El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 216

Normalmente, cuando una princesa tenía problemas, un príncipe acudía a ayudarla.

Así que, en realidad, Llara Ojeda tenía una pequeña fantasía en su corazón cuando lo hizo.

Tal vez, alguien se abalance y la salve como hizo Senda con Mauren.

Hasta que el palo golpeó realmente su muñeca, hasta que el cono de dolor se extendió desde su muñeca y casi se desmayó por el dolor.

-¡¡¡AHHHH!!!-

Los gritos venían del callejón, y la gente que pasaba por fuera no podía evitar mirar hacia dentro.

Pero, nadie estaba intimidando a la chica, era ella la que se hacía daño.

Así que no hubo nadie que se atreviera a entrometerse.

Además, en el callejón se respiraba una atmósfera extraña y espeluznante, y nadie se atrevía a entrar en él para meterse en líos.

Analola María llamó a los servicios de emergencia, la última pizca de compasión que tenía.

Mauren miró el brazo de Senda. Llevaba una camisa de manga larga, y desde fuera no pudo ver ningún cardenal.

Pero el palo de madera acababa de golpearle con mucha fuerza, y no se sabía si había aparecido algún hematoma bajo la camisa.

-Tú…-

-Ven a casa conmigo. - Senda seguía sonando enfadada.

Mauren se congeló un poco, ¿realmente Senda seguía enfadado hasta ahora?

-Tengo clase mañana por la tarde. - La excusa era en realidad un poco exagerada.

El humor de Senda empeoró y se dio la vuelta y se alejó.

Liz dio un codazo en el brazo de Mauren y el resto del grupo miró la espalda de Senda mientras se marchaba, y era evidente que no estaba de muy buen humor.

Y todo el mundo sintió que había algo de soledad en su espalda cuando se fue solo.

-Mauren…- Liz le dio otro codazo.

Liz no puede soportar ver una figura tan solitaria de un hombre guapo, ¡es tan patético!

A Analola María también le pareció mal que se entristeciera un hombre tan guapo.

-Mauren, la clase no empieza hasta mañana por la tarde, todavía hay mucho tiempo. Además, aunque tengas clase por la mañana, te dará tiempo a llegar a la escuela, tienen sus propios conductores privados. -

En realidad, Mauren era muy consciente de estas cosas.

Sólo que había una mujer en esa casa, y realmente no quería volver.

¿Pero de qué estaba huyendo ella misma?

Era su hogar por ahora, y en cambio Bita López, por alguna razón, seguía viviendo en su casa... ¿necesitaba esconderse de Bita?

No lo necesitaba, pero era molesto de ver.

Senda se dirigió al coche y Hedi ya le había abierto la puerta.

Pero, en el momento en que Senda entró, Hedi miró detrás de él y sus ojos se iluminaron, - ¡Mauren! -

¡Oh, Dios mío, ¡Mauren realmente volvió por su propia voluntad!

Durante este tiempo, Hedi tampoco sabía qué pasaba con Senda y Mauren, y aunque no se peleaban, la fría violencia daba miedo.

Especialmente para ellos, los empleados, también se sintieron afectados.

Durante el tiempo que Mauren estuvo fuera, Senda fue simplemente una adicta al trabajo todos los días.

Todos los empleados de la empresa, tenían que seguir el horario de Senda.

Todas las noches, todos, excepto el personal de limpieza, tenían que trabajar hasta tarde con él hasta la madrugada.

Hedi ha estado física y mentalmente agotado últimamente, y si esto sigue así, se va a colapsar.

Mauren sonrió a Hedi y miró hacia el coche.

Senda estaba sentada en el asiento trasero del coche, con sus largas piernas dobladas, pareciendo que descansaba con los ojos cerrados.

Pero emitía una señal de -no te acerques a mí- que Mauren podía sentir desde fuera del coche.

-Mauren, entra en el coche, Senda te está esperando. -

Hedi conocía bien a Senda, Senda parecía difícil de comunicar, pero en realidad su corazón de jefe no era malo, sólo era un signo de timidez.

Normalmente, Senda iba en el coche y se sentaba en el lado derecho de la última fila.

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