El amor del Ceo mexicano romance Capítulo 6

El Ceo mexicano Cristóbal Altamirano llamó a su asistente personal Martín Vázquez

Prepara todo lo que necesito para casarme en dos horas, también prepara un contrato prematrimonial con los datos que te enviaré por escrito!

El Ceo no le dio tiempo ni de responder, Martín Vázquez se quedó pegado al teléfono pensando qué había escuchado mal, hasta estuvo a punto de llamar de nuevo al Ceo para confirmar su petición, su jefe siempre había dicho que jamás se casaría, pero si le llamaba de vuelta cómo era de cruel y despiadado lo más probable es que lo despediría!

El asistente se apresuró a juntar los documentos necesarios, el juez, testigos y todo lo qué se necesitaba para la boda de su gruñón jefe,

no me pagan lo sufieciente pensaba él

su jefe, el Ceo de hielo cómo le decían todos en la empresa tenía la fama muy bien ganada de ser él más cruel y de mal genio de todos los Ceo del país.

Antes de qué él llegara a solicitar el trabajo de asistente habían pasado muchos por el puesto, algunos después de un solo día de trabajo habían salido llorando de la oficina del presidente para no regresar jamás.

En la habitación de la clínica el poderoso hombre, le preguntaba el nombre a la hermosa trigueña vestida de novia

Cómo te llamas mujer? dime tu nombre

Mi nombre es Camill, Camill Rodríguez!

__ cuál es el tuyo?

Camill observaba el frío e inexpresivo rostro del imponente hombre esperando su respuesta, al no recibir ninguna le bella mujer perdió la paciencia

Aaaash! tu arrogancia es gigantesca!

No soy arrogante! Cristóbal casi gruñe en respuesta

Claro qué sí! eres cómo la bestia de bella, malhumorado, malheducado y seguramente sin una mujer qué te quiera!

cómo te atreves? Son miles las mujeres qué matarían por estar a mi lado!

Sí! por tú dinero seguramente, por qué dudo mucho qué sea por tú carisma y simpatía!

Camill estaba en la camilla mirando feo a Cristóbal

Cómo sea, no me importa cómo te llames! de todas formas no me interesa estar cerca de ti, ni qué seas mi amigo!

Cristóbal levantó una ceja con desagrado, ninguna mujer antes le había hablado de esa manera tan altanera, las mujeres se rendían ante su atractivo rostro y el apellido que llevaba, apellido qué le habría las puertas de todo el mundo.

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