El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 158

-¡Además, ahora ella está embarazada y el padre del bebé es Umberto!- Dijo Oscar nuevamente.

-¡Dios!- Laura se cubrió los labios, temiendo gritar por estar sorprendida.

Oscar negó con la cabeza, -¿Puedes aceptar que tendrás un hermano que es menor que tu hijo?-

Laura estaba realmente atónita y no respondió durante mucho tiempo.

En el estudio de la familia Hurtado.

De pie junto a la ventana, había una figura alta de pie con un cigarrillo en la mano. Las cenizas habían ardido durante mucho tiempo. Obviamente, no lo había fumado durante mucho tiempo. ¡Quizás estaba pensando demasiado y se le olvidó!

La noche fuera de la ventana se estaba volviendo más oscura, Laura se armó de coraje, y cuando entró con todo tipo de sentimientos complicados, vio a Umberto de pie junto a la ventana, la figura alta estaba un poco solitaria.

Abrió la boca, pero no supo qué decir.

Él era su padre, padre biológico.

Ella no sabía cuántos años él tenía, qué le gustaba, cuál es su afición, e incluso ahora no lo había llamado padre. Ella no le preguntó cómo conoció a Sandra o qué pasó. Ella simplemente lo evitaba a ciegas. ¡Pero nunca olvidaría que el padre la crió! Nicolás Abasto siempre sería su padre.

Pero al ver la figura solitaria frente a ella, Laura todavía sentía un poco de dolor en su corazón. ¿Esto se debía a la sangre de la familia? Al verlo pensar en cosas como esta, ella se preocupaba por él.

Ella querría que Natalie lo acompañara por el resto de su vida. Ella también era egoísta y no quería pensar en el amor entre Tomás y Natalie.

-Jefe..- Finalmente habló, la voz de Laura era muy baja, un poco ronca, no sabía cómo hablar.

-¿Laura?- Umberto volvió la cabeza, un poco sorprendido, -¿Qué pasa?-

Al ver este rostro familiar, ella todavía no sabía qué decir.

-¿Tienes algo que decirme?- El tono de Umberto estaba lleno de preocupación. -¿Oscar te maltrató?-

-¡No!- Laura estaba conmovida porque siempre él se había preocupado tanto por ella. Sabía que él quería compensar la falta de afecto de tantos años, pero ella ya era una adulta.

-¿Entonces?-

-Natalie...-

-Sí…- Umberto solo asintió, sus ojos se iluminaron, y luego no dijo nada, estaba esperando las palabras de Laura.

Laura levantó la cabeza, lo miró y dijo lentamente, -Natalie está embarazada...-

Con esta frase, todo cuerpo de Umberto se puso rígido, su mente zumbó y explotó, ¿Natalie estaba embarazada? ¿Ese bebé…?

-¡Esta es la dirección!- Laura le dio a Umberto la dirección que había conseguido Oscar. -Vive sola de una manera muy miserable. ¡Escuché que va a dar a luz a este bebé!-

Umberto se quedó sorprendido un tiempo, el embarazo de Natalie lo hizo sentir muy complicado, -Laura, me ocuparé de ello. Siempre serás mi hija y el negocio familiar será tuyo. ¡Nadie puede quitártelo! -

-¡Jefe, no quiero decir eso, no quiero nada de tus cosas!- Laura negó con la cabeza, un poco avergonzada, ni siquiera entendía lo que pensaba Umberto. -¿Qué vas a hacer con este asunto?-

-¡Te haré satisfecha! ¡Me iré ahora!- Dijo Umberto, luego pellizcó la colilla en su mano, tomó la cazadora y se fue.

Laura pensó que él recogería a Natalie, pero se equivocó porque Umberto entendió mal su significado.

Natalie fue a la Ciudad Verde. Una ciudad a doscientas millas de distancia de su ciudad.

Cuando llamó a la puerta de Natalie a altas horas de la noche, Natalie estaba completamente atónita. Sostuvo el marco de la puerta y se tapó el pecho. -Tú, ¿por qué estás aquí?-

-¿Estás embarazada?- Mirándola con una mirada complicada, la voz de Umberto era baja.

La espalda de Natalie se puso rígida, mirando su encanto malvado y su hermoso rostro, afilado e indiferente, desgarrador. Ella tembló, -¿Cómo lo sabes?-

-¿Este es mi hijo?- La expresión de Umberto era obviamente infeliz. Extendió la mano para sostener su barbilla y miró su rostro tembloroso. No podía soportarlo, pero aun así dijo, -Natalie, ¡no podemos tener este bebé!-

No era que él fuera cruel, ¡simplemente no quería que Laura estuviera triste!

Después de todo, él tenía cuarenta y cinco años. Ya era viejo. Era quince años mayor que Natalie. Incluso el hijo de Laura solo tenía cinco años. ¿Cómo pudo dejar que naciera este niño?

Temía que Laura lo negara aún más una vez que naciera el niño. ¿Qué más quería en esta vida? ¡Solo quería que su hija volviera a su lado!

-¡No, Umberto, no puedes hacer esto!- Natalie negó con la cabeza, las lágrimas brotaron en un instante, mirando a Umberto con incredulidad. -No, este es mi hijo, no quiero matarlo, Umberto, este no es tu hijo, no, este es mi hijo con otro hombre, ¡no pienses que vayas matarlo!-

-¡Natalie, este niño es mío, lo sé muy bien, y tú no eres una mujer así. Pero, Natalie, ¡no podemos dejar que este niño nazca!- El puño de Umberto estaba apretado en su costado, él tampoco quería matarlo por su propia cuenta.

-¡Umberto, sal!- Natalie se calmó de repente, su tono era frío y desgarrador, lo empujó rápidamente, tratando de empujarlo fuera de la puerta.

Milagros, que estaba en las escaleras, escuchó su conversación e instantáneamente entendió por qué Umberto había venido de noche. Había estado con Umberto durante tantos años y lo había conocido hacía mucho tiempo.

¿Quería que ella abortara el bebé por Laura?

Dentro de la puerta, Umberto dijo de nuevo, Natalie, ya sabes, lo que quiero hacer nunca ha fracasado, ¿me sigues obedientemente al hospital o quieres que te ate al hospital?-

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