Al encontrarse con la mirada profunda y helada de Senda, Mauren apretó los labios.
-No estoy interesada en ser una de tus mujeres muchas. Si deseas a Bita López, no te detendré.-
De todos modos, a Bita le gustaba mucho, aunque tenía un corazón vicioso, al menos no lo haría daño.
Dado que su consejo era superfluo para él e incluso lo consideraba una acción de celos, sería inútil que ella dijera más.
-Como no hay nada más, volveré a la escuela.- Se dio la vuelta y se fue.
De repente, la puerta se cerró de golpe cuando ella abrió una costura.
La gran palma de Senda presionó la puerta y la puerta se cerró herméticamente en un instante.
Mauren miró hacia atrás y se encontró con su mirada fría-Señor Senda, ¿hay algo más?-
-¿Me estás fastidiando intencionalmente?- Senda entrecerró los ojos, apretó su barbilla con sus dedos largos de repente.
Mauren frunció el ceño, aunque no tenía mucha fuerza, no la pellizcó de dolor.
Pero esta sensación de ser controlada, no le gustó en absoluto.
-Señor Senda, ¿no entiendo a qué te refieres?-
¿Podría ser que debería aceptar su hermana nueva?
-¿Te importa el asunto sobre Bita?- No podía explicar este asunto.
Abuela no quería que los demás supieran la relación entre Bita y ella, por lo que tuvo que mantenerlo en secreto.
Pero Bita no fue su mujer. ¿Ella realmente no sabía si tenía otras mujeres?
¿No lo sabía o no quería creerlo?
-¿Por qué debería hacerlo caso? Qué tipo de mujer quieres es tu derecho. ¡Mi relación contigo era falsa!-
-¡Mauren López!-
-¿Me equivoco? ¿No dijiste que después de dos años, seguiremos nuestra vida propia?-
Pero, ella también no sabía por qué lo molestaba intencionalmente.
¡Pero ahora, ella no pudo hablar con él con calma!
¡Reconoció a Bita como hermana! ¿Qué más pudo decirlo?
Esa mujer fue su enemigo antiguo. En toda su vida, ¡era imposible que ella y Bita convivieran juntas en paz!
Senda no quería hablar, ¡cada palabra de esta mujer lo molestó mucho!
La abrazó abruptamente, bajó la cabeza para besar sus labios.
Solo al sellar estos dos labios, ella no pudo decir las palabras que lo enojaron.
Mauren no esperaba que todavía estuvieran discutiendo en ese momento, pero ahora necesitaban hacer cosa cariñosa.
Hombres, ¿realmente pensaban en los problemas con su cuerpo bajo?
-¡Suéltame!- Presionó con fuerza, no quiso completamente darle la oportunidad de acercarse a ella.
Senda estaba un poco inquietante, esta mujer era irrazonable.
De repente la abrazó de lado y se acercó a ese escritorio grande.
-Senda Pérez, ¿qué vas a hacer?- Estaba tan familiarizada con esa mirada.
Oscura, profunda, estaba llena de mensajes de conquista.
Este era el cuarto de estudio, ¿qué quería hacer exactamente?
-¡Suéltame! ¡Senda Pérez, no me toques! ¡No me toques!-
-No dejes que lo toque. ¿A quién quieres tocar?- Se enojó, la presionó contra el escritorio y estuvo a punto de desabrochar su ropa.
Mauren lo pateó con enojo, pero su pie fue agarrado por su mano grande y su tobillo fue levantado directamente por él.
-¡Suéltame!- ¡Esta postura fue vergonzosa!
Afortunadamente, hoy no llevó falda, de lo contrario, estaría descubierta con esa postura.
-Senda Pérez, no estás calificado para tratarme así, ¡déjame ir!-
-¡Soy tu prometido!- No estaba calificado ¿Quién estaba calificado? ¿Noan Pérez?
-¡Es falso!- Gritó Mauren y apartó su mano con fuerza.
-Sabes que nuestra relación es falsa, ¿por qué todavía haces esto? ¡No soy tu mujer, no quiero ser tu mujer!-
Fue porque su corazón se sintió un poco amargado y esas lágrimas inútiles se escaparon sin saberlo.
Senda bajó la cabeza, sus labios acariciaron con fuerza sus mejillas.
Pero no esperaba que lo que probó sus labios fue el sabor desesperado y sus lágrimas ...
Acaso ella lo odió tanto que ni siquiera quería que él la tocara.
Pensó que en realidad podrían ir más lejos.
Pero esta chica podía reírse libremente frente a cualquiera y podía llevarse bien con cualquiera. Pero él fue el único a que no quería acercarse.
El entusiasmo lleno, después de saborear sus lágrimas, como si una llama que se apagara instantáneamente con agua fría.
Soltó a la mujer que había dejado de luchar, se puso de pie y miró a ella con frialdad que estuvo despeinada.
No quería verla llorar, pero al ver su apariencia desesperada. Las palabras que pronunció se volvieron duras e hirientes.
-Me haces perder el apetito.-
-¿En serio?- Mauren abrió los ojos y lo miró con frialdad-El señor Senda tiene que forzar a una mujer que te hace que pierdas el apetito. ¿Podría ser que el señor Senda realmente no puede encontrar a otra mujer?-
-¿Crees que eres la única para mí?-
-¿No es así?- Se burló Mauren, incluso habló en un tono burlón.
-Si no, ¿por qué te comportas con tanta impaciencia y entusiasmo cada vez?-
¡Este tono fue como ver su broma!
¿Qué tipo de personaje era el señor Senda? ¿Cuándo se había burlado de él una mujer así?
Qué fría era la sonrisa en sus labios en ese momento, qué frío estaba su corazón.
De un golpe paf, se cerró el cuaderno. La tiró, como si tirara un desperdicio que no quería.
Senda se abotonó la camisa uno por uno, su rostro volvió frío como habitual y sus movimientos siempre fueron elegantes.
El impulso y la brutalidad hace un momento, en este momento, no había nada huella en su cuerpo.
Mirando a la chica desordenada que yacía en el escritorio.
La mirada no tenía nada temperatura-¡Vete!-
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