EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 175

En el restaurante de Gonzalo.

Después de lo ocurrido en la bodega, Marisol evitaba a toda costa toparse con Gonzalo, quería pretender que no había pasado nada entre ellos, y Alfredo era un cliente recurrente. Ese día Gonzalo esperó pacientemente a Marisol en el estacionamiento a que ella saliera de trabajar. 

-¿estás tan arrepentida de lo ocurrido?  ¿que no eres capaz ni de saludarme? – ella se espantó porque él apareció de la nada y por un instante no supo qué decir y no tenía ni la menor idea del porque evitaba hablar con Gonzalo.

-¿de qué estás hablando? Y ¿qué pretendes con espantarme de esa manera? –dijo muy nerviosa

-de que le pusiste los cuernos a tu novio ¿ya no lo recuerdas?- dijo acercándose a ella, ella lo miró con reproche y le gritó.

-yo no le puse los cuernos a nadie porque no tengo novio y de mis actos en una borrachera no los recuerdo si me disculpas me voy porque estoy muy cansada- dio la vuelta con la intención de subirse al auto y Gonzalo la tomó del brazo.

-¿qué pretendes en jugar conmigo de esa manera Marisol?-dijo muy desesperado, ya que no entendía nada a esa mujer.

- yo no estoy jugando a nada, me disculpo contigo si ese beso te causo confusión, discúlpame no vuelve a pasar porque besas tan mal que no  lo quiero recordar- dijo muy despreocupada pero en el fondo lo que quería es salir corriendo del lugar.

-Así beso muy mal ok, pues entonces si tu besas tan bien enséñame-  la jalo hacia él y le planto un beso en los labios muy dominante y con enojo ya que se sintió humillado por las palabras de Marisol.

Ella al tomarla por sorpresa no dijo nada y solo abrió los ojos como platos estaba molesta pero por alguna razón no lo apartó en primera estancia hasta segundos después.

-¿qué te pasa? ¿Por quién me tomas?-Marisol lo empujó con gran fuerza para limpiarse con las manos la boca.

él se frustro ya que su beso no fue respondido y solo suspiro definitivamente esa mujer no sentía nada por el así que la dejaría en paz.

-solo quería que me enseñaras a besar pero como veo que ni tu misma lo sabes hacer, no te apures buscare a una mejor profesora por otro lado- eso la enfureció y pensó no te gusto mi beso veras como te voy a besar y será una cachetada con guante blanco ya lo veras.

Al llegar a casa de Luisa, Rocío se encontraba sentada en la sala de estar ella era la niñera de Erick el hijo de Estela ya Alicia lo había reprendido muchas veces por no perdonar a su madre él la saludaba pero era bastante frío con ella.

Ella lo entendía pero siempre tenía la esperanza de que él la perdonará –hola hijo, ¿cómo estás? – se animó a hablar con él, Joaquín estaba por darse la vuelta pero Alicia lo detuvo y le indico -no puedes ser tan rencoroso ya te pidieron perdón, una cosa es que la quieras como  a una madre y otra muy diferente a que la perdones el perdonar te ayudará a salvar tu propia alma-

El solo suspiro y Alicia tomó a Erick en sus manos se dio la vuelta y los dejó solos –hijo estoy muy satisfecha de verte feliz y a lado de una excelente mujer como lo es Alicia por favor valorará-

El no decía nada pero, ya había pensado muchas veces que tenía que perdonar a su madre y no sabía cómo hacerlo – Roció te agradezco por darme la vida pero me es muy difícil aceptar el hecho de que tú me abandonarás en aquel orfanato pero te perdono solo tenme paciencia para poder verte como lo que eres- dijo bajando la cabeza, el corazón de Roció se llenó de felicidad y lo abrazo era un comienzo después de todo. Platicaron de todo lo ocurrido y ella le indicó lo que estaba ocurriendo en casa de Sara que lo prudente era no acercarse en ese momento.

Enseguida llegó Marisol que entró junto con Alicia y se quedaron platicando en la sala de estar, pronto se unieron a ellos Luisa, Julián y Esteban quienes también llegaban.     

La vida siempre te trae sorpresas y ninguna persona se cruza en tu camino por casualidad y tú no entras en la vida de nadie sin ninguna razón, estas personas con las que compartes tu día  a día siempre son para darte o una lección o una bendición, solo hay que abrir bien los ojos.