El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 237

Al ver el texto en el móvil, Teresa cerró los ojos y tembló de tristeza, pero al final decidió rechazarlo con crueldad.

-Lo siento, no creo que tengamos algo de que hablar, así que no es necesario.-

Después de escribir este texto, Teresa movía su dedo sobre el botón de enviar por mucho tiempo, después de luchar, finalmente hizo clic.

Menos de dos segundos después, inmediatamente sonó la llamada de Milagros.

Después de recibir la llamada, Teresa ni siquiera la miró y decidió colgarla.

Sin embargo, él no se dio por vencido, sino que volvió a llamar unas cuantas veces más. Teresa se puso muy enfadada, mientras frunció el ceño, pero se sintió un poco de alegría inexplicable escondida en su corazón.

Teresa vaciló un momento. Al fin colgó la llamada decididamente.

Al otro lado del teléfono, Milagros originalmente quería explicarle a Teresa lo que vio ella el otro día,, ya no tenía nada que ver con esa mujer.

Pero Teresa estaba furiosa en aquel momento, ni siquiera escuchó su explicación en absoluto, e incluso decidió separarse de él.

Milagros estaba enojado, pero no tenía ningún remedio con Teresa, en ese momento, al ver el mensaje de Whatsapp que envió ella, dijo que quería romper la relación por completo, sólo tuvo que llamarla una y otra vez.

Tras volver a colgar el teléfono, Milagros frunció el ceño fuertemente, y su rostro se puso tan sombrío.

Milagros colgó el teléfono directamente, cogió la chaqueta junto a él, se la puso y caminó rápidamente hacia el aparcamiento subterráneo.

Ya que ella no quería contestar el teléfono, entonces fue a su casa en persona para dejarle las cosas claras a esa muje, quien no confiaba en él en absoluto ni tenía confianza en sí misma.

Después de que Teresa colgó el teléfono, esperaba mucho tiempo, pero esta vez, no pudo ver más llamadas.

Los dedos de Teresa apretaron el teléfono inconscientemente,soltó un suspiro de alivio, pero no pudo evitar sentirse decepcionada en el corazón.

¿Qué era esto? Dijo que lo explicaría, pero ni siquiera estaba dispuesto a insistir en hacer llamadas más, resultó que lo que pensaba ella efectivamente era cierto.

Teresa bajó la cabeza, mientras se quejaba, caminaba hacia su casa pateando piedras, pasara lo que pasara, decidió volver a casa primero, y no quería seguir pensando más en lo de Milagros.

Daba igual lo que había sucedido en el pasado, lo dejó sin hacer más caso, en cuento a los días en Hokkaido de Japón, y todo lo que pasó después de regresar aquí hasta ahora, era mejor que lo considerara como un sueño.

El sueño de que a Teresa le daba envidia a que su amiga había encontrado un marido, por lo que tenía muchas ganas de enamorarse de alguien, pero ahora, era la hora de despertarse, y naturalmente, todo desapareció.

Al llegar a la puerta de la casa Carballo, Teresa se quedó mirando el coche estacionado a la puerta, el modelo y la matrícula familiares le recordaron ese hombre involuntariamente, y hacía casi media hora, colgó su llamada.

Entonces…

Teresa se quedó parada en la oscuridad de la esquina de la calle, ¿La razón por la que no siguió llamando era que ya la había perseguido hasta su casa?

Teresa no pudo evitar morderse los labios inconscientemente, acababa de colgar sus llamadas, además, justo ahora decidió que nunca contactaría con él, pero ahora, estaba a punto de encontrarse con él, todo eso hizo su persistencia convertirse en una broma.

Pensando en esto, Teresa se dio la vuelta sin dudarlo y caminó en la dirección opuesta.

Ya que Milagros estaba dispuesto a esperar allí, no quería volver a casa.

Sin embargo, aunque Teresa caminaba muy rápido, Milagros aún notó algo.

Milagros estaba esperando ansiosamente a la puerta de la casa Carballo, pero no vio a Teresa regresar, justamente cuando estaba a punto de marcharse en coche, de repente sus movimientos se detuvieron, y echó una mirada por el rabillo del ojo a la calle oscura.

Efectivamente, vio una figura familiar en la esquina, era Teresa, a la que había estado esperando durante mucho tiempo.

Sin embargo, ella no quería verlo..

Milagros apretó con fuerza inconscientemente el volante con sus grandes manos, era la primera vez que se ponía tan nervioso, conducía con mucho despacio persiguiendo a Teresa con cuidado, y manteniendo una distancia de unos 80 metros entre ellos dos.

Teresa dio unos pasos hacia adelante, mirando casualmente la calle vacía, y de repente notó la sombra del coche que la estaba persiguiendo.

Ella se quedó asombrada de repente, y sus dedos agarrando el bolso apretaron inconscientemente, quería volver la cabeza para ver quién la estaba persiguiendo, pero no se atrevió a volver la cabeza por temer que alarmaba a esa persona.

La noche se hizo cada vez más oscura, y había menos gente por la calle. Teresa se quedó sola, pero el coche detrás de ella todavía la perseguía, cuando caminó más rápido y el coche condujo más rápido, cuando caminó más lento y el coche condujo más lento también, y ya la había perseguido durante unos 20 minutos.

Eso no era una buena idea.

Teresa se detuvo en donde estaba, cerró los ojos y luego respiró hondo, ya que siempre la perseguía pero no la atacó inmediatamente, podría que tuviera algún motivo.

Pensando en esto, Teresa bajó la cabeza y sacó el móvil, vaciló un momento y configuró el contacto de emergencia en el número de Milagros.

Siguió convenciendo a sí misma de que no estaba pensando en Milagros sólo que de momento Milagros podría ser el que estuviera más cerca de ella, al fin y al cabo, antes estaba esperando a la puerta de la casa Carballo, sólo habían pasado 20 minutos y no debería estar lejos.

Después de estar mentalmente preparada, Teresa respiró hondo y estaba a punto de volver la cabeza, de repente fue bloqueada por unos pandilleros delante de ella.

-Vaya, guapa, ¿por quéhaces paseando aquí tan tarde? ¿Es porque también te sientes sola y esperas un encuentro amoroso?-

-Eso es, eres tan guapa y no debería faltar novios, no vuelves a casa tan tarde por ser abandonada y estás esperando nuestra llegada, ¿no?-

Los pandilleros seguían acercándose mientras hablaban y estaban a punto de bloquear a Teresa en un rincón.

-¿Qué hacéis?-

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