El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 450

Dos años después.

Un brillante guionista apareció en Ciudad Sur. Con una nueva telenovela, ganó el premio del mejor guionista del año.

Sin embargo, en la ceremonia de premiación, el guionista nunca apareció.

Nadie sabía quién era el guionista y él tampoco nunca había aparecido en público.

El guionista empezó por escribir guiones gratuitamente y lo intentó poco a poco, y por fin logró que dos telenovelas se volviera viral, una de las dos ganó el premio.

Pero durante dos años enteros, ella nunca apareció en público.

Todo el mundo solo sabía que su nombre era Sande, pero este solo era un seudónimo.

Ni siquiera asistió a una ceremonia de premiación tan importante.

Al día siguiente, todo el círculo estaba discutiendo sobre esto: ¿Quién es Sande, es un hombre o una mujer, joven o viejo?

Mucha gente estaba muy curiosa por esto.

-Supongo que debe ser un anciano calvo.-

-No creo así, incluso si es un viejo calvo, no quería perder esta oportunidad de ser famoso.-

-Tienes razón.- Los demás estuvieron de acuerdo.

-Tal vez es una mujer muy gorda, muy gorda y no bonita.-

-Si una mujer es muy gorda, claro que no es bonita, no hace falta decir que es gordo y feo.-

-Solo quería enfatizarlo.-

-O tal vez es un discapacitado ...-

Las chicas de la oficina siguieron discutiendo sobre el legendario Sande.

-Oye, ahora es tiempo para trabajar, deja de charlar, ahora vamos a trabajar.-

El superior entró con algunos documentos, caminó hasta el escritorio en la esquina y dejó los documentos en el escritorio.

-Sandra, ordena estos documentos, pronto va a usarlos el director en la reunión.-

-Sí.- Sandra López, quien estaba sentado en la esquina, asintió, tomó los documentos y continuó trabajando.

-¿Vieron a Sandra? ella nunca participa en vuestros chismes. ¡Ella hace más cosas en un día que ustedes en varios días!-

-Ya veo, también estamos trabajando.-

Las chicas miraron a Sandra con una risa, quien todavía estaba trabajando.

Llevó los espejuelos grandes y obsoletos con marcos gruesos que casi tapó la mitad de su rostro.

Su cara era como un huevo de cisne, pero las pecas le hizo feo.

Ellos tenían razón, con una cara así, solo podía trabajar más duro para vivir mejor.

Por eso, nadie estaba celosa de ella o le envidió por elogios del superior para ella. Claro que nadie estaría celoso de una mujer fea.

-Sandra, ¿quieres comer juntos con nosotros después de salir del trabajo?- Sugirió alguien de repente.

Otra niña dijo, -Es un ejemplo de buena madre. Va a regresar a cuidar a su bebé. ¿Cómo es posible que tiene tiempo para salir con ustedes?-

-Vale, entonces, nos vamos.-

Llegó las seis en punto, las chicas recogieron sus cosas riendo y se fueron rápidamente.

En las escaleras, todavía podía escuchar un poco de sus chismes.

-Sandra es tan fea, ¿cómo tiene un marido tan guapo?-

-Yo tampoco entiendo, si yo fuera su marido, me habría divorciado de ella muy temprano, creo que es demasiado fea.-

Sandra fingió no escucharlo.

A las seis y media, finalmente terminó de su trabajo.

Recojo sus cosas y dejó la empresa.

Al salir por la puerta de la empresa, una niña de más o menos un año corría hacia ella a trompicones.

Sandra casi murió de miedo.

-¡Ten cuidado! ¡Despacio! ¡Uh, no me asustes! ¡Despacio!-

Corría hacia ella como si volara y abrazó a la niña en sus brazos.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz