El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 148

-Mi hermana no podrá parir más por tu culpa, nunca podrás parir.- la sorpresa de Serana se convirtió en furia, les gritó, -Todos tenéis la culpa. Si no hubiera buscado la subrogación, mi hermana no terminaría así. Es tan hermosa y tierna. ¡Todo es tu culpa!-

Se oyó otro bofetada y la cara hinchada de Serena se hizo más grave.

-¿Cómo te atreves a pegarme?- la furia se convirtió en cruel y le gritó al hombre. Oscar le regañó con una mirada feroz y una sonrisa maliciosa, -¿Y qué? Quiero matarte. Si no por la ley, ¡te mataría sin ninguna piedad!-

-¡Tú...!- Serena retrocedió por miedo con los uñas apretado en la mano, pero aun así no podía controlar su odio por Laura, si no fuera por ella, su hermana no habría llegado a esta altura. No se habría alejado y no se habría casado con el tipo Félix.

Oscar se le acercó y le tomó el pelo con mucha fuerza, llevaba un puñal en la mano. Le amenazó a Serana con el puñal en su cuello, diciendo con una voz indiferente, -Si me obligas más, aunque haya la ley, si me irritas, ¡te mataré sin importar nada!-

En la habitación se reinaba un ambiente sombrío, la mirada de Oscar que solía ser tierna y suave se convirtió en una fría insoportable, lo que hizo sentirse terrible.

-¿Me quieres matar?- tembló la voz de la mujer, intentó calmarse. Pero al encontrarse con la mirada amenazante de este, se dio cuenta de que estaba en serio.

-¡Exacto!- la voz de Oscar también llevaba una indiferencia horrible sin ninguna emoción, movió la daga levemente y se veía que la sangre salía lentamente del cuello de la mujer, - Si cavo el puña un poco más, la sangre brotará de la arteria sin cesar, en ese momento, ningún médico puede salvarte.-

-¡Mátame directamente, mátame!- el terror de Serana llegó a un extremo que su cuerpo no pudo evitar de temblar y gritar sin poder contener la respiración.

El hombre le echó a un lado, mientras que la pobre se tumbó en el suelo por la desesperación y gemía dolorosamente con el cuello lleno de sangre.

Sin mostrar ninguna piedad, Oscar se fue directamente.

En la sala del hospital.

En la sala solo estaban Laura y Lorenzo, el hombre Umberto y Milagro penetraron con mucha prisa gritando, -¿Dónde está Laura, está bien?-

Su preocupación era tan exagerada como si Laura estuviera muerta ya.

Esta todavía estaba en el sueño y se despertó por el grito del hombre. Al ver a los dos, mostró un poco sorpresa, -Señor Umberto, ¿por qué estás aquí?-

La cara de este se quedaba pálida y se apresuró a la cama al ver a la mujer sentarse, le preguntó con mucha preocupación, -¿Estás bien Laura?-

Sin esperar la llegada de los dos, Laura se sentía muy emocionada, les dijo, -Ya estoy mejor, no te preocupes.-

La expresión de Milagros estaba llena de preocupación, -¿Por qué sucedió tal cosa?-

Al oírlo, la mirada de la mujer se puso triste. Fue todo su culpa, no existía medicina para el arrepentimiento en este mundo miserable.

-Joder, Milagros, ayúdame a averiguar lo que ha pasado y castigar a esos pícaros. ¡Hijo de punta, se atrevió a hacer daño a mi familia!- Umberto se puso muy furioso y dijo palabras malsonantes.

-Señor Umberto, es que...- Lorenzo mostró un poco de disgusto al ver la reacción del hombre. Era demasiado exagerado lo que dijo aunque fue para defender a su empleada. -Aquí estamos en la sala del hospital, no está bien para los pacientes gritar en una voz tan alta.-

Fue la primera vez que vio a Lorenzo, Umberto se mostró muy duro y le interrogó, -Lorenzo, dime qué ha pasado. ¿Por qué Laura perdió su bebé? ¡Tu hijo tiene que pagar por esto!-

Al oírle mencionar el malparto, la cara de Laura se quedó pálida. El anciano al verla, le regañó al hombre, -Umberto, ¡qué está hablando! ¿No ves la cara pálida de Laura?-

Al notar al estado de Laura, este hombre se le acercó consolándola, -Laura, dime qué ha pasado y te ayudaré a arreglar todo bien. ¿Es que el tipo Oscar te pidió que buscaras a Alexia? ¡Si no fuera Félix que me contó todo, todavía no sabría nada de eso! No te preocupes, te ayudaré.-

-Umberto, no te molestes más. ¡Félix ha dicho que fue un accidente!.- al un lado murmuró Milagros al ver la angustia en el rostro de Laura.

-¿Vienes aquí para armar líos?- Lorenzo quería reprimir su ira en el interior, pero este Umberto se había pasado demasiado.

-Sí, vengo a causarte líos, ¡incluso quiero pelear!- el hombre se dejaba llevarse por la ira, como si hubiera regresado a los tiempos de mafias.

-Señor, no lo hagas- Laura se puso muy ansiosa.

Al ver la cara preocupada de Laura, Umberto le dijo a Lorenzo, -Ven, hablamos afuera de la sala, ¿te atreves?-

-¿Por qué no?- le contestó fríamente el anciano.

-Bueno, ¡hablamos afuera, Lorencito!- no quería molestar a Laura, tiró de Lorenzo y salió de la sala.

-Te he dicho que fue un accidente. No sé qué pasa contigo y te atreves a mencionar tal tragedia frente a pobre Laura. ¡Loco!- Lorenzo estaba muy enojado también.

Los dos se discutían sin cesar hasta a un rincón del pasillo.

Allí estaba muy lejos de la sala y Laura no podía oírlos. Los dos de pie empezaron a argumentar.

-¡Qué accidente! Me muero de furia, es porque tu puto hija no ha protegido bien a Laura.-

-No lo sabía nade de eso Oscar. Hasta el accidente sucedió, se enteró de que Laura estaba embarazada. Hemos planeado que se celebrará su boda la próxima mes, ¡no se esperaba que ocurrió tal tragedia!- Lorenzo también estaba muy molesto por perder su segundo nieto de repente.

-Es la culpa de tu hijo. ¿Por qué la dejó encontrarse con esa Alexia? ¡Es la amor vieja de tu hijo, joder! Sé que ese maldito Oscar no es nada bueno. Vale, desde hoy nunca pensará en acercarse mi Laura. ¡Jamás lo permitiré!- Umberto cruzó los brazos en el pecho y se burló con un tono de fura, -¿Quieres casarse con Laura? ¡Ni pensar!-

-¿Por qué mi hijo no puede está con Laura? ¿Quién te crees que eres?- Lorenzo nunca había visto a un hombre tan irrazonable en la vida. Aunque le molestaba mucho el lío entre Alexia y su hijo, como padre siempre estaba al lado de su hijo.