¿Ahora qué?
Lily se quedó parada, asustada y con los labios fruncidos.
De repente, una escena impactante apareció en la pantalla. Un loco enviaba grupos tras grupos de regalos a su plataforma, ¡que sumaban a dos millones de dólares!
¡Guau!
¡Toda la plataforma se alborotó! ¿Repartir dos millones de dólares en regalos de una sola vez? ¿Podría haber sido un multimillonario?
Lily se estremeció de gratitud al ver el nombre de la persona: Hill.
Después de donar el dinero, el usuario 'Hill' comentó en la plataforma.
[No tienes que hacer nada. Canta si te apetece cantar].
El 'Jefe Mar del Este' se calló al instante.
Al leer lo que escribió 'Hill', Lily se sintió abrumada por la gratitud. Justo cuando estaba a punto de levantarse para darle las gracias, vio que el usuario 'Hill' ya había abandonado la plataforma.
¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!
"Presidente, ¿puedo entrar?", preguntó una voz.
"Pasa".
Perla entró con una pila de documentos en sus manos. "Presidente, he hecho arreglos con respecto a la plataforma de transmisión en vivo de Lily Lyndon. Aquí está nuestro informe mensual de ingresos. Por favor, échele un vistazo".
Darryl hojeó los documentos y sonrió: "Mmm, ¡no está nada mal!".
Tenía que admitirlo. Perla era muy capaz. Aumentaba los ingresos de la empresa.
Después de recibir los cumplidos, Perla sonrió y aprovechó la oportunidad para preguntar: "Presidente, la Subasta de Roger tendrá lugar esta noche. ¿Le interesa pasarse por allí? Nos han enviado una invitación hoy mismo".
Yvonne Young se sentía algo deprimida los últimos días. No sabía por qué, pero Darryl no dejaba de aparecer en su mente. La imagen de él tasando las antigüedades, las miradas de él luchando contra los tiburones, su valentía al salvar a todos, y ser herido por los ladrones. Incluso mientras estaba cubierto de sangre.
Las escenas profundamente bordadas siguieron parpadeando en su mente como una maldición. No podía evitar que su corazón latiera rápido cada vez que lo veía. Había pasado casi medio mes desde la última vez que tuvo noticias de Darryl. Se preguntaba si se había recuperado; se preguntaba qué estaría haciendo. Yvonne se sentía como si estuviera enferma, desinteresada por todo lo que ocurría a su alrededor.
"Yvonne".
Mientras tanto, su padre, Kingston, entró corriendo a la sala.
"¿Por qué vuelves a soñar despierta en casa? Vamos. Te llevaré a un evento interesante".
Kingston se dio cuenta de que Yvonne había estado sintiéndose mal y quiso animarla.
"Papá, no tengo ganas de salir", murmuró Yvonne.
Kingston sonrió: "Definitivamente querrás ir a esta subasta. ¿Has oído hablar de la Subasta de Roger? En esta subasta se venderán muchas antigüedades. Quién sabe, puede que volvamos a casa con unos cuantos tesoros. Además, ¿no estás enamorada de ‘La Adoración del Cristal’? Según ellos, también subastarán un par de ellos".
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