El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 248

Angelo casi se quedó dormido, y de repente se despertó por estar asustado por Mauren.

Mirando su reloj y frunció el ceño, -Son las tres de la mañana.-

Volvió a mirar a Mauren, que estaba frotándose los ojos, obviamente también acabó de despertarse.

La voz ronca de Angelo estaba llena de somnolencia, -¿Por qué gritas en medio de la noche sin dormir?-

-Angelo, por favor, llévame a la familia Atenas.- Mauren le dio a sí misma unas palmaditas en las mejillas con fuerza.

Por fin, estaba completamente despierta.

Olvidó algo muy importante por haber estado pensado en lo de Leide anoche.

Sacó su móvil, no había llamadas perdidas ni mensajes sin leer. ¡Inesperadamente no había nada!

¿Qué estaban haciendo ellos? Sabiendo que llegaba tarde, ni siquiera le hicieron una llamada.

-Angelo, tengo una cosa muy importante, ¿puedes llevarme primero a la familia Atenas?-

Angelo se quedaba de bruces contra el volante sin hablar ni responder.

Mauren sabía que Angelo se sentía incómodo porque acababa de despertarse y aún no reaccionó de la somnolencia.

Aunque estaba ansiosa, no siguió apremiando, y solo podía esperarle.

No sabía cuánto tiempo había pasado, por fin Angelo levantó la cabeza del volante y la miró, -¿La familia Atenas?-

Por faltar gravemente de sueño, se vería que el fondo de sus ojos estaba muy rojos.

Mauren se sentía un poco culpable, en ese momento Angelo debería haber estado durmiendo plácidamente en la gran cama de su casa.

Pero esta noche, no solo no podía irse a casa, sino que también tuvo que dormir en el coche para acompañarle.

Y ahora, tenía que ser interrumpido mientras dormía y llevarle a otro lugar.

Este hombre había sufrido mucho después de encontrarse con ella.

Esta fue la primera vez que Mauren se sentía un poco culpable por Angelo.

-Lo siento…-

-¿Tienes prisa?- Preguntó de repente.

Mauren miró la hora, ya eran más de las tres, por supuesto que tenía mucha prisa.

Pero ellos no la habían buscado, y parecía... tal vez... no hiciera falta tener tanta prisa.

Al fin y al cabo, ya había tardado tanto tiempo, deberían haber empezado a preparar la mayoría de las cosas.

-Puedo ir un poco más tarde, pero aún tengo que ir.-

-Primero acompáñame a ir a un lugar.-

…El lugar al que iba a ir Angelo con ella resultó ser un restaurante.

Pero, a esta hora...

-Angelo, si no te importa, te llevaré a un restaurante.-

-No como comida de la calle.- Ya podía imaginar una estudiante pobre como ella adónde le podía llevar a comer.

Seguramente sería un puesto de comida en la calle.

Con la experiencia de la última vez, al pensar en el sucio aceite en las mesas y sillas del puesto de comida en la calle, por mucha hambre que tuviera, de repente perdió el apetito.

-¡Ya tienes tanta hambre hasta que te duele el estómago, no seas tan quisquilloso.- Mauren no pudo evitar poner los ojos en blanco.

Si no le hubiera visto fruncir el ceño ni le preguntara, no sabría que Angelo tenía enfermedad estomacal.

Anoche, la conferencia se llevó a cabo a las 7 y pico, y el banquete a las 8, y él ni siquiera cenó. ¿Cómo no sabía encontrar algo para comer primero?

Como ellos, se alimentaron apresuradamente antes de que se desarrollara la conferencia.

Cuando estaban en el camerino, Roberto también le traía un montón de comida, para no preocuparse por tener hambre.

Pero este señor noble, prefería no comer nada enfrentando a la comida ordinaria.

Parecía que así le resultó la enfermedad estomacal.

-Conozco algunos restaurantes que estaban abiertos hasta el amanecer, pero en realidad no son lugares de lujo.-

Todos los restaurantes que había encontrado él estaban cerrados.

¿Cómo era posible haber restaurantes de alta gama abiertos en este momento? A menos que estuviera reservado.

-No como comida basura.- La volvió a repeler Angelo.

¡Era muy quisquilloso con lo que comía!

¡Mauren realmente se quedó impotente por su obstinación!

¡Un hombre tan quisquilloso merecía un extremo dolor del estómago!

-No es comida basura, vamos.-

... Después de unos diez minutos, se sentaron en un restaurante de fideos.

La propietaria llevaba una simpática sonrisa en su cara, y cuando trajo los dos platos de fideos, no pudo evitar mirar a Angelo unas cuantas veces más.

-Qué buena suerte tienes niña, encontraste un novio tan guapo e incluso quiere acompañarte a cenar a esta hora tan tarde, ¡qué raro!-

-Él no es mi novio.- Mauren le sonrió, -Es solo mi amigo.-

-¡Vamos, no seas tímida! ¿Qué tipo de amigo estaría acompañándote a esta hora?-

Era difícil ver a un hombre tan guapo en un lugar tan pequeño.

-Este chico guapo te miraba como si quisiera tragarte. Conocía tantos chicos durante estos años, ¡y nunca lo leeré mal!-

-¡Cof!- Angelo, que finalmente se había convencido a sí mismo de beber este té espeso, casi lo escupió.

-¡Vaya, el chico guapo también está tímido! ¡Jajaja! No diré nada más, continuad.-

La propietaria sonrió, pero agregó unas palabras antes de irse, -Niña, cuando miraste por la ventana hace un momento, el chico guapo te miró seis veces. ¡Las conté claramente!-

Mauren se quedó sin palabras, cogió los palillos desechables y se los metió en la mano de Angelo, que ya se puso rojo.

-¡No te miré, no soy tan desvergonzado ni me interesan las mujeres de otras personas!-

-Vale.- Ella asintió, sin prestar atención.

-¡No quería tragarte, solo es que tengo hambre!- Su voz sonó impotente.

-Vale.- Mauren solo asintió y separó los palillos para sí misma.

-Come ya, los fideos deben comerse mientras estén caliente, y estarán deliciosos.-

Pero Angelo creía que todavía tenía mucho que decir, debería explicarlo claramente, ¡pero maldita sea! ¡Parecía que a esta chica no le importaba en absoluto!

¿Ella no confiaba en su explicación?

-¡No tengo ni intención para la mujer de mi hermano! ¡Por supuesto que no!-

-¿Vale… eh?- Mauren, que estaba a punto de disfrutar de su comida, levantó la cabeza y lo miró con expresión de sorpresa, -¿Hermano?-

Ella frunció el ceño.

En la última vida, sabía que Senda tenía varios hermanos, el segundo, el tercero y el cuarto.

Los había visto varias veces en el identificador de llamadas de Senda.

Pero no sabía quiénes eran esas personas.

¿Era Angelo uno de ellos?

-Tú y Senda…-

-¡No lo pienses, no me refiero a eso!- Angelo se quedó aturdido, porque no esperaba que lo revelara.

No sabía qué le pasaba recientemente, cuando estaba frente a esta chica, incluso parecía menos inteligente.

Pero... -Mauren, realmente no me gustas.-

-Ya lo sabía, pero no necesitas repetir tantas veces, ¿hace falta que me lastimes hablando así?-

-¿Te he lastimado?- Angelo estaba realmente tan avergonzado que no sabía qué decir.

Incluso se olvidó si la miró hace un momento.

Podía ser que sí, pero definitivamente no era por gusto, él solo... solo quería saber lo que ella estaba pensando.

¿Dijo que quería tragarla? ¡Qué tontería!

Tenía mucha hambre y quería ... ¡tragarse este plato de fideos de un bocado!

Respecto a lo de Angelo y Senda, Mauren no siguió preguntando.

Como no quería decir nada, entonces seguía preguntárselo que se trató de ponerle en una situación delicada.

-Cómelo, es realmente delicioso, pruébalo.-

Angelo bajó la cabeza y empezó a comer fideos.

Se veían sosos, sin tener nada especial.

Pero ahora tenía mucha hambre y, aunque no eran bonitos, lo más urgente era llenarse el estómago.

Cuando estaba a punto de llevarse los fideos a la boca, volvió a detenerse.

Levantó las cejas y miró a Mauren con una expresión repugnante, -Realmente no me gustas.-

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