*** Perspectiva de Sofía***
Después de una mes de reposo absoluto Adrián por fin le habían autorizado salir a la empresa durante su reposo en casa no estaba tan alejado de las actividades trabajaba desde casa yo lo esquivaba no había cruzado palabra alguna con él, acudía a ver a mi hijo en compañía de Troy, las reparaciones de la casa habían marchado más despacio de lo que habíamos imaginado Troy y yo o la verdad a ninguno de los dos nos urgía mudarnos no quería llevar a mi hijo con él y supongo que él sentía lo mismo no se llevaban tan bien como había esperado.
Le había prometido a Troy no cruzar palabra con Adrián, pero sabía que no podía cumplir esa promesa estaba muy deseosa de verlo y saber cómo estaba de su propia voz, pero no me atrevía a hacerlo ya que el último día que se habían visto fue el día del beso.
Estaba muy ocupada cuando tocaran a mi puerta e ingresaron pensé que era mi secretaria y no levanté la cabeza sólo le indique- deja los documentos en el escritorio los revisaré después- pero en cambio sentí como alguien se sentó frente a mí.
-hola Sofía- me dijo con una voz muy ronca, que me estremecí, no quería verlo me sentía tan incómoda por su presencia pero contesta sin levantar la mirada- hola ¿Cómo has estado? -
-¿ni una mirada me merezco?- solo cerré los ojos no sabía cómo actuar después de unos segundos me arme de valor, alce la mirada y le indique - claro perdón pero estoy muy concentrada en mi trabajo –y le dedique mi sonrisa más sincera que tenía.
- me regalarías un abrazo, te he extrañado mucho- comentó y se levantó y yo hice lo mismo lo abrace me sentía tan cómoda en esos brazos, definitivamente ese hombre era el amor de mi vida y nunca podría enamorarme de otro, pero ahora estaba más lejos de mi alcance, nos quedamos por unos minutos que para mí fueron horas, pronto me repetí a mí misma no debes de acercarte a este hombre es muy tentador.
-me alegra que estés muy bien- dije separándome de él y volviendo a mí asiento con mis piernas tambaleando-
-Alan te extraño mucho, gracias Sofía nunca te agradecí por darme un hijo tan hermoso e inteligente-me dijo poniendo su mano sobre la mía, me puse tan nerviosa que solo asentí con la cabeza.
-te quería decir que antes de salir herido ya había hechos los arreglos pertinentes para hacer el cambio de apellido espero que no te hayas echado para atrás y me permitas poner mi nombre en al acta de nacimiento de mi hijo – mi corazón estaba a mil por hora si tan solo esto hubiera pasado antes de casarme hablar tan tranquilamente con él.
-no para nada- y puse mi otra mano sobre la de él – como comentaste mi hijo solo se merece la verdad, y te agradezco lo que haces, sé que no es nada fácil hacerlo pero – la puerta se abrió de repente era Troy.
-¿qué significa esto Sofía?- dijo al percatarse de nuestras manos, retiramos las manos y me levante muy enojada- ¿Por qué entras así a mi oficina?, ¿Qué te pasa?, solo estoy conversando con mi hermano- dije para tranquilizar las cosas pero no me gusto referirme a Adrián de esa manera.
-¿con él? ¿o con tu querido “hermano”?- dijo otra vez molesto. Sentí que me hirvió la sangre tenía ganas de gritarle que sí que me iría a tener relaciones con Adrián porque con el si me sentía mujer, pero solo caye, agarre mis llaves y mi bolsa.
-Troy quiero el divorcio-solté fríamente y Salí de la habitación ya no soportaba estar ahí, pero yo misma me había provocado todo esto, primero Adrián me había humillado ahora era este idiota pero ya no podía soportar más, era mil veces estar sola que con alguno de los dos, me case porque quería ser feliz.
Cuando estaba por subirme al auto Troy se subió en el asiento del copiloto – como no quería hablar con él, cerré la puerta del auto y me di la vuelta camine hacia la salida, el me alcanzo y me tomo de la muñeca – Sofía te lo pido por favor hablemos esto de manera racional, mira soy muy celoso y el que tu estés trabajando con él no me ayuda, porque no renuncias y trabajas conmigo- dijo muy esperanzado
-no Troy de verdad quería que mi matrimonio contigo durará toda la vida pero, nunca voy a poder estar alejada de Adrián es el padre de mi hijo y la empresa donde trabajo es propiedad de mi padre y de la cual soy socia, así que como veras o cambias tu actitud o te olvidas de que existo y me concedes el divorcio de forma voluntaria y pacífica- le comente y me sabe de su agarre y corrí hacia la calle dejándolo solo.
Para mi buena fortuna un taxi pasaba cerca del lugar y me pude alejar lo más pronto posible.
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