El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 356

-¿Tomarlo tú sola?- Senda pareció escuchar una broma particularmente divertida.

La sonrisa en sus labios se abrió, y dijo, -Heriste a alguien con tus manos. Ya sea que lo hayas instigado o no, el caso ya está.-

-¡Senda!-

-Ven aquí.- Senda entrecerró los ojos y miró la marca en su cuello.

No sabía si era el rastro que dejó él mismo, o era de otro hombre.

Vagamente, pero no se podía ocultar por completo.

La imagen de ella llorando debajo de su cuerpo volvió a su mente nuevamente.

La respiración del hombre se hizo un poco más pesada, y se dio cuenta cada vez más de que su deseo por su cuerpo era como veneno.

Pero rápidamente reprimió su impulso y su tono llano fue completamente inaudible, lo que hizo que no se supiera lo que acababa de pensar en algo emocionante.

Mauren apretó su dedo con fuerza y finalmente se inclinó hacia Senda por Analola María.

-Eso es bueno.- extendió la mano y le acarició la cara con sus largos dedos.

Justo cuando Mauren inmediatamente quiso escapar, deseando escapar muy lejos, la voz indiferente de Senda llegó a sus oídos, -Puedo retirar la acusación contra Analola.-

Ella estaba desconcertada, mirándolo, preguntándose si debería creer las palabras de este hombre.

Una desagradable arrogancia fría brilló en los ojos de Senda, ¡esta mujer se atrevió a dudar de él!

Sin embargo, su estado de ánimo pronto volvió a mejorar.

Mirándole el lóbulo de la oreja, con una voz que sólo podían oír los dos, dijo con calma, -Sé mi mujer durante tres meses.-

-¡No lo haré!- Mauren se asustó y se escapó, se sentó en su silla con un ruido sordo.

Ella entró en pánico, y mientras pensaba en esas dos noches en las que había sido humillada por Senda, sus dedos temblaban de pánico.

¿Cómo pudo ser tan desvergonzado Senda? ¡Cómo podía volverse así!

-Mi paciencia es limitada, diez segundos es el tiempo cuando puedes considerar.-

-Senda...-

-Quedan nueve segundos.-

La chica se quedó en silencio de repente, sosteniendo obstinadamente su palma, incapaz de calmarse, pero tuvo que hacerlo.

Senda no continuó hablando, pero el segundero del reloj en la pared estaba latiendo.

Ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos ...

¡Se puso de pie y estaba a punto de irse!

Mauren se mordió el labio con fuerza y miró su espalda fría.

Ya no era el Senda de antes, y ya no tendrá piedad por ella.

Si quería hacer algo que la ayudara, ella debería pagar el precio.

Podía que a ella no le importara su futuro, pero ¿qué pasaría con Analola?

En el momento en que Senda estaba a punto de estirar la mano y abrir la puerta de la habitación, la chica detrás de él tembló y dijo en voz baja, -Yo ...estoy de acuerdo.-

*

El momento de la fianza era veinticuatro horas después.

Al final de las veinticuatro horas, Angelo envió inmediatamente a alguien para que se ocupara de ello, y Mauren sería puesto en libertad bajo fianza.

Pero no esperaba que, antes de que Diego Berganza tuviera tiempo de completar el traspaso con el personal, Mauren siguiera a otro miembro del personal y viniera.

-¡Mauren!- Angelo se acercó rápidamente, agarrándole a sus frágiles hombros, -¿Qué pasa? Ya estás...-

-La otra parte retiró la denuncia y ella puede volver ahora.- dijo fríamente el miembro del personal que sacó a Mauren.

-¿Bita retiró la denuncia?- La información en la oficina no era divulgada al público. ¿Quién demandó a Mauren? Angelo aún no lo sabía.

Sin embargo, la otra parte retiró la denuncia, lo que no esperaba él en absoluto.

Había encontrado al mejor abogado, y también le había pedido que llamara a todos los monitores que se podían trasladar en el mostrador especial.

Ahora, Mauren fue liberada sin culpa.

En otra habitación, no muy lejos, salió una chica con el pelo despeinado.

Mauren respiró hondo, abrazó a Analola y sus ojos se posaron en el sol de la mañana fuera de la ventana del automóvil.

Ya no podían ser impulsivas, si no, caería en la trampa de Bita.

Esa mujer era realmente una persona mala, ¡mucho peor de lo que pensaba!

Incluso si Mauren no quería recuperar las cosas, Bita no la dejaría ir.

En este caso, ¡era mejor contraatacar!

El coche se detuvo frente al edificio de apartamentos y Mauren miró a Xavier, -Envía a Analola de vuelta, tengo algo que decirle a Angelo.-

-Está bien.- Xavier empujó suavemente el brazo de Noan.

Aunque Noan quería quedarse con Mauren, también sabía que Mauren no le necesitaba en este momento.

Después de que todos se fueron, Angelo miró a Mauren y dijo en voz baja, -Sube primero.-

Mauren pensó por un momento antes de asentir.

Pero lo primero que hizo después de subir fue sacar la bolsa de lona y empacar sus propias cosas.

Angelo tomó su mano todavía ocupada, -¿Estás enojada conmigo?-

-¿Por qué debería estar enojada?- Mauren lo miró, perpleja.

-¿Estás enojada porque no pude sacarte de apuros?-

Mauren lo miró durante mucho tiempo antes de sonreír levemente.

-Sé que eres muy bueno conmigo, y solo pude ser liberada bajo fianza en veinticuatro horas.-

Es más, cuánto tiempo estuvo ella adentro y cuánto tiempo esperó él afuera, él no se fue ni por un segundo.

¿Cómo podría ella todavía no entender este tipo de sentimiento?

Era solo que, en este momento, era inútil entenderlo.

-Angelo, no quiero estar más contigo, vamos a romper.-

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