El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 156

Umberto escuchó a Laura que estaba predicando antes de entrar por la puerta, y de repente se sintió un poco angustiado por su nieto. Realmente no llamó Andrés, pero ahora estaba sosteniendo la mano de Andrés y tuvo que ayudar su nieto, -¡Laura, realmente llamé a Andrés!-

Iker volvió la cabeza en silencio y vio a Umberto. No podía creer que su abuelo lo ayudaría, pero obedientemente dijo, -¡Mamá, mentí! ¡Es mi culpa!-

Al ver la cara indiferente y la expresión perdida, Oscar no pudo soportarlo, dio un paso adelante, abrazó a Iker y dijo, -¡Laura, todavía es un niño! ¡Si conoce sus errores, todavía es un buen chico!-

-¡No necesito tu ayuda!- Iker se separó de Oscar, -¡Es mi culpa, fui a reflexionar sobre mí mismo contra la pared!-

-¿Hermano?- Gritó Andrés en voz baja, -¡Iré contigo!-

-¿Qué?¿No fueron para atrapar al tío lascivo? ¿Por qué se fueron de repente?- Umberto obviamente no era para este propósito, -¡Iker, nuestra tarea aún no se ha completado!-

-Jefe, si hace algo mal, debe reflexionar sobre ello. ¡No lo ayude! ¡Iker, vaya solo! ¡Andrés, no vayas, no has hecho nada malo! Iker, si cometes un error, debes asumir las consecuencias. ¡No dejes que otros te acompañen!- Laura era una persona de dar recompensas debidas y castigos merecidos sin contemplaciones.

Iker frunció la boca, un poco ofendido, y se mordió el labio obstinadamente, -¡El tío sale ahora, y iré a reflexionar! ¡No quiero que el tío daña a mamá!-

Oscar estaba asombrado. Hablaba por él, pero no se olvidó de mantenerlo alejado de su madre. Era realmente terco.

Umberto se rió y suspiró, -¡Muy bien! ¡Oscar, sal ahora!-

-¡Te acompañaré a reflexionar!- Dijo Oscar impotente, y abrazó a Iker, -¿Hasta ahora todavía te niegas a perdonarme?-

-¡Es porque no protegiste a mami!- Aunque Iker se sorprendió de que Oscar estuviera dispuesto a acompañarlo a reflexionar, ¡eso no significaba que podría perdonarlo!

-¿A dónde iremos a reflexionar?- Oscar miró hacia el largo pasillo, -¿Qué te parece aquí?-

Iker no habló y fue directamente a la esquina, se paró junto a la pared, de cara a la pared y dejó de hablar.

-Iker, ¿ya has comenzado a reflejarse?- Oscar estaba asombrado, y lo siguió parado allí. Los dos hombres que miraban la pared se veían exactamente mutuamente.

Umberto se tocó la barbilla triunfalmente y volvió a tomar la mano de Andrés, -¡Bien, reflexionáis por aquí, Andrés y yo bajamos a desayunar!-

-¡No te pedí que vengas a reflexionar conmigo!- Dijo Iker.

-Soy voluntario-

-¡No te necesito, de todos modos ya no me gustas!-

-¿Por qué?-

-¡Porque me hiciste perder a mi hermana, ya no me gustas!-

***

Laura vio a los dos cuando salió, e incluso la postura era la misma.

Al escuchar el ruido, Oscar miró hacia atrás y vio a Laura, -¡Laura!-

-¡No puedes hablar!- Dijo Iker, como si estuviera ordenando a Oscar.

-Iker, te acompañé a reflexionar antes. Pero ahora reflexionas por tú mismo, ¡quiero acompañar a tu mami!- Oscar frunció los labios y retrocedió.

Iker frunció el ceño, -¡Mamá, no estés con él!-

Aunque era bajo, Iker declaró la guerra a Oscar con gran ímpetu, con seriedad en su rostro.

-¡Iker, vienes a desayudar en cinco minutos!- Laura ignoró a Oscar y le dijo directamente a Iker.

-¡Lo sé, mami!- Los ojos de Iker se veía la fragilidad del niño en un instante, - mami ...-

Porque vio que Oscar ya había envuelto sus brazos alrededor de la cintura de mamá, y Laura tiró de la mano de Oscar hacia abajo, pero Oscar movió su mano al lado de mamá.

Iker estaba atónito y su rostro estaba lleno de horror, -Mami, ¿puedo reflexionar más tarde? ¿Puedo deberlo ahora?-

-¡Vale!- Laura miró a Oscar detrás de ella, directamente quitó su mano y bajó las escaleras llevando la mano de Iker.

-¡Mamá, Andrés y yo te acompañaremos a dormir esta noche y ahuyentaremos al tío lascivo!- Dijo Iker con seriedad, mirando hacia atrás a Oscar, y lo encontró avergonzado e incómodo en ese momento.

-¡Vale! ¡Me acompañáis a dormir esta noche!- Laura asintió y estuvo de acuerdo.

Iker parpadeó, -Tío, ¿no bajas a comer?-

¡Joder! Oscar miró a las dos figuras que se iban, muy indefenso. Podía satisfacer a su suegro, pero no a Iker. ¿Por qué era tan inteligente? No como un niño en absoluto.

Se sintió lastimado cuando pensó en ello, ¡él había sido abandonado!

Estaba pensando, ¿si tendría más hijo en el futuro? Tenía dos hijos ya lo había puesto muy duro. Si tuviera otro hijo más, ¿no sería menos capaz de ganarse el favor de Laura?

¡Qué contradicción!

Cuando Umberto vio a Laura y Iker bajar las escaleras, inmediatamente dijo, -¡Apúrate y come!-

-¡Buenos días, Jefe!- Laura saludó.

-Laura, ¿puedes no llamarme Jefe?- Umberto se detuvo y miró a Oscar que bajaba las escaleras. Después de una noche entera, no hubo ningún efecto. ¿Qué hizo Oscar?

Oscar se encogió de hombros, obviamente aún no había llegado el momento, por lo que Umberto no podía hacer nada.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El hombre con la máscara de zorro