El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 202

Ella estaba sentada en la mesa más dentro y cerca de la ventana de la planta octava de Resturante JH.

Se puso un vestido sin mangas. Se veía elegante y diosa como antes.

Roberto la vio mucho tiempo cuando caminó hacia a la mesa.

Cuando ella lo descubrió y lo miró, él dejó de mirarla.

-No he pensado. De verdad eres tú, Dídac.-

Llara lo saludó y pidió que se sentara enfrente.

Llara sonrió y la sonrisa era muy atractiva, -Cuando te veo hoy, casi no puedo reconocerte. No espero que mi antiguo compañero de la asociación ya se convierte en mi enemigo.-

Roberto no respondió nada. Su pelo estaba un poco largo y cubrió la mayoría de su cara.

Y su barba también estaba un poco larga. No se veía muy limpio y se veía como un artista.

Pero estaba más limpio que un artista normal.

Llara vio su cara y su sonrisa desapareció.

-¿Por qué te fuiste?- Llara preguntó en voz baja.

Roberto siguió callado pero Llara tenía mucha paciencia y le sirvió un vaso de agua.

-Si no quieres hablar de las cosas pasadas, comemos primero.-

Llara llamó a un camarero y le dijo que ahora podía servir. Luego el camarero llevó los platos que pidió antes.

-Que aproveches. Es la comida que te gusta.- Toda la noche ella estaba muy amable.

Roberto vio los platos y se sentía un poco triste.

-¿Te gusta beber un poco por la noche? Te he llevado un vino de mi colección. Prueba.-

Llara le sirvió media copa de vino, -Prueba un poco. Estoy segura que te va a gustar.-

A lo mejor Roberto no sabía qué hacer o qué quería hacer. Roberto levantó la copa y bebió todo.

-Nadie bebe tan rápido como tú. Así estás desperdiciando mi colección.-

Llara sonrió y realmente no le importaba que bebiera tan rápido. Además le sirvió con los palillos.

Roberto no habló nada y terminó la comida.

Casi bebió toda la botella del vino.

Roberto no podía beber mucho. Después de beber toda la botella, estaba un poco borracho.

La chica se veía más guapa ahora.

Tenía la cara bella y la sonrisa dulce. Ella era la persona que estaba en su corazón.

Roberto tocó el frente. Estaba un poco borracho pero no estaba muy borracho.

Roberto bebió todo el vino de la copa y puso la copa en la mesa que significaba el fin de la comida.

Cuando quería decir adiós a Llara, Llara tomó su mano que estaba en la mesa.

-Dídac, vuelve a ayudarme. Antes fuiste de mi equipo. ¿Por qué ayudas a otros a competirme?-

Su mano era caliente y suave. Roberto la cogió con fuerza.

Su mano le hacía cómoda y no se sentía tan solo como antes.

Hace mucho tiempo Roberto quería coger su mano y ella lo rechazó.

Siempre había muchos hombres estupendos que estaban con ella. Y él nunca tuvo la oportunidad.

Roberto quería sacar la mano y Llara la cogió con más fuerza.

-Después de que te fuiste, mi vida no está bien. No he tenido ningún proyecto fructífero este año.-

Llara se puso triste y se humedecieron con lágrimas sus ojos.

-Ya sabes que no puedo perderte. Y sabes que los éxitos que obtuve antes eran por tu apoyo.-

Llara lo acercó y puso su mano a su pecho donde estaba el corazón.

-Dídac, que vuelvas, por favor.-

Sus lágrimas se cayeron desde su cara y llegaron a su mano.

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