El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 47

Senda estaba de pie delante de Mauren, como si él fuera la pared más sólida en el mundo, y nadie pudiera pasarlo.

- El hombre es la gente quién secuestró a Liz ayer, no le escapes Senda. –

Mauren quería ver las cosas bajo de Senda, pero, con el alto cuerpo, no podía ver nada.

En ese momento, Mauren sentía una señal diferente en sus ojos de Senda, cuando estaba mirándole.

Su mirada era fría sin temperatura, lo más importante era ¿qué iba a hacer en ese momento?

¿Si fueras aquí para ayudarla, por qué deja a escapar a Timonteo?

- Senda- Mauren parecía preocupada.

-Venga conmigo. - Senda fue más adelante.

- ¿Qué vas a hacer? – Mauren retrocedió atrás dos pasos antes de él la tocó.

Senda estaba justamente en su bajo. Como si él siempre fuera el gran apoyo suyo.

Maura en ese momento estaba intranquila, porque las cosas que antes no entendía, se volvieron claras cuando le vio a Senda.

- Ayer de la noche, mandó a las personas, había encontrado su lancha, pero hasta hoy, ellos todavía libre fuera de la justicia. –

Ella quería reír, pero no sabía por qué iba a reír.

- Senda, es imposible escapar a alguien bajo tu control. ¿Ya que los encontró, por qué dejarlos libre?

Esta vez Aurora intentó a suicidarse, ella pensaba que era porque tenía miedo. Pero, nadie imaginaba que no era que tenía miedo, pero era una bobería.

Aurora no podía gastar tantos dineros, ella trató el dinero tan apreciar como su vida. En el pasado, ella quería elegir unos diez ciento mil, no elegir su dignidad.

¿Cómo podría gastar tantos dineros para cancelar la boda entre Senda y ella?

A lo mejor fuera una revancha, pero esta vez, era verdad que era una casualidad.

- ¿Vas a proteger otra persona? ¿no? – Ella volvió atrás medio paso, pero, esta vez se lanzó al abrazo de Senda.

Mauren fue cogió por Senda.

Ella sólo se tocó a Noan por un segundo, y fue arrastró.

Noan volvió a la cara oscura, arrogó otra mano de Mauren y quería arrastrarla.

En los ojos de Senda amenazantes aparecieron, y dijo- Ella es mi prometida, si quisiera a morir, sigues tocándola.

Senda con la mirada hosca, mantenía el aspecto feroz que nadie quería a compartir con él.

Pero, Noan no tenía miedo sobre él, sobre todo, engarrafó su mano, no quería a dejarla.

- Si Mauren n quería estar a tu lado, vas a llevarla lejos.

- Noan - Xavier vino.

No decían que había tanta gente detrás de Senda, incluso si era Senda de su propia, no podían provocarlo.

- Noan, ellos… ellos dicen que ella era su prometida, no tienes que… participarlo. -

Aunque en ese momento parecía que Senda maltrató a Mauren, pero, pero tampoco ella pidió ayuda, ¿no?

Como no pidió de ayuda, entonces, ¿puedes… detener el conflicto primero?

Una vez visto a Senda, él tenía miedo, no sabía que de dónde venía su audacia, se atrevía a enfrentarse a Senda que en toda la Ciudad Norte, nadie se atrevía.

Los ojos fríos de Senda se fijaron en el cuerpo de Noan, abrochaban la muñeca de Mauren con un apretón subconsciente de cinco dedos

- Si tu amigo no querrá ver el sol de mañana, pruébalo. –

No quería hacerlo con estos chiquitos porque se notó que Mauren se preocupaba por ellos.

Pero, ¡Su tolerancia, limitada!

- Noan - Esto es el asunto entre mi prometido y yo. -

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz