El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 238

A las 8:00, el banquete ya estaba listo.

Como fue Angelo quien invitó a las personas, aunque era una invitación temporal, ya vino mucha gente.

Podía decir que Angelo le dio suficiente respeto a Mauren esta noche. Porque a las ocho y cuarto, ya apareció.

Angelo, quien siempre era amable y elegante como una brisa de primavera, estaba vestido con una camisa y pantalones de blanco esta noche.

Este color de su vestido, que se volvería atrasado si no tenían cuidado, no solo no era de mal gusto, sino que incluso era tan elegante como un inmortal.

No se sabía a cuántas mujeres les fascinaba, cuyos ojos se clavaron en él sin moverse.

Angelo parecía también estar de buen humor esta noche, con una sonrisa en los labios.

Fue esa sonrisa casi invisible hacía que las chicas sentaban picazón con muchísimas ganas de lanzarse para comerle a la vez.

A las ocho y media, la atmósfera de todos se elevó a un nuevo nivel, porque Senda ya se prensentó.

Al enterarse de que Mauren celebró una rueda de prensa a las siete, Bita se volvió enojada mucho.

Esperó hasta que Senda salió del trabajo finalmente para contestar a las llamadas telefónicas de ella.

Senda también estuvo de acuerdo de que mañana ella iría al Departamento de Finanzas para que le asignaran fondos, y Hedi González le sellaría.

Pensaba que su velocidad era absolutamente rápida, y en dos días podría celebrar una rueda de prensa para anunciar el establecimiento de su departamento de Animación.

Con una velocidad tan rápida, ¡dejó inesperadamente a Mauren hacer todo esto antes que ella!

¡Qué tipo de éxtasis le había hecho a Angelo para que este le obedeciera tanto!

La ira finalmente se alivió cuando ella y Senda entraron juntos al salón del banquete.

Porque vio los ojos asombrosos de los hombres y también sintió el fuerte odio y los celos de las mujeres.

En ese momento, su vanidad quedó muy satisfecha.

-Senda, nuestra abuela dijo que recientemente le gustaba el olor de osmanthus, ¿qué te parece si plantamos un bosque de osmanthus en el Pabellón de Río para que la abuela pueda dar una vuelta y relajarse cuando tenga tiempo?-

No se atrevió a acercarse demasiado a Senda, quien siempre era muy repugnado a las mujeres.

No solo no le permitía caminar de su brazo, sino tampoco estar menos de tres pasos de él.

Sin embargo, cuando hablaban, la parecida relación cercana seguramente haría que el grupo de mujeres se pusieran locas por el celo.

-Bien.- Senda respondió ligeramente, con la actitud acostumbrada, ni frío ni caliente.

¡Pero estaban discutiendo sobre asuntos familiares!

La voz de Bita no fue muy alta, pero tampoco baja en absoluto.

Las chicas a su alrededor por donde pasaron lo oyeron claramente.

Hacía un momentito Bita dijo la palabra “nosotros” ¡Por dios, vivían juntos!

Bita sabía ciertamente cuánto afectarían sus palabras al corazón de las mujeres.

Pero le gustaba esta sensación de ser envidiada e incluso odiada por ellas: cuanto más la odiaban, implicaba que más popular ella estaba.

-Senda, vamos a ver por cierto si hay nueva especie de osmanthus al regresar por la noche, de acuerdo?-

Senda no respondió.

Sin sentir ninguna vergüenza, Bita se lo acercó todavía sonriendo sin cambiar el rostro.–

-Senda, la abuela dijo que ya hacía mucho tiempo sin ver el mar. La llevemos al mar cuando estés libre recientemente, vale?-

Senda frunció el ceño y la figura decepcionada de la anciana apareció en su mente.

Desde que ella se enfermó, básicamente casi nunca fue a ningún otro lugar excepto al hospital y a la casa de la familia Pérez.

Probablemente, debería acompañarla a dar un paseo.

Asintió con la cabeza y siguió caminando calmo hacia la multitud del salón del banquete.

Bita sonrió con gracia y arrogancia: ¿lo escucharon estas mujeres quienes ni siquiera tuvieron la oportunidad de decirle ni una palabra?

Senda asintió a cualquier cosa que ella hubieran dicho.

¿Quién no creería que ella tuviera un lugar especial en el corazón de Senda?

-¿Está aquí Senda?- Angelo puso la copa en la bandeja del camarero y lo recibió personalmente.

-Senda, qué honor tengo que venga usted.-

-Angelo me invitó llamando en persona. ¿Cómo puedo rechazar su hospitalidad?-

Senda tomó la copa de las manos del camarero.

Angelo también volvió a tomar una otra y brindaron, -¿He oído que la familia Pérez también quiere montar negocios en el anime? Lo siento, hice primero.-

-¿En serio?- Senda arqueó las cejas.

¿La familia Pérez quería hacer anime? Parecía que no tenía mucha impresión.

Tenía esa idea porque Mauren quería hacerlo.

No obstante, cuando la chica decidió cooperar con la familia Atenas, él no pensó en eso ninguna vez.

-¿No lo sabías?- Angelo sonrió levemente, lo cual le sorprendió un poco.

Sus subordinados hicieron mucho caos en la empresa de Angelo por la mañana dando vocerías de que le harían mala suerte a la familia Atenas.

Resultó que el jefe ni siquiera supo de eso.

Sin embargo, Angelo no era el tipo de persona a la que le gustaba quejarse, especialmente de cosas tan pequeñas.

Fue Bita quien hizo mohín con sus delgados labios, algo insatisfecha murmurando, -Senda, apenas accediste a asignar fondos para hacer anime por la noche, ¿cómo lo olvidaste tan pronto?-

Senda la miró sin tomar esa cosita en serio.

Él asintió con la cabeza, pero no quiso prestarle más atención, mirando a Angelo, y dijo, -¿Tienes tiempo libre el próximo mes para salir a relajarnos un poco?-

-Como tú me invitas, por supuesto tengo. ¿Adónde quieres ir?-

- A País A-, dijo Senda a la ligera.

Pero Angelo frunció el ceño, -Allá ... es un caos, ¿de verdad quieres ir?-

-Sí.- Debían resolver algunas cosas lo antes posible.

El caos a veces no era algo malo.

Los héroes nacían en tiempos caóticos. Quizás esta vez podría descubrir a personas geniales.

-Voy a preguntarle a Rocío.- Si no le informaban a Rocío sobre algo tan importante de que Senda se iría al País A, cuando lo supiera, definitivamente se pondría loco.

-Bien.- Senda asintió con la cabeza, puso la copa vacía en la bandeja del camarero y tomó otra de nuevo.

Su mirada inconscientemente se movió hacia alrededor del lugar sin contemplar nada deliberadamente como si solo mirara casualmente.

Pero como su hermano, Angelo al menos pudo adivinar un poco sobre su comportamiento.

-No ha llegado todavía. ¿Qué pasa? ¿Quieres verla?- se veía una sonrisa ligera en su cara.

Pero Senda lo miró y resopló con frialdad, -¿Cómo? ¿Estás muy libre recientemente?-

¿El que la familia Atenas solo montó un departamento de Animación mereció que se esforzara tanto por ayudar?

Él era el líder de la familia Atenas, quien tenía el estatus más alto solo debajo de su papá.

¿Es razonable que una persona tan poderosa gastó tiempo y esfuerzo en un pequeño departamento recién establecido?

-Senda, parece que no estás muy ocupado tampoco, ¿verdad?- respondió Angelo, para no quedarse atrás.

Si realmente estaba tan ocupado, ¿por qué asistió a un banquete pequeño?

Aunque llamó personalmente para invitarlo, etso no fue realmente importante para Senda.

Asignó 30 millones de euros, una cifra demasiado enorme para Mauren y otros, pero para ellos mismos, ese volumen de dinero podría ser el gasto para salir una vez.

A este tipo de banquete seguramente personas como Senda no querían asistir.

Bita no podía entender de qué estaban hablando en absoluto. Aún peor, ¡los dos la ignoraron y habían olvidado su existencia completamente!

-Senda, como me siento un poco cansada, por qué nosotros no...-

Senda no la hizo caso y miró rápido hacia todo el salón.¡Finalmente, su mirada permaneció en cierta figura de repente!

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz