Tanto Xavier como Liz acompañaban a Noan a regresar a casa. Esta vez, Noan no permitió a Mauren que los siguiera.
Hedi condujo el coche aquí. En medio de la noche, un grupo de tres personas salió del hospital y regresó a la villa de Senda.
En todo el camino, Mauren intentaba decirle algo a Senda tantas veces.
Sin embargo, Senda todavía estaba indiferente, lo que se vio obviamente enojado.
Aunque estaba agradecida de que la salvara, era tan arrogante que realmente no sabía cómo romper la rígida atmósfera.
Al final, solo pudo guardar en silencio.
El coche se paró frente a la puerta de la villa.
Tan pronto como Senda se apeó del auto, con las largas piernas, caminó hacia la entrada del pasillo sin girar la cabeza.
Mauren lo persiguió, y llamó, -Senda...-
Sin embargo, la ignoró en absoluto, en un abrir y cerrar de ojos, cruzó el pasillo y subió al piso.
¿Qué quería hacer con tanta indiferencia?
Sabía que para cuidar de Noan no había estado dispuesta a volver a casa con él esta noche, lo que lo enfureció por completo.
Sin embargo, también había demostrado claro que Noan era su amigo, por eso era imposible abandonarlo.
¿Por qué este hombre era tan arrogante que todos debían obedecerlo?
¿Por qué no lo obedeció de vez en cuando, lo que le enojó tanto?
Mauren estuvo aterrorizada y asustada toda la noche, ahora estaba demasiado cansada.
Cualquier persona que mirara la expresión fría de Senda se sintiera incómoda.
Frunció los labios y subió al piso con pesar.
Al volver al cuarto de invitados, tomó una ducha y se puso un conjunto de ropa limpia, lo que se vio renovada y cómoda.
Bajó hacia la cocina para tomar una botella de bebida y estaba a punto de volver a dormir.
Cuando subió al piso, se encontraba con Hedi quien bajó en búsqueda de agua para beber.
Mauren solo asintió con la cabeza, lo que se consideró de un saludo, y subió al piso, adelantándolo.
-Mauren.- Hedi intentó a hablar algo, mirándola desde atrás.
Todavía se sintió ofendido por Senda.
Sabía que no debía ni tiene las calificaciones para decir algo, pero era tan incómodo si no lo hizo.
-Mauren, ¿por qué no podrías... ser más paciente y preocuparte por Senda?-
Mauren lo miró con duda. ¿Qué significaba lo que dijo?
No le faltó paciencia sino que Senda le no hizo caso.
¿Qué más podía hacer si no le daba ninguna oportunidad?
¿Acaso lo siguió al lado desvergonzada para dejar que la echara una mirada?
Hedi debería tener claro cuánta indiferencia tenía Senda.
Soltando un suspiro de alivio con coraje, Hedi no podía evitar a decirle la verdad.
-Senda resultó herido, pero tú no...-
-¿De qué estás hablando? ¿Estaba herido?- Mauren se puso nerviosa y preocupada.
-¿Cuándo lo sucedió? ¿Esta noche? Pero yo...-
-Pero nunca lo habías visto, ¿no?-
En este punto, Hedi no le importaba la culpa por Senda, después de todo, ¡realmente no podía tolerar la soledad de Senda!
-Todo el corazón y los ojos tuyos están llenos de tu amigo, quien estaba herido, pero no sabes que Senda también le tomó un cuchillo para protegerte.
-Senda se siente incómodo, incluso a Maya no se le permite tocarlo. Quería darle medicina, pero me ahuyentó...-
Mauren subió al piso y abrió la puerta de prisa.
Apareció una figura sentada junto a la cama.
Después de haber dado una ducha y haber puesto un camisón que ahora estaba a un lado, solo se vestía un pijama informal.
Sosteniendo un hisopo de algodón en la mano, se estaba aplicando un medicamento.
Y en su brazo, había un rastro de un corte de cuchillo.
Seguía sin hablar. Pero no se resistió tanto como antes cuando Mauren le tocó la mano.
Le tocó la palma de Senda y le jaleó el brazo hacia ella cuidadosamente.
Se lo frotó suavemente sobre la herida suya usando el hisopo de algodón con ungüento.
La herida era más grave que lo que imaginar.
Aunque el corte no era muy profundo, ni era superficial.
El lugar más hondo incluso existió una profundidad de casi un centímetro.
En ese entonces debería haber sangrado mucho. Pero se vestía una camisa de color oscuro, además, era de noche. Por lo que si no prestaba atención no podría verlo.
Sin embargo, mientras le prestara más atención, era imposible no descubrirlo.
Era la culpa suya porque en ese momento solo se preocupó por Noan en vez de él.
-¿Te duele?- Cuando se aplicó el ungüento, se veía dolorido.
Pero Senda ni siquiera tarareó nada del principio al fin, lo que le entristeció más con tal apariencia obstinada y arrogante.
-¿Por qué no dejas que Maya te lo diagnosticara? ¿Una herida tan profunda, estas seguro no necesitar unos puntos de sustura?
Seguía sin hablar, como si ella hubiera estado hablando al aire.
Al contrario, Mauren no estaba enojada en absoluto esta noche, y sintió una pena demasiada.
Aplicándole la medicina con suavidad, cada vez que le aplicó un poco, no podía evitar bajar la cabeza y soplar suavemente, por temor a que le lastimara.
Sin embargo, Senda se enfadó sin hablar de cabo a rabo, ignorándola, y le dejó hacer como quiera.
Al final, llevó a cabo de aplicarle el medicamento, empacó los hisopos de algodón y recogió el camisón del lado.
Cuando levantó la mirada, vio un pecho desnudo suyo. Se sonrojó por este cuerpo mirando músculos fuertes.
No le había dado cuenta de que Senda no ponía ninguna ropa.
Mirándolo ahora, ese cuerpo sexy y musculoso le hizo tímida al instante.
El corazón de Mauren latía con fuerza y se sonrojaba..
En este momento escuchó su voz baja por encima de la cabeza, -¿Has visto suficiente?-
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