Hedi se quedó un poco atónito, tartamudeando y sin poder decir nada.
¿Quién iba a saber “qué tan enfermo” estaba el Señor Senda antes de entrar y verlo por sí mismo?
Pensó que había dicho lo suficientemente grave, pero quién sabía que cuando entrara y lo viera, pareciese que era aún peor.
Senda los miró y en realidad no mostró mucha debilidad.
Pero un hombre como él, su habitual presencia imponente era casi como un Dios de la guerra.
Ahora que el Dios de la guerra estaba tumbado en la cama, con los ojos apagados, aunque no dijera ni una palabra, podía hacer que la gente se sintiera apenada.
Mauren ya no quería hacerle caso a Hedi y extendió la mano para tocar la frente de Senda.
La temperatura estaba normal y se sintió aliviada.
Viéndole que no decía nada y soló la miraba, le preguntó suavemente -¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?-
-Mareado- Como él supuestamente estaba con una “conmoción cerebral” en este momento, así que esa palabra debería ser la mejor respuesta.
Hedi miró a Orson y le susurró -Bueno, Señor Orson, mejor salgamos primero-
Sin embargo, Orson se quedó mirando a Senda que estaba en la cama del hospital y a Mauren sentado junto a la cama, sin decir nada.
Nunca había visto esa faceta de su hermano mayor, dispuesto a sacrificarse por una mujer.
Esa presencia fría desapareció por completo en cuanto entró Mauren.
En realidad, estaba un poco disgustado, pero lo que hacía Senda, no tenía forma de exponerlo.
Tampoco había ninguna razón para exponerlo.
Por no hablar de que Senda ni siquiera necesitaba fingir, sólo tenía que calmar un poco su presencia fría, ya era suficiente para hacer que una mujer se sintiera afligida.
La mirada de Orson pasó por encima de Mauren una vez más antes de darse la vuelta y salir de la habitación.
Hedi le siguió fuera -Señor Orson, ¿ha venido manejando en coche hasta aquí?-
Sin embargo, Orson se detuvo en un extremo del pasillo y le miró fijamente.
Aturdido por su mirada, Hedi sintió un escalofrió recorriendo por su cuerpo.
No se había dado cuenta de que la mirada del Señor Orson podía ser tan extremadamente fría, no lo había notado antes.
- Señor… Señor Orson, ¿tiene algo que quiera decirme?-
-¿Por qué está herido Senda?- ¿Sólo unos cuantos residentes y unos cuantos ladrillos podrían hacerle daño? ¡Eso era simplemente imposible!
Hedi sabía que si no decía la verdad, no había forma de ocultar esto.
Dudó antes de decir con sinceridad -Era por... salvar a la Señora Mauren-
Efectivamente, ¡era otra vez esa mujer!
Por ella, Senda se había visto envuelto en peligro varias veces, ella era como un tumor venenoso que podía poner en peligro la vida de Senda en cualquier momento.
-Señor Orson, este asunto no tiene nada que ver con la Señora Mauren-
En cuanto vio esa frialdad del Señor Orson, Hedi supo que las cosas no iban bien.
La última vez que esa gente se llevó a Liz y trató de detener el compromiso entre el Señor Senda y la Señora Mauren, fue en realidad el Señor Orson quien hizo que alguien lo hiciera.
El Señor Orson sólo quería detener el compromiso entre el Señor Senda y la Señorita Mauren la fea de la familia López, no es que quisiera hacerle algo a Liz o a Mauren.
Sólo que esos hombres se sintieron provocados después de haber llevado a Liz a la isla.
Pero a partir de esto, ya estaba claro que al Señor Orson nunca le había gustado que Mauren y el Señor Senda estuvieran juntos.
-¿A Senda le gusta tanto Mauren?-
Salir herido por Mauren ya no era algo que hubiera ocurrido una o dos veces.
Ahora era sólo una lesión en la cabeza, pero quién sabe que algún día pasa a ser una lesión fatal.
Incluso había ofendido a la gente de Isla Paraíso por esta mujer.
Todo el mundo sabe que el jefe de Isla Paraíso, cuando se vuelve loco, ¡sería totalmente un psicópata!
Ahora la gente de Isla Paraíso ha estado buscando una oportunidad para vengarse del Señor Senda, y esto ¿acaso no es culpa de Mauren?
-Señor Orson, la Señora Mauren es la prometida del Señor Senda y cuando la prometida está en peligro, es normal que el Señor Senda la salve-
-Sólo te estoy preguntando si realmente le gusta Mauren-
De hecho, esta pregunta, después de ver cómo se comportó Senda hace un momento, Orson ya tenía la respuesta en su mente.
Quizá ni el propio Senda se dio cuenta de que estaba demasiado apegado a esa mujer, ¡demasiado!
Era la única que se había escabullido sola.
La intención que tenía era venir a ver cómo estaba el Señor Senda y si estaba bien ella volvería a su oficina a seguir escribiendo el guion.
Pero ahora, parecía que estuviera bien pero también parecía que no estuviera bien... Mauren estaba un poco indecisa.
Regresar a casa o no, era una pregunta que incluso se estaba pensando todavía.
De repente, Senda levantó la mano y presionó la frente con su largo dedo.
-¿Qué pasa?- Mauren se sobresaltó y se apresuró a ayudarle -¿Te ha vuelto a doler la cabeza?-
No dijo nada, no quería prestarle atención.
-Haré que el médico venga a echarte un vistazo-
-¡No!- Levantó la colcha y quería bajarse de la cama.
Mauren se acercó inmediatamente y le sujetó el brazo.
-El médico dijo que tienes una conmoción cerebral leve y que te marearás en cualquier momento, así que ten cuidado-
-Estoy bien- Senda se sentó en el borde de la cama, con un aspecto frívolo, no había casi diferencia a su aspecto habitual.
-Si tienes algo que hacer, haz que Hedi te lleve a la escuela-
-Voy a... volver más tarde- Sí tenía algo que hacer, pero cómo iba a ir cuando el Señor Senda estaba así.
La expresión del hombre se volvió descontenta al instante.
Ella de verdad iba a volver a la escuela, ¿no había quedado de acuerdo en ir a casa con él?
Le empujó ligeramente la mano -Puedo hacerlo yo mismo-
El frío Señor Senda no era muy agradable de tratar, si no estuviera todavía herido, Mauren probablemente no se habría atrevido a acercarse tanto.
-¿Qué vas a hacer?- No se atrevió a ayudar, pero tampoco se atrevió a alejarse.
-El médico te ha dicho que descanses más, si no pasa nada no te levantes de la cama-
Senda se levantó de todos modos, sin embargo, su cuerpo alto se balanceó ligeramente en el momento en que lo hizo.
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