El Esposo Piadoso romance Capítulo 196

¡Estamos acabados!

La cabeza de Zack daba vueltas. No se atrevió a mirar a la joven.

¿Diez por ciento? ¡Eso es casi tan bueno como nada! Los Rogers son carne muerta.

De repente, alguien objetó: "Esto es demasiado complicado, sería inútil enviarlo al hospital, me temo que las posibilidades son incluso menos que 10 por ciento”.

Shelly hizo una mueca. ¿Quién sería tan arrogante como para hablar de esa manera? Ella era la única doctora aquí, sus palabras deberían significar algo. Si el anciano no es enviado al hospital, ¿esperas que muera aquí? ¡Al menos habría esperanza en el hospital!

Se volteó furiosamente para ver quién lo había dicho.

¡¿Darryl?!

De repente se sintió avergonzada. Hoy no llevaba maquillaje. Después del último encuentro con Darryl, confiaba profundamente en él ya que la hacía sentir segura. Debe tener sus razones para insistir en no enviar el anciano al hospital.

La multitud jadeó y se volteó hacia Darryl. ¿Quién es esta persona? ¿Podría ser una persona famosa en el mundo médico? También dijo que la píldora era ineficaz y peligrosa, ¡y resultó ser verdad!

"¿Quién eres tú?", preguntó la joven. Miró a Darryl y le preguntó rotundamente: "Ya que me aconsejaste que no enviara a mi abuelo al hospital, ¿tienes una solución mejor?".

Darryl se rió y luego se acercó al anciano. Después de algunas observaciones, dijo: "La Doctora Shelly tenía razón, su abuelo tiene un bloqueo en el cerebro, pero su condición es un poco especial”.

La joven respiró profundo y dijo después: “Primero pondré las cosas sobre la mesa; si algo le llega a pasar a mi abuelo, haré que usted y toda su familia se arrepienta de haber nacido en esta tierra."

‘... ¿Por qué una chica tan hermosa como ella le gusta lanzar amenazas sin provocación? ¿No podría ser más tranquila?’.

"Depende completamente de ti. Si no lo deseas, no dudes en enviarlo al hospital”. Darryl se encogió de hombros y se rió.

‘Maldita sea, te estoy haciendo un favor ayudándote a salvar a tu abuelo y aún así me amenazas’, pensó él.

"¡Tú…!". La cara de la joven se sonrojó. Ella estaba furiosa.