Esta vez, Mauren se cayó por el miedo de ella misma.
Senda estaba justo delante de ella, y ella tuvo la osadía de caer de espaldas sobre su cama.
Mauren se apresuró a intentar levantarse, pero sus muñecas estaban sujetas por él.
Senda se inclinó y presionó las manos de chica a los lados. Entrecerró los ojos y miró la cara que tenía el pánico por todas partes, -¿Otra vez a propósito?-
-Senda, ¿cómo puedes ser una persona tan inteligente pero no puedes ver que realmente quiero salir de tu habitación ahora mismo?-
Ya pasó casi dos horas, ¡y si lo ella hiciera a propósito a no ser que quisiera morir!
-¡Es lo que yo digo!- Senda anunció con fuerza, y la miraban fijamente.
-Ya que me has invitado tan cordialmente, no sería correcto no hacer algo.-
-¡No! ¡Senda! ...-
Todo su cuerpo fue volteado por él ...
*
Mauren se quedó dormida.
Esta vez, aunque el Senda la echara de la cama, no habría forma de que ella tuviera fuerzas para levantarse y salir de su habitación. Aunque la echara, primero habría que dejarla dormir.
Era agotadora, que su cuerpo no era para nada de ella misma.
Sin embargo, Senda no tenía sueño.
No sabía si era ella, o él mismo, quien se atormentaría por traer a esta chica de vuelta.
Sólo fueron dos veces. ¿Era tan cansada?
Si ella no hubiera respirado de manera uniforme, él habría pensado que ella se había desmayado.
Mirando su cara dormida, Senda se sintió un poco molesto. Tratando de levantarse para fumar un cigarrillo, pero Mauren se apoyó en su brazo. Si se movía, podría despertarla.
Pero, ¿por qué iba a tener miedo de despertarla?
Esta mujer, ¿no sería justo dejarla volver a su habitación cuando se despertara?
Intentó sacar el brazo de nuevo, pero inesperadamente justo cuando se movió, Mauren le siguió.
El corazón de Senda se apretó y se silenció inmediatamente.
La dormida Mauren parecía haber encontrado de nuevo una posición cómoda y se frotaba contra sus brazos.
Después de eso, estuvo tranquila por un segundo.
Estaba realmente cansada, si no, no se habría dejado dormir en sus brazos tranquilamente.
Ella le tenía mucho miedo, y cualquiera podía verlo.
El delicado tacto de ese cuerpo apretado contra el suyo hizo que su respiración comenzara a agitarse de nuevo.
Las manos cayeron sobre sus hombros, quería empujarla hacia abajo y seguir haciendo lo que a él le gustaba hacer. Pero ella durmió tan tranquilamente ...
Senda sospechaba que estaba loco por preocuparse de si la mujer estaba demasiado cansada para dormir bien.
¿Había olvidado cómo le había hecho daño ella con otro hombre en primer lugar?
Pero varias veces intentó endurecer su corazón y permitirse ser lo suficientemente despiadado como para hacer lo que quisiera con ella.
Pero al final del día, seguía siendo un poco compasivo. Probablemente, también estaba cansado esta noche.
Senda se dio una excusa para sí mismo antes de volver a tumbarse suavemente junto a Mauren.
Al tirar de la manta sobre su cuerpo, los movimientos no fueron precisamente suaves, pero definitivamente no fueron tan bruscos como lo que él los hacía parecer.
Sus brazos rodearon la cintura de la chica, y aunque su corazón seguía acelerado, se obligó a cerrar los ojos.
Sólo estaba un poco cansado, nunca porque no podía permitirse hacerlo con ella otra vez más.
¿Por qué debería sentir lástima por una mujer que lo traicionó?
¡Imposible!
*
¡Mauren realmente pasó la noche en la habitación del Senda!
El cuello de Mauren estaba cubierta de marcas dejadas por el hombre, que era tan obvio que Bita no podía fingir que no lo veía aunque quisiera.
-¿Y qué? Ahora que Senda me elige a mí y te abandona, ¿estás enfadada?- Mauren preguntó, siguiendo con sus asuntos propios y ni siquiera la miró.
-¡Tú...!- Bita apretó los puños, y varias veces casi no podía contenerse y quería golpearla con fuerza.
-¿Quién ha dicho que Senda no me quiere? ¡Sólo tiene una discusión conmigo y te utiliza para irritarme!-
-¿Es así?- No lo creía Mauren ni una palabra.
No mencionó qué tipo de relación tuvieron Senda y Bita en este momento, incluso si realmente ya estuvieran juntos, usar a una mujer para estimular a otra era una cosa tan aburrida, y no había manera de que Senda lo haría.
Mauren permaneció imperturbable, lavándose la cara y cepillándose el pelo despreocupadamente.
¡Bita odiaba romper esa cara que pretendía ser inocente! Contuvo su ira y de repente enganchó sus labios, -Estás aquí viviendo con Senda, pero no sabes, ¿si está bien esa amiga tuya llamado Liz ahora?-
Mauren apretó los puños al instante.
Bita sonrió levemente, sin perder de vista el parpadeo de ira que pasó bajo los ojos de Mauren.
Mauren tenía razón en estar enfadada, y no podía mantenerse reprimida.
Mauren se atrevió a venir aquí para encontrar al Senda, así que debería tener el valor de soportar el daño.
-Cayendo desde un lugar tan alto, oops, definitivamente no sobrevivirá, incluso si no muere ahora, será una vegetal después.-
-¡Perra, realmente me siento mal por tu amiga! No tiene nada contra nosotros y no queremos hacerle daño.-
-Pero, ¡es tu amiga! Mientras sea tu amiga, quiero eliminarla, ¿qué te parece?-
Bita la miró fijamente a los ojos ligeramente inyectados de sangre y sonrió con arrogancia.
Más valía que Mauren perdiera el control otra vez, y que la lastimara.
Esta vez, en cuanto lo hiciera, Bita llamaría inmediatamente a la policía.
¡Quería acusarla personalmente de homicidio intencionado!
Cuando llegara el momento, ¡ni siquiera Senda podría protegerla!
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz