5 meses atrás
****perspectiva de Luisa****
Me encontraba en mi trabajo como mesera de una pequeña cafetería, trabajaba ahí desde más de dos años, no pagaban mucho pero era un trabajo estable, el dueño era una persona muy estricta pero a pesar de eso me agradaba trabajar aquí.
Mi jefe no estaba contento conmigo ya que después de la noche borrosa, me había tomado dos días libres, necesitaba despejarme, meditar y sobre todo asimilar mi nueva realidad, afortunadamente para mí me sentía bastante bien y no había visto a Héctor, desde ese día no me volvió a buscar, como dice mi hermana él se lo pierde.
Ese día la cafetería no tenía muchos clientes, así que mi compañera me indico que se tomaría un descanso, para mi desgracia veo acercarse a mi ex novio Héctor con una chica a su lado muy sonriente, respire hondo antes de esbozar mi mejor sonrisa e intentar hablar de la manera más profesional y natural como pude. Me acerque a ellos para colocar el servicio correspondiente es su mesa.Y entregarle a cada uno los menús a la vez que los saludaba.
-buen día, puedo ofrecerlas un café o alguna otra bebida en lo que están listos para ordenar- intente no verlos a la cara ya que todavía me dolía ver a ese hombre y más de la mano de otra mujer que no fuera yo. Era tono no después de que me humillara de esa manera.
-buenos días- respondieron al unísono- yo quiero un jugo de naranja- respondió la chica.
-sabes lo que me gusta espero que esta vez no me defraudes – contesto Héctor, trate de no pensar en nada, poner mi mente en blanco y mi rostro se mantuvo impávido.
-perfecto, me retiro les traeré sus pedidos, ¿quieren agregar algo más?- pregunte con una expresión adusta.
-si quiero uno huevos divorciados.
–comento la chica, mientras me miraba de arriba abajo.
-enseguida- comente y me retire no soportaba seguir interactuado con ellos, sabía que solo me trataba de cabrear y no lo permitiría soy una mujer muy orgullosa era mi única defensa que tenía para sobrevivir.
-que recuerde nunca te gusto este lugar -comente de manera petulante –cuando salimos nunca pusiste un solo pie aquí- no sé cómo me las arregle para hacer tripas mi corazón y no llorar ya no lo soportaba me quería causar problemas en mi trabajo ¿con que fin?.
-señorita es por eso que derramo el café, ¿por qué no me puede superar?, madure no todo el mundo gira a su alrededor, sé que es poco pedirle para una persona que no tuvo padres que la guiaran y por eso es usted tan inútil. – en cuanto termino su frase no pude soportarlo más y le lance una bofetada muy sonora, ahora lo entendía todo esa era su manera de desquitarse conmigo de algo que yo no tuve al culpa, solo buscaba humillarme.
-Que está pasando aquí- dijo la voz de mi jefe por detrás, lo único que pude pensar en ese momento fue rayos mi trabajo.
-lo siento señor, discúlpeme me deje llevar pero el caballero aquí presente me humillo- deje escapar lo primero que se me vino a la mente, no sabía cómo actuar.
-humillar, quien es el más humillado señorita me vacío la taza de café encima y como si fuera poco me agredio- se volvió hacia mi jefe- disculpe señor pero no volveré a este establecimiento, mientras tenga personas tan poco profesionales trabajando en el- escupió Héctor, al mismo tiempo que agarraba del brazo a la mujer con la entro y salía del lugar, cuando desapareció del paisaje, mi jefe se volvió a mí y solo dijo.
-a mi oficina- lo seguí con los ojos en el suelo sabía que me quedaría sin trabajo, ya me lo había comentado, no había vuelta atrás ese hombre me culpaba por engañarlo, nunca me dio la oportunidad de dar mi versión de los hechos y como si fuera poco consiguió que me quedara sin trabajo.
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