El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 119

Cuando era casi el mediodía, Mauren López bajó de las escaleras.

Llevaba una simple camiseta y jeans, la cara todavía estaba familiarizada con las pecas.

Senda Pérez estaba sentado en el sofá del vestíbulo para trabajar.

Este hombre ocupado, que solía aprovechar cada minuto y segundo, no volvió a la empresa y trabajaba aquí, lo cual era un poco inesperado.

-Senda.- Mauren solo pudo intentar fingir que había olvidado todo lo de anoche.

Pero esos clips locos, su rostro sudoroso y sus brazos fuertemente musculosos, siempre permanecían en su mente.

Su rostro todavía estaba rojo otra vez, pero a excepción de un rostro descontrolado, las otras expresiones eran bastante naturales.

Al ver las pecas en su rostro, Senda lo encontró particularmente agradable a la vista.

No era que no se veía bien sin pecas, sino que no era tan familiar como esta Mauren actual.

Finalmente, realmente ella regresó.

Mauren se acercó a él y lo llamó en voz baja.

Senda respondió suavemente, -Sí.-

Este vestido le hizo fruncir el ceño, -¿a salir?-

Acabó de huir del muerte, esta vez, ¿ella se atrevía a salir?

Sin embargo, la perpetradora había sido enviado a un hospital psiquiátrico y no debería ser peligroso salir ahora.

-Voy a conocer a Liz Gutiérrez y los demás, se están volviendo locos.- Aunque ella había hablado claramente con Liz por teléfono.

Pero, antes de verla en persona, nadie podía estar realmente seguro.

-La forma en que me veo ahora es completamente diferente a la de anoche. No habrá ningún problema.-

No la reconoció la primera vez que la vio, ¿no? Demostraba que esta técnica de disfraz seguía siendo muy excelente.

Senda no dijo nada, pero anoche...

El hombre levantó los ojos, su mirada se posó en ella.

Cuando Mauren fue visto por él, todo su cuerpo pareció quemarse repentinamente por un fuego furioso, estaba muy incómoda.

Siempre ella pensaba en la noche que se pasaroon juntos en la cama. Cuando lo ella pensaba, su cuerpo se sentía más cálido e incómodo.

No, no, tenía que apurarse para alejarse de este hombre, de lo contrario, siempre pensaría en las imágenes que hacían que la gente se sonrojara y palpitara.

Los latidos de su corazón eran tan rápidos que su pequeño corazón estaba casi fuera de su contralado.

Mirando a Senda nuevamente, la miró con calma, no diferente de antes.

Mauren estaba un poco frustrada al descubrir que los sentimientos de este hombre hacia ella no habían cambiado en absoluto, sino que simplemente durmió toda la noche.

Y ella, frente a él, era como un ratón al ver un gato, encogida, evasiva, nada generosa.

Ella respiró hondo y trató de parecer más tranquila, -Señor Senda, me voy primero.-

-Hedi...- La voz de Senda se detuvo abruptamente, y dijo nuevamente, -Ian.-

No sabía de dónde salió Ian Pinto, -Señor Senda, ¿qué pasa?-

Efectivamente, era un guardaespaldas en la sombra, y la gente no podía descubrir su existencia en absoluto.

Mauren no podía ver de dónde aparecía en absoluto. De todos modos, cuando escuchó el sonido, este hombre estaba casi frente a ella.

¡Era realmente increíble!

-Envía a Mauren.- Senda ordenó.

-No, no, no, solo voy solo, solo busco un conductor...-

Ian era número uno junto a Senda y el guardaespaldas en la sombra más poderoso, ¿cómo se atrevía a usarlo?

Sin embargo, con una mirada fría de Senda, Mauren no se atrevió a decir una palabra.

Sus ojos le decían claramente que si no lo aceptaba, continuaría quedándose en casa.

Ni siquiera piense en salir o algo así.

Mauren suspiró y miró a Ian con impotencia, -Entonces, te molestaré.-

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