El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 302

Xavier no dijo nada. Luego de ver juntos a Angelo y Mauren suspiró, se subió al auto y se fue.

Angelo y Mauren tenían una fuerte conexión cuando estaban juntos.

Cuando Mauren vio a Angelo, se veía claramente la mirada relajada de ella.

Mauren y Angelo... tal vez no había nada ahora mismo, pero según su entendimiento tácito y su relación, probablemente sería así durante la vida entera.

Noan... tal vez, solo le quedaría un suspiro.

-¿Qué pasa?- Angelo miró fijamente el rostro de Mauren y frunció el ceño.

Otra vez, fingió ser fuerte. Y había pasado tanto tiempo con ella... ahora, se descubrió por completo.

-Quiero llorar.- No supo cuándo empezó. Había aprendido a ser relajada frente a Angelo.

Cuando se enteró, estaba acostumbrada.

Angelo no dijo nada y condujo el auto fuera del parque del Grupo Atenas.

Mauren no sabía a dónde iba, pero de todos modos, Angelo no haría daño a ella.

Ahora no tenía mucha sensación de seguridad.

No podía saber quién ayudaba a Bita y quién controlaba todo a sus espaldas.

Y Senda, no le creyó nada.

Ya no podía creer en ella...

Durante demasiado tiempo, el auto se detuvo, Angelo se bajó y le abrió la puerta.

-Baja.- Le dio la mano a Mauren.

Mauren todavía no sabía dónde estaba. Ya sea en su corazón o sea frente a sus ojos, todo era blanco.

Extendió su mano y la colocó en su palma.

Sin esperar a que saliera del auto, Angelo de repente tiró suavemente y ella se arrojó fuera del auto.

En un instante, la abrazó y los dos marcharon hacia algún lugar.

-Angelo...- Al mirar su perfil, sintió que no sabía dónde estaba.

Hasta que él se detuvo y la dejó en el suelo, Mauren se dio cuenta de que habían llegado a la playa.

Frente a ella estaba el mar azul, tan inmensa. La brisa del mar soplaba sobre su cuerpo. Se sentía un poco fría.

Resultó que el clima ya había comenzado a enfriarse, y el final del otoño pronto entraría en invierno.

La vida, inconscientemente, había pasado por una temporada más.

-Mira.- Dijo Angelo, señalando el infinito mar. -Cuando creas que no tienes adónde ir, ven a ver el mar.-

-¿Por qué... tengo que ver el mar?-

-Debido a que el mar es lo suficientemente grande, no importa a dónde quieras ir, puedes hacer todo.-

-Pero yo no sé nadar.- Mauren hizo pucheros, sintiéndose agraviada.

¿Por qué todo parecía estar dirigido a ella misma?

¿Por qué había dominado todo, pero al final, de repente, ella se convirtió en la mayor estafa?

¿Por qué? Realmente no sabía adonde ir.

-Si no sabes nadar, puedo enseñarte. ¿Qué te parece?-

Angelo se inclinó y se quitó los zapatos. También se quitó la chaqueta y la tiró al suelo.

-Ven aquí, te enseño.-

-Angelo...- Antes de que ella pudiera detenerlo, él ya había caminado hacia la playa. Y la mitad de su cuerpo estaba empapado en el mar.

-¡Angelo!- Mauren se quedó estupefacta, con tal clima y este tipo de vestido, ¿se fue al mar y quería enseñarle a nadar?

-¿Qué? ¿No quieres aprender a nadar? Ven aquí ahora y te enseñaré.-

Angelo le sonrió. La sonrisa, bajo el brillo del sol, ¡qué bonita!

Mauren lo miró, muy conmovida.

¡Este hombre era tan estúpido! ¡Realmente tonto!

De repente se puso en cuclillas, abrazándose las rodillas. Las lágrimas fluyeron gradualmente por sus ojos.

Finalmente, rompió a llorar.

El destino era demasiado injusto con ella. Parecía estar luchando todo el tiempo en un gran remolino.

Él también dejó su asiento y se acostó, mirándola.

Las dos personas estaban tan cerca, pero parecían estar muy lejos.

De hecho, podía alcanzar a ella solo con la mano, pero no pudo extender la mano.

Él miró su cara, fina y pálida. Se podía ver la fragilidad, y obstinación.

Obviamente, era muy frágil, pero siempre era reacia a inclinarse ante el destino.

La miró en silencio, sin saber cuánto tiempo estuvo mirando. La chica en su vista de repente abrió los ojos y encontró su mirada.

En el momento del contacto visual, el corazón de Angelo se estremeció, sintiendo una conciencia culpable inexplicablemente.

Subconscientemente quería eludir su mirada, pero después de encontrarse, no quiso hacerlo.

Ella miró a él. Las labios atractivos y la mirada inocente hicieron que el corazón de Angelo ardiera.

Todo el mundo parecía haber desaparecido de una vez, y en este mundo, es la única que quedaba.

De repente, las cejas y los ojos se movieron. ¡Le sonrió!

A Angelo se le interrumpió la respiración por un rato, no sabía de qué se reía. Solo creía que esta sonrisa era tan dulce y hermosa.

Parecía que en un instante, desde sus ojos, una sonrisa entró en su corazón.

¿De qué se rio esta chica?

-Angelo...- le llamó suavemente con un encanto irresistible, golpeando su corazón.

¿Por qué llamar su nombre? ¡En tal noche, una llamada en voz baja rompió por completo la tranquilidad de la noche!

En el mundo entero, parecía quedar solo su voz.

Su nombre, llamado por ella, era tan agradable.

Angelo, Angelo, Angelo...

Sus labios se abrieron levemente. Aparentemente las voces tenían mágicos. Penetraron en su corazón.

Angelo, mirando sus seductores labios, parecía estar controlado por un demonio.

El hombre, inconscientemente, se inclinó hacia ella...

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