El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 344

¿Seducirlo?

Mauren se quedó aturdida, y sacudió la cabeza rápidamente, -No, no...-

Angelo la miró, -¿Miraste fijamente a mi cuerpo y todavía me dices que no?-

-En serio que no, no me difames.- Mauren no estaba acostumbrada a la postura actual de los dos, y le dio un ligero empujón.

-Levántate primero.- ¡Él estaba encima de ella!

¡A pesar de que los dos estaban vestidos, la postura que estaban era descabellada!

-¿Por qué me levanto?- Angelo no se levantó, e incluso la presionó más.

-¡No!- Mauren se asustó y esa pequeña carita se puso roja.

Los dos cuerpos casi estaban pegados, y Mauren podía sentir la temperatura de Angelo.

Y... ¿Por qué se soltó el botón de su camisa? Ahora como Angelo se estaba agachando, el pecho estaba completamente expuesto.

Normalmente se veía tan tranquilo y elegante, pero no esperaba que tenían tantos músculos.

¡Muy sexy!

Cuando Mauren lo vio accidentalmente, se asustó tanto que ni siquiera pudo respirar con fuerza.

-No... Bájate...- Quería empujarlo, pero su ropa estaba abierta, y este empujo, sin duda, tocaba su cuerpo caliente.

Caliente... ¡Exactamente! ¡La temperatura de este tipo estaba aumentando rápidamente!

En realidad, él sólo quería bromear y entretenerla.

Sin embargo, incluso él mismo no se daba cuenta de que había un breve momento en que su cabeza se puso en blanco después de estar sobre ella.

¡Después de eso, su cara se puso tan rojo como si hubiera bebido diez botellas de vino!

-Angelo...-

-No te muevas.- A esa hora de la mañana nunca había intentado acercarse tanto a una chica.

Ahora, él quería bajar, pero su cuerpo claramente no le obedecía las órdenes de su celebro, e incluso las manos traicionaban su conciencia.

Sus grandes palmas cayeron sobre el hombro de Mauren y le frotaba suavemente.

La chica que estaba debajo de él se puso tensa y rígida, sin atreverse a moverse.

-Bájate... No...- Ella estaba un poco incoherente.

Era la segunda vez que descubrió que su cuerpo tenía algo hacia ella desde que estuvo con él.

Mauren se enrojeció y se puso tan nerviosa que la frente se puso con un poco de sudor.

La voz de Angelo era baja, y frunció las cejas. En su bonita cara deslizaban las gotas de sudor.

-Mauren ... ¿Si quieres que baje o que no?-

-No bromees...- Creía que su voz debería ser fría y tranquila, y se daba cuenta que era un murmullo y eso se pareciera como si le estuviera seduciendo.

¡Angelo estaba un poco incapaz de aguantar esta acción!

Al soltar sus manos, el cuerpo pesado se pegaba más a ella.

-Tu...-

-Estoy un poco... No puedo controlarme.- Bajó la cabeza y se hundió en su cuello.

Entre los labios delgados de Angelo y el cuello de Mauren, solo les quedaba menos de 2 cm.

Sólo un poco más por adelante, podría besarla...

El olor único de la chica lo fascinó tanto que su vista se puso borroso.

La gran palma que estaba sosteniendo su hombro, como si no pudo aguantar la soledad, se movió hacia el cuello de Mauren y la quitaba suavemente.

¡Ninguna respiración profunda es capaz de bajar esta presión de la sangre que se ha precipitado!

Finalmente, después de tantos pensamientos, Angelo abrazó fuertemente a la delgada niña.

Bajó la cabeza y la besó con fuerza.

Ese aliento de Angelo la hizo despertar claramente

¡Otra vez ese aliento, un aliento salvaje que podría devorarla!

Una escena que la dejaba desesperada pasó por su cabeza, donde Senda estaba encima de ella, sin importar que ella estuviera suplicando y llorando ...

Después de una noche, ella fingía que se había olvidado de esas cosas, y al final, ¡la persona que le hizo recordar la humillación era él mismo!

-Lo siento...-

¿Lo siento? ¿Siento qué?

Mauren todavía estaba un poco confusa, pensando que hacía un momento estaba en el auto, y Senda la...

Su cuerpo delgado no pudo evitar estremecerse al pensar en ese hombre.

Pero había visto claramente que no estaba en ningún auto, sino en el apartamento de Angelo.

¿Qué olor?

Levantó su mano, se limpió los labios, sin esperar que, en la mano, ¡habiera una mancha de sangre!

Ella se asustó, finalmente se acordó de algo, ¡miró hacia abajo y se quedó aturdida!

-Tu brazo...- ¡Por Dios! ¿Las huellas de dientes que estaba en el brazo de Angelo fueron de ella?

¡Qué mordida tan fuerte! ¡Lo mordió hasta sangrar!

-Estoy bien.- Mientras Mauren se calmara, a Angelo no le importaba nada.

-¡No te muevas!- Mauren le impidió retirar el brazo.

Bajó de la cama, tomó el botiquín y se sentó de nuevo a su lado.

Sacó la medicina, la gasa y le limpió la herida.

¿Había que ir al hospital para inyectar?

¡Ella lo mordió y lo hirió así! ¡Era demasiado!

-Lo siento...-

-Soy yo quien debería decir las palabras.-

Después de que ella vendara la herida, Angelo tomó su mano y se rio suavemente.

-No estés enfadada conmigo, sólo me he perdido el control por un momento. –

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