El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 365

-Tengo clase mañana.- Mientras lo vestía, Mauren dudó un momento antes de hablar finalmente.

¡Suplicándole!

No había forma de evitarlo, ahora estaba completamente unida a él.

Probablemente ni siquiera podría volver a la escuela sin rogarle.

Senda no dijo nada, no estaba seguro de si era una negativa.

-Senda, ¿puedo volver a clase?- Mauren le abotonó la camisa, una por una.

Senda seguía sin decir nada.

Mauren estaba desesperado; ¿iba a mantenerla atrapada en el Pabellón de Río durante estos tres meses?

¿Todavía tiene que agradecerle que le permita tocar su cuaderno y sus libros?

De lo contrario, ni siquiera tendría la oportunidad de estudiar o trabajar.

No tuvo más remedio que apartarse en silencio después de abrocharle el cinturón.

Era como una mansa criada.

Senda se dirigió hacia la puerta.

Vicente seguía abajo, y ya era hora de que bajara a hacer compañía.

Mauren se aburría y pensaba esperar a que se fuera para volver a su habitación a hacer su propio trabajo.

Pero su alta figura se detuvo en la puerta.

-¿Qué haces congelada?-

-¿Eh?- ¿Qué significaba eso?

Mauren le miró, sin entender lo que intentaba decir.

-¿No tienes que servirme el desayuno?- El hombre gruñó, con una mirada fría, -¿Quieres retroceder?-

¡Claro que no quería!

Si se echaba atrás, no se sabía qué pasaría con Analola María.

Pero, parece que sólo aceptó ser su mujer, ¿no?

¿Una criada?

Un título adicional inexplicable, sin siquiera la oportunidad de rechazarlo.

¡Sirviendo! ¡Realmente se trata a sí misma como un monarca!

Pero tuvo que admitir que aquí, ¡él era el rey!

Rey, no era la palabra equivocada.

Mauren caminó detrás de Senda y le siguió escaleras abajo.

Vicente y Bita seguían en la sala lateral.

Bita quería subir a descansar, pero el anciano no se iba a ir e insistió en esperar a Senda.

Temía que Mauren bajara después y tuviera demasiado contacto con Vicente.

Después de pensarlo, decidió quedarse y eliminar la posibilidad de que Mauren y Vicente tuvieran un tiempo a solas.

Al ver a Senda entrar en la sala lateral, Emiliano saludó inmediatamente, -Disculpa, Senda, hoy trato tu casa como si fuera mía, por favor, no te importa.-

-Está bien, señor Vicente y señor Emiliano no necesitan ser demasiado formales.-

Senda se acercó y el mayordomo le sacó inmediatamente una silla.

Una vez que Senda se sentó, Mauren se movió detrás de él, en realidad no fue diferente de la criada.

Realmente estaba aquí como una criada.

Al ver a Mauren así, Vicente se sintió aliviado.

Una niña, fue bueno experimentar un poco de la vida.

Mientras no fuera... siguiendo a Senda sin nombre, se sentía aliviado.

La criada trajo el desayuno de Senda, siempre tan monótono.

Café, sándwiches, huevos fritos.

Nunca fue exigente con la comida, y el desayuno era siempre sencillo.

Por el contrario, Bita tenía un montón de ellos delante de ella todos los días, y los bocadillos eran todos de al menos una docena.

Una mujer de una familia lujosa era naturalmente delicada, si ni siquiera podía desayunar correctamente, eso afectaría a su estado de ánimo durante todo el día.

-Abuelo, ¿quieres ver a Senda para algo?-

Tal y como estaba previsto, era el momento de volver a Ciudad L. Y es que Bita no podía permitirse dejar a Senda tan pronto.

Aun así, parecía que era el momento de apurar el regreso del abuelo antes de que ocurriera algo temido.

Joder, hasta había tenido tratos con Mauren también, qué mierda.

-Sólo he venido a dar las gracias a Senda, por cuidar de ti todo este tiempo.-

Vicente miró a Senda con un rostro amable.

-Nuestra Bita ha sido molestada aquí durante mucho tiempo gracias a que Senda la ha cuidado, así que yo le da a Senda un agradecimiento formal.-

Cuando se ponía serio, no era el mismo que su habitual picardía.

Tenía el aire que debe tener un hombre de éxito en el mundo de los negocios.

-Cuando Senda esté libre para visitar Ciudad L en el futuro, me aseguraré de organizar personalmente un banquete y de tratarle bien.-

-Una cuestión de división.- Fue la intención de la abuela que quedara Bita a su lado.

Esto era algo que no requería otra persona para agradecerse a sí mismo.

Vicente, sin embargo, escuchó un significado diferente en esas palabras.

-Senda, tú y Bita ...-

Miró a Bita, quien inmediatamente bajó la cabeza y se sonrojó por un momento.

Vicente sonrió ligeramente, sin esperar que Senda lo admitiera.

-Sin embargo, aunque Senda y Bita de nuestra familia tienen una relación inusual, el asunto entre ustedes tendrá que esperar hasta que Bita venga a casa conmigo para reconocer a sus ancestros.-

Al fin y al cabo, era la nieta de su familia, y si se casaban, tendrían que hacerlo como nieta de la familia López.

Su nieta había estado en el exilio durante muchos años y había sufrido mucho.

De ahora en adelante, ¡tendría que duplicar su compensación a ella!

-¿Reconocer a sus ancestros?- Los ojos de Senda se entrecerraron.

En realidad nunca había pensado mucho sobre los asuntos de Bita.

Así que por qué Bita estaba tan cerca del anciano de la familia López, no le importaba.

Como ambos se apellidaban López, era normal que estuvieran emparentados.

En cuanto a que Bita llamara "abuelo" a Vicente, por su edad actual, era normal que se dirigiera a él respetuosamente como abuelo.

Sin embargo, Reconocer a sus ancestros es definitivamente un asunto diferente.

Bita era la nieta de la abuela, ¿cómo podía seguir emparentada con la familia López de Ciudad L?

-¿No se lo dijo Bita a Senda?-

El anciano miró de reojo a Bita y frunció el ceño, -Pensé que ya lo habías dicho.-

-Yo...- Como Mauren estaba aquí, Bita estalló en un ataque de debilidad al mencionarlo.

-Abuelo, ¿podemos hablar de esto más tarde, por favor? Tengo un poco de hambre.-

Pero, estaba claro que Senda no tenía intención de dejar que esto importara, sólo de encubrirlo.

-Señor Vicente, por favor también aclare las cosas, me pregunto cuál es la relación entre Bita y su familia López de Ciudad L.-

-Bita es la gran señora de nuestra familia López, hace veinte años, mi hijo ...-

-¡Abuelo! Realmente no me siento bien... me duele.-

La cara de Bita estaba pálida por el miedo.

No debe hablar de ello, delante de Mauren.

Pero Mauren no sabía lo que pasaba, al ver a Bita así, de repente, temblaba violentamente.

Tuvo una sensación de presentimiento.

Una sensación de haber sido engañada.

Porque no era la primera vez que se producía un engaño de este tipo.

-Abuelo, ¿realmente Bita no es la hija de Jeno?- Preguntó con urgencia.

-Abuelo, yo ...-

-¿Aún no te lo han dicho tus padres? Ellos ayudaron a mi hijo de cuidar ...-

-¡Abuelo! ¡No me siento bien! Yo ... ¡me duele el estómago! ¡Ah! Me duele el estómago.-

Bita gritó mientras agarraba la mano de Vicente, -¡Me duele, me duele mucho, me duele!-

Vicente se quedó sorprendido por ella e inmediatamente la ayudó a ponerse en pie.

-Bita, ¿qué pasa? ¿Dónde es incómodo?-

-¡Me duele el estómago, me duele mucho, no sé si está envenenado!-

Bita estaba completamente fuera de sí, no le importaba cualquier excusa con tal de interrumpir la conversación.

-¡El desayuno debe haber sido envenenado, debe ser Mauren tratando de hacerme daño! ¡Abuelo, llévame al hospital! Apúrate.-

-Bita ...-

-Trae al Mayo Serrano aquí.- ordenó Senda con un rostro inexpresivo.

-Yo ...- Bita se dio cuenta entonces de que había hecho mal.

El desayuno había sido preparado por los hombres del Pabellón de Río, y si decía que estaba envenenado, dudaba de los hombres de Senda.

Pero si no lo impedía, una vez que el abuelo hablaba de Nahiala Martín ... Mauren lo sabría todo.

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