afortunadamente fue así.

Al empujar la puerta de la oficina del presidente, Clara vio de un vistazo a Antonio que estaba mirando el documento con seriedad. Las comisuras de sus labios estaban dobladas y Clara se acercó lentamente con pasos ligeros.

Pensó que estaba trabajando en serio y que tal vez no se hubiera dado cuenta de que ella entraba.

Quién sabe, cuando ella se acercó al escritorio, él de repente levantó la cabeza y curvó los labios hacia ella.

-Oye, ¿cómo sabes que entré?-, Murmuró Clara fingiendo estar insatisfecha.

Antonio sonrió, -Escuché el sonido cuando abriste la puerta-.

Clara enarcó las cejas, miró los documentos que tenía en la mano, se dio la vuelta y preguntó, -¿Estás ocupado?-

-Más o menos, está bien-, Antonio dejó los archivos y la miró, -¿Por qué vienes a la empresa a verme?-

-Es que…-, Clara reflexionó por un momento, -Nora ha venido a la ciudad Paz-.

Cuando escuchó el nombre de "Nora", Antonio frunció el ceño, -¿La has visto?-

-Sí, la he visto-.

El aire cayó en un silencio solemne en un instante, Clara lo miró silenciosamente. Era obvio que su expresión no era tan relajada como hace unos minutos, sino un poco seria.

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