El empresario del corazon roto romance Capítulo 13

Entro a las siete de la noche a mi piso, y después de ver la correspondencia y los archivos por revisar, voy hacia mi habitación para ponerme ropa más cómoda y ahora ver el cuestionario que debo llenar para que Isa me envíe el menú.

Abro el ordenador y en seguida abajo la liga donde me pide todos mis datos personales, dudo un poco ¿ella sabrá quién es Quentin Valois? ¿Qué tal si lo pongo y ella se entera de quién soy? ¿Cambiarán las cosas?

Tomo el móvil y le llamo, ella después de unos tonos me contesta.―¿Si?

―Buenas tardes.― Hablo educado.

―¿En serio tienes dudas sobre un cuestionario tan simple? Creo que un niño de cuatro años lo podría llenar.

―No, no es por eso... sólo que...― Y me quedo en silencio ¿cómo le voy a preguntar a ella si de causalidad conoce a Quentin Valois uno de los empresarios más ricos que existen? Tal vez escucho de mi por el reportaje que hicieron sobre mi accidente, tal vez...

―¿Quentin? ― Escucho su voz.

―¿Qué hiciste hoy? ― Pregunto, mientras escribo Quentin V en la solicitud.

―Pues, fui a comprar la materia prima que necesito y luego fui por unas semillas y chocolates al marcado de la boquera...

―¿Estuviste en la boquera hoy? ― Pregunto un poco ilusionado.

―Sí, ahí voy casi todo el tiempo, tengo a mis proveedores y me gusta ir..

En este momento sólo me pongo a pensar en lo pequeña que es esta ciudad, Isa y yo estuvimos en el mismo lugar, casi al mismo tiempo e incluso pudimos habernos cruzado y al no saber cómo somos físicamente perdimos la oportunidad de conocernos.

―Yo también fui hoy... a un café llamado "Du Lait" ¿lo conoces?

―Es el mejor café de chocolate y croissant que hay... ¿pediste el relleno de chocolate o el original?

―El original.

―Prueba el relleno de chocolate es delicioso, llevo años tratando de copiar la receta para hacerlos, pero por mas que los como no encuentro el ingrediente secreto.

Sonrió y de pronto cierro el ordenador por un impulso― ¿Quieres ir a comer uno? ― Pregunto e Isa se queda en silencio.

Caigo en cuenta de en lo que acabo de decir y sé que no debí decirlo o ni siquiera pensarlo, pero sólo de imaginar que ella y yo pudimos habernos conocido el día de hoy debo confesar que me emociona.

―¿Ahora?

―O mañana, o no... ― titubeo.

―¿O no?―Pregunta― ¿me invitas y luego ya no?

―No, es que... ― Entonces comienzo a reírme porque me siento como un tonto en este momento.

―¿Crees que estemos listos para este paso?

«¿Estás listo para este paso Quentin? » Pienso. Un aire de nerviosismo entra por mi cuerpo «¿A caso la acabo de invitar a salir? »

―Bueno, si no quieres no es obligatorio que aceptes mi oferta...

―Quentin.― Interrumpe.― Tranquilo, te dije ahora porque no puedo en este momento, tengo mucho que cocinar pero, qué te parece si nos vemos el viernes ¿quieres?

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