El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 442

Por la noche, Mauren todavía estaba al lado de la cama del señor López.

El anciano aún no tenía una conciencia suficientemente clara, pero parecía que le gustaba especialmente esta chica.

Cada vez cuando venía ella, el abuelo inconscientemente comía más y podía ser obediente, aceptando que la enfermera le diera un masaje.

-Abuelo, ¿estás alegre ahora?- cuando solo se quedaron los dos, Mauren le frotó suavemente el brazo y le preguntó en voz baja.

Naturalmente el anciano no podía contestarle pero en el fondo de sus ojos había una luz de felicidad.

Tal vez si no supiera nada ni tuviera que preocuparse por nada, la vida hubiera sido mucho mejor.

-En este caso, si te parece feliz como ahora, entonces antes de recuperarte completamente, sigues siendo alegre como así, ¿está bien?

Ella se sintió muy afligida mirándolo. Tenía muchas palabras para decir, sin embargo, no podía decir ni una frase.

Con miles de palabras, por último, solo pronunció una frase, -Abuelo, tienes que cuidarte.

Esa noche la luz de la habitación de la muchacha siguió siendo encendida hasta la medianoche.

No fue apagada hasta las cinco de la madrugada.

Al día siguiente, por la mañana, cuando Guadalupe fue a visitar al anciano, descubrió que ella no estaba al lado de su cama.

-¿Dónde está Mauren? - miró a Juan.

Negó con la cabeza, -La señorita Mauren hoy no ha venido. Quizás todavía esté durmiendo.

-¿Cómo puede ser así? Estos día ella siempre vino temprano para ver a su abuelo- ¿acaso hoy estaba mal?

También se preocupaba de que estuviera realmente cansada, y entonces miró al anciano que todavía estaba dormido, -Voy a verla. Espero que no esté realmente rota.

Después de salir de la sala del anciano, caminó hacia la sala vecina y llamó a la puerta.

-Mauren, soy yo, tu tía. ¿Todavía estás durmiendo?

Adentro no había ningún ruido.

Frunció las cejas y tocó la puerta de nuevo, -¿Mauren?

-Soy tía. ¿Ya te has levantado? Voy a entrar.

En la habitación todo todavía se quedó silencioso y no había ninguna respuesta.

De repente se sintió agitada, con un mal presentimiento.

Empujó la puerta y inesperadamente no estaba cerrada con llave y se abrió tan pronto como ella la empujó.

Sobre la cama de adentro, la colcha estaba cuidadosamente doblada como si anoche nadie hubiera dormido en ella.

No estaba e incluso la puerta del baño estaba abierta pero adentro no la vio. ¿Qué pasó?

-¿Mauren?- entró y la buscó por toda la sala pero no la encontró.

Estaba a punto de salir para consultar a la enfermera de turno, pero cuando dio la vuelta, vi una carta en la mesa con el rabillo del ojo.

¿Una carta?

¿Este año inesperadamente alguien todavía escribió cartas a los otros?

Se acercó y cogió la carta, que fue para Emiliano.

A los jóvenes de esta época, no los comprendió preguntando a sí misma.

Cuando creías que eran muy modernistas y hicieron la solución con el teléfono móvil y por la red, pero iban a escribir las cartas para divertirse.

Estaba un poco curiosa y casi no podía resistir de abrir el sobre para leer.

Pero después de pensar un rato, sería mejor no saber los secretos de los niños.

La sensación de ansiedad era cada vez más fuerte, como si hubiera un mal presentimiento.

Después de abrir el sobre, adentro había un papel, con sus letras.

La carta era muy sencilla y solo le dijo que estaba un poco cansada y quería buscar un lugar tranquilo para pasar un tiempo.

Le aseguró que tenía un amigo a su lado que era experto en la pelea y podía protegerla.

Por último, dijo que tenía que cuidar bien al abuelo, que no dejó que el anciano leyera ninguna información de la red, para que pudiera recuperarse de su enfermedad en el hospital con tranquilidad.

La carta solo era para él, diciendo que ella realmente escribió el correo electrónico que le enviaba regularmente en la red.

Utilizó su propia letra para demostrar la autenticidad del correo por carta.

En seguida inició sesión en su buzón de correo con su teléfono móvil y, como se esperaba, recibió su correo hacía una hora.

En ese momento, estaba ocupado cuidando al abuelo y no tenía más idea en absoluto.

El correo era muy largo y la mayor parte trataba de lo que hizo Bita antes, incluyendo su reemplazo en el nombre de Mauren y siendo la nieta del abuelo Vicente de la familia López.

Además, le dijo que podía demandar a Bita por fraude con tranquilidad, porque no le importaba exponer su identidad.

-Emiliano, ¿qué quiere decir Mauren?- Claudia no leyó el correo pero inesperadamente ya tenía la sensación adivinando lo que iba a decir ella.

Los cinco dedos de Emiliano que cogían el teléfono seguían apretados, y su respiración era caótica, -La chica... la chica podría ...

De pronto, había una llamada entrante desde el teléfono móvil. Señaló con un dedo largo y conectó el teléfono, -¡Dime, apúrate!

En el otro lado de la llamada, la voz del asistente llegó apresuradamente, -Señor, ¿qué pasa? El video grabado por la señorita Mauren se ha difundido por toda la red.

-¿Qué video?- en más de dos horas estaba cuidando al anciano, y entonces no sabía nada sobre la red.

El asistente dio un suspiro profundo y luego dijo, -La señorita Mauren ha dicho personalmente que ella es la verdadera nieta del Señor Vicente mientras que Bita es la falsa. Dijo que Bita defraudó la participación accionarial del señor Vicente y que quería demandarla por el fraude.

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