El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 158

Desde el momento en que se marchó de la familia Pérez, Mauren se puso a recomponer su estado de ánimo.

Algunas cosas era mejor decirlas para quedar en claro, como no había futuro, ya no había nada más que pensar.

Ahora que la conversación ha llegado a este punto, todos ya lo tenían claro.

¿Fue porque pensó que le gustaba?

No, no fue porque pensó que le gustaba, simplemente no quería repetir el mismo error que cometió en su vida anterior.

En cuanto a esta mujer Bita, si se atreve a tocar a su gente, aunque sea la “hermanita” del Señor Senda, definitivamente no la dejará en paz.

Justo cuando entraba a la empresa, Liz se acercó a ella con pasos rápidos y con una expresión enfadada.

-¡Mauren, mira, que asquerosa es esta mujer! Llamó hermano al Señor Senda y publicó sus selfies en el Pabellón de Río, ¡mira!-

Mauren echó una mirada a la pantalla del teléfono de Liz.

Era Bita publicando sobre los deliciosos platos que su simpático hermano mandó hacer hoy al cocinero.

Dentro de las nueve fotos de selfies, había fotos de ella sentada en la mesa, también en la sala principal y las últimas tomadas en la puerta principal del Pabellón de Río.

Parecían selfies, pero las palabras el Pabellón de Río estaban claramente visibles en la parte trasera, así que ¿quién no podría verlas?

En cuanto a los comentarios de abajo, eso es lo interesante, un montón de gente diciendo “¿Qué esto no es el Pabellón de Río del Señor Senda?”

Otros sentían envidia, diciendo que el Señor Senda se había convertido en su hermano.

Liz siguió bajando los comentarios, pero Mauren no quiso leerlos.

-Son sólo cuentas cualquiera, no hay nada que ver aquí-

No fue más que un grupo de personas que trataban de aclarar las cosas que no habían quedado claras en la publicación.

Los comentarios que obtuvieron el mayor número de “me gusta” decían que el Pabellón de Río era propiedad del Señor Senda, que Bita y el Señor Senda cenaban juntos y que Bita llamaba hermano al Señor Senda.

La táctica de Bita sigue siendo superior, sus propias publicaciones no aclaraban las cosas o las dejaban poco claras.

Pero las personas que comentaron lo analizaron tan claramente y esos comentarios del análisis siguieron fijados en la parte superior.

La gente después de ver las publicaciones, con sólo echar un vistazo a los comentarios que estaban en la parte superior, ¿Acaso podrían seguir sin entender?

Los comentarios de abajo, por el contrario, había bastante gente que de verdad sentían envidia e incluso celos.

Por supuesto, también hubo gente que mencionó el nombre de Mauren y comentándolo varias veces.

Básicamente era, ¿cómo puede Mauren la fea esta, soportar al Señor Senda?

O sino era que el Señor Senda siempre estuvo con las dos hermanas de López.

Incluso hay quienes piden que el Señor Senda deje a la fea Mauren y que esté con la bella, gentil y amable hermana mayor.

Por supuesto, también hubo quien insultó a Bita por acercarse al Señor Senda por fama, pero tales comentarios, sin embargo, rápidamente quedaron al fondo de la publicación.

-Mauren, ¿no te enoja? ¡Llamo hermano al Señor Senda! ¡Esta mujer es tan sinvergüenza!-

-Pues ella debería llamarle hermano- Mauren dejó su cartera y abrió su computador portátil para trabajar.

-¿Qué? Mauren, ¿qué te pasa? ¿Qué relación puede haber entre esa mujer con el Señor Senda?-

Liz pensó un momento y se asustó -El Señor Senda no está realmente con ella, ¿verdad?-

-No lo sé- Si estaban juntos o no, quién lo sabía, él no tenía la obligación de decírselo.

-¡Mauren, cómo puedes tener esta actitud, el Señor Senda es tu prometido!-

Ahora que su prometido estaba siendo llamado públicamente hermano por otra mujer, ¿no se sentía mal por ello?

Mauren finalmente giró un poco la cabeza y la miró -¿He dicho que mi relación con el Señor Senda no era tan real?-

Por eso, ¿Qué más tenía que hacer ella?

Apartando el computador portátil, se levantó y se dirigió a la otra oficina.

-¿Dónde están todos?-

-Todos están adentro- Liz la siguió.

Había tres personas en la pequeña oficina, Xavier estaba coloreando y Jorge delineando.

Y el último estaba sentado en el rincón más alejado, con el pelo revuelto, la cara desaliñada, la misma ropa del día anterior y la cara grasosa.

-Dios mío, ¿cuánto tiempo no has vuelto al apartamento?- Mauren parecía completamente aturdida.

Roberto ni siquiera la miró, Mauren sabía que el tipo siempre estaba así de concentrado cuando creaba.

Pero el Roberto de ahora estaba notablemente más delgado que el de hace dos semanas.

No se veía demacrado, pero de verdad había perdido peso.

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