El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 177

-¡No menciones el pasado! ¡Debo agradecer a los sufrimiento, me hacen de aprender cómo enfrentar la vida! ¡Estas acciones son tuyas, no las quiero!-

-¡Hermana…!- Zarina seguía insistiendo.

Pero Laura asintió la cabeza, -Gracias por tu buena voluntad, estoy feliz ahora. La felicidad no depende de la cantidad de dinero que poseo, ¡ser rico no significa que estar feliz! Sandra no tuvo una vida feliz, pensé que ella iba a estar feliz después de casarse con tu padre, pero ella no. Yo no pensé que había ocurrido esta cosa. Ahora ellos dos murieron, no comentamos sus errores, de todos modos, ¡tienes que ser fuerte!-

Laura sabía que en la familia Maroto quedaba ella sola, ella sólo tenía veinte y dos años, era tan joven, pero tenía que dirigir una empresa grande. El potencial humano era infinito, ella creía que Zarina podría enfrentar todas dificultades en el futuro.

-Hermana, el dinero tampoco me importa, sólo quiero tener una hermana, en este mundo, excepto mi papá y Sandra, ¡sólo tengo tú!- por eso ella la precisaba mucho, y sacó las acciones para regalar a ella.

-Todavía tienes Tomás, ¡él es un hombre bueno!- dijo Laura.

Pero Zarina se negó con la cabeza tristemente, -¡No! Él no me pertenece ahora, ¡ya separamos!-

Diciendo esto, ella tomó un bocadito de café, y tosía por tomar el café apresuradamente, al fin no sabía qué pasó, se sentía asco, -Disculpa…-

Zarina tapó la boca y se levantó, caminó hacia el baño rápido. Laura se asombró y preocupaba por ella, la siguió al baño.

Ella vio que Zarina vomitaba. Se asombró, pensaba en algo.

-Zarina, ¿estás embarazada?-

Zarina se levantó la cabeza lentamente, mirando su figura en el espejo, no lo negó, en los ojos llenaban tristeza, pero eran firmes, -Sí. Hermana, por favor no hablas con nadie, ¿vale?-

-¿Es bebé de Tomás?- Laura creía que era hijo de Tomás.

-¡Sí!- Zarina afirmó.

Y las dos regresaron a la mesa, Zarina dijo en voz baja, -Él no me ama, sé que está enamorado a otra mujer, por eso no quiero aguantarme de estar con un hombre que no me ama. Aunque tengo un bebé suyo, no quiero molestarle. Así que, por favor, no dices a nadie, ¿vale?-

Laura se preocupaba mucho por su decisión, -Pero no dices a él, ¿es justo para tu bebé?-

-¡Es mi propio bebé, un bebé mío! ¡No tiene nada que ver con él!- Zarina sonrió tristemente, la mano tocando su vientre, -Ahora tengo un pariente más, ¡mi hermana y mi bebé!-

Laura suspiró profundamente, no sabía que podía hablar, si no amaran los dos, ¿cómo pudieran estar juntos? aunque estuvieran juntos, ¿cómo pudieran pasar juntos toda la vida?

-Hermana, ¡tienes que aceptarlas!- Zarina entregó otra vez la carpeta de transferencia de acciones.

Pero Laura devolvió la carpeta.

-¡Hermana!-

-Si me llamas hermana, no me las entregas más, ¡cuídate mucho! Voy a el cementerio para visitar a ella, no pude participar sus ritos funerales, ¡no sé si es tarde de verla ahora!- mientras diciendo, ella se levantó.

-¡No es tarde! Si la visitas, ¡ella estará contenta!-

Después de regresar del cementerio, Laura se volvió tranquila.

La muerte de Sandra rompió el plan, Oscar no podía proponer matrimonio.

Umberto no visitó a Sandra, ¡nadie sabía qué estaba pensando!

Natalie estaba tranquila también.

Toda la familia Hurtado estaba quieta.

Iker fue traslado a una escuela masculino, no necesitaba estudiar con las niñas. Laura se preocupaba que Iker disgustara a las niñas, pero considerando de que él fue rodeaba por las niñas y no pudo concentrarse en estudio, al fin estaba de acuerdo al traslado de escuela.

Los días pasaban tranquilamente.

Pero un día Laura recibió un correo.

Ella viendo sorprendentemente al correo para ella, en su sobre no tenía nombre y dirección de remitente. ¿Quién mandó este correo a la casa de Hurtado? ¡Era muy raro!

Abrió el correo, fue un correo imprimido en la que escribió algunas informaciones sobre el accidente de su padre Nicolás.

El accidente de ocho años antes.

¡El chofer de aquel día era Oscar!

¡Laura se quedó atónita!

La muerte de su padre estaba relativa con Oscar.

Laura se asombró mucho.

Justamente entró Oscar en este momento, vio que Laura se quedó congelada, estaba un poco sorprendido, -Laura, ¿qué te pasa? ¿Alguien te escribe?-

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