El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 239

Teresa ni siquiera pudo reaccionar, los pandilleros atrevidos que querían hacerle daño ya habían sido llevados por la policía.

-Tú, ¿por qué estás aquí?-

Después de escapar del peligro, el humor de Teresa se calmó un poco, levantó la cabeza y empujó al hombre frente a ella, tratando de calmar su emoción para que su voz no sonara tan ansiosa.

Milagros la miraba con tolerancia. Obviamente Teresa estaba enfadada. Y ahora el homre ya perdió la ferocidad de castigar a los pandilleros hacía un momento. Era gentil y obediente como un gran perro que había cometido el error y esperaba el castigo frente a su dueño.

-Quiero verte, pues dijiste por teléfono que quieres separarte de mí, pero yo no quiero ropmer contigo-

-¿Por qué?-

Teresa dio un paso atrás y miró al hombre frente a ella con miradas complicadas, como si nunca lo hubiera conocido antes.

-¿No la encontraste ya ese día? Ya que ella regresó, entonces ya no es necesario que me quede, soy sólo una suplente, ¿por qué me tienes que dejar recordar esta humillación todo el tiempo?-

Los ojos de Milagros temblaron violentamente, y no esperaba que Teresa hubiera malentendido él y Lía .

-¿Por qué piensas así?-

Milagros frunció el ceño fuertemente, -¿Alguien te dijo algo? Nunca te había considerado como Lía …-

-Shhh.-

Teresa no esperó a que Milagros terminara, puso un dedo en el borde de su boca para que él no siguiera hablando.

Después de que sus pensamientos se fueron calmando gradualmente y Teresa finalmente se dio cuenta de algo, el coche que la había estado persiguiendo en ese momento era probablemente el coche de Milagros..

Él ya vio claramente que regresó, pero sólo la persiguió, si no fuera por la repentina aparición de esos pandilleros, Milagros no habría planeado aparecer frente a ella.

Las comisuras de la boca de Teresa se levantaron, mostrando una sonrisa burlona, e ignoró a Milagros detrás de ella y caminó en dirección a la casa Carballo sola.

-No es necesario que me expliques nada, tampoco quiero escucharlo, no me importa la relación entre tú y la sñorita Lía, en cuanto a la relación entre nosotros dos, ¿no te la dije claramente en el teléfono? No me molestes.-

-¿Nos separamos?-

Milagros agarró la mano de Teresa y la tiró fuertemente en sus brazos, sin dejarla moverse ni un poquito, al ver a la mujer agresiva frente a él, no pudo evitar ponerse tan enojado que se rio.

-Me prometiste tan fácilmente ser mi novia, pero ahora quieres separarte de mí, Teresa, no hay tal cosa tan buena en el mundo, ¿qué me consideras?-

Cuando terminó de hablar, Milagros ignoró la objeción de Teresa, bajó la cabeza y la besó directamente.

El beso fue tan intenso que incluso duró diez minutos, hasta que Teresa no pudo respirar por completo y cayó en los brazos del hombre, Milagros soltó a Teresa riéndose de burlona.

-Te lo digo, nunca pienses en que nos separemos sin mi permiso.-

-¿Entonces?-

Teresa de repente se sintió agraviada, levantó la cabeza con los ojos rojos y miró a Milagros, siquiera con un rastro de odio en sus ojos.

-Milagros, ¿crees que es divertido humillarme? Me consideras como una suplente, ¿no tengo el derecho de decir que n? ¿todavía hay que continuar esta relación?-

-No me refiero a eso.-

Milagros frunció el ceño fuertemente y agarró un mechón de su cabello con irritación.

-Teresa, escúchame, no sé qué tonterías te han dicho los demás, pero nunca te he considerado como una suplente.-

Milagros quería explicar, vio a Teresa dándose la vuelta y a punto de irse, su rabia repentinamente se apoderó de su corazón, sus labios se volvieron una línea recta, su gran mano agarró su muñeca sin dejarla irse.

-Ya te dije, nunca te he considerado como una suplente de Lía, y nunca he estado enamorado de ella, lo creas o no, ¡mi novia eres sólo tú desde el principio hasta el final!-

Por fin terminó las palabras que quería decir, Milagros no pudo evitar dar un suspiro de alivio, y miró fijamente el rostro de Teresa, observando su expresión..

Efectivamente, después de escuchar las palabras de Milagros, Teresa parpadeó aturdida y levantó la cabeza para mirar al hombre, que era un poco gruñón pero con miradas firmes.

Aunque todavía tenía dudas, no pudo evitar creer las palabras de Milagros, pero obviamente él no explicó nada, sólo expresó su punto de vista. Pensando en eso, Teresa no pudo evitar reír amargamente, se rio de sí misma por ser demasiado humilde y fácil de perdonarlo.

-¿Has terminado?-

Teresa levantó la cabeza y miró a Milagros sin parpadear, lo que le puso un poco nervioso.

Milagros creía que había vivido muchas cosas, pero frente a la mirada sincera de la mujer que le gustaba, no pudo evitar ponerse nervioso en el corazón, -Ya he terminado, así que es imposible que nos separemos.-

-Vale.-

Teresa levantó la cabeza y miró a la luna que colgaba alto, ocultando todas sus expresiones y pensamientos en lo profundo de su corazón sin mostrar ni un rastro.

-Ya es tarde, si terminas de hablar, me iré a casa.-

Milagros se quedó atónito por un rato, estaba un poco inseguro sobre la actitud de Teresa, la siguió y preguntó ansiosamente.

-Entonces lo de separarnos…-

-Como dijiste.- Teresa volvió la cabeza y le sonrió levemente a Milagros, -No nos separamos, pero quiero ver tu sinceridad, y quiero saber todo lo que pasó entre tú y Lía.-

-Ah, vale, entonces te llevaré a casa.-

Milagros asintió con la cabeza, un rastro de sorpresa destelló en sus ojos, no esperaba que Teresa lo perdonara tan fácilmente, pensaba que tendría que discutir con ella por más tiempo.

Unos minutos después, Teresa se paró en el balcón del segundo piso de su casa y vio marcharse el coche de Milagros, no pudo evitar sentirse afortunada en su corazón, pero también sintió una pérdida indescriptible.

Aunque no pasó nada entre Milagros y Lía, también creía que ese hombre no mentiría sin ningún motivo, pero había un malentendido tan grande entre los dos, incluso él no tenía ganas de consolarla.

De hecho,, en la punto de vista de Teresa, creía que Milagros no la amaba tanto..

*

Después de unos días, finalmente se fundó el estudio de Laura.

Después de la ceremonia de corte de cinta, Laura no pudo evitar sonreír después de escuchar a Teresa describiendo el pequeño conflicto entre ella y Milagros.

-Teresa,tal vez pienses demasiado.-

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