El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 340

-Interroga qué pasó.

Después de ordenarlo, Lorenzo se levantó de repente y, con el bastón estrechado, se marchó a gran paso del cuarto de estudio. Esta vez no vaciló, costara lo que costara, haría de desatar el enredo emocional de esa chica.

Al mismo tiempo, Olivia estaba en el sofá de una sala de bar, desatentamente agitando una copa de cóctel.

Ella estaba muy tranquila, por el contrario, Ichiro se quedaba descontento por la aparición repentina de Oscar. Él pensaba que podría resolver los problemas sobre lanzamiento para Laura.

-¿No dijiste que el pan era perfecto?

Ichiro estaba hasta la cabeza, mirándola con una cara hosca.

-Me prometiste que dejaría a alguien detenerlo que viniera al lanzamiento, ¿cómo lo hiciste? Olivia, ¿me estás tomando el pelo?

-Claro que no.

Olivia soltó una sonrisa ligera, acercándose a Ichiro para calmarlo.

-Todo estuvo listo antes, pero no esperaba que Oscar fuera capaz de librarse.

-¿No esperas?

Al darse cuenta del acercamiento de Olivia, Ichiro frunció el ceño de repente, y se inclinó hacia atrás para huirse del toque.

-Hay numerosas cosas que no pensabas, la realidad es que los esfuerzos resultaron vanos, abandoné tantos recursos humanos y materiales para lograr el efecto tuyo, ahora todo está en vano, ¿acaso me has engañado desde principio?

-Realmente no es así.

Olivia se quedó sin remedio. De verdad, lo pensaba como lo que había dicho, al mismo tiempo, no quería ofenderlo.

Olivia estaba muy clara de que Ichiro no era un tonto. Por eso, se sentó derecha.

-En realidad, aun siendo un fracaso, no pasa nada. Tengo un plan de reemplazo, quítese el enojo, ya que prometo ayudarte a ganar el amor de Laura, he de hacerlo.

Ichiro resopló con frialdad sin aceptar el compromiso ni la demagogia.

-Dime, pero si me entro de que me engañas esta vez, ¡estáis listos para enfrentaros con la ira de la familia Matsuda!

Cuando se mencionó la familia Matsuda, Olivia bajó la miraba para esconder el miedo en el fondo de los ojos. Los asuntos habían desarrollados como así, para Olivia, era imposible rendirse.

Al levantar la cabeza de nuevo, Olivia sonrió con mucha confianza.

-Por supuesto, estoy muy clara, señor Matsuda, no se preocupe, le permitiré obtener lo que quiere esta vez.

Ichiro se burló y quiso decir algo más, pero sonó de repente el teléfono de Lorenzo.

Olivia le miró pidiendo perdón, se levantó con el móvil y se marchó. Cuando vio el número, la sonrisa en su rostro desapareció instantáneamente.

Después de un momento de vacilación, Olivia ajustó la condición y cogió el teléfono.

-¿Con quién hablo?

La otra parte del teléfono guardó silencio.

Pensaba bien que debería apaciguarle el corazón, pero no podía decir ni una palabra en ese momento.

-Bueno.

Después de un rato silencioso, Olivia no pudo evitar soltar una sonrisa sarcástica.

-Si no hablas, colgaré.

-¡Espera!

Al escuchar que iba a colgar el teléfono, Lorenzo la interrumpió apresuradamente sin pensar más, -De parte de Lorenzo, tenemos que hablar.

Olivia se levantó las cejas, -Es el presidente Lorenzo, si me invita, no tengo ninguna razón para rechazar, tiempo y lugar depende de usted, me da igual.

Con los labios temblándose, Lorenzo dijo,

-Entonces ven a mi casa, estoy aquí esperándote.

-No creo que estoy calificada para visitar la casa del presidente Lorenzo.

-No digas eso -Lorenzo cerró los ojos dolorosamente, casi perdió las palabras-. También es tu casa, estos años te lo siento mucho, porque no sabía que sigues viva, tienes razón para odiarme.

Después de escucharlo, la sonrisa en el rostro de Olivia desapareció por completo, solo le quedó el odio fuerte. Ella colgó el teléfono directamente, ya había perdido el interés de hablar con él de cortesía, temerosa de que no pudiera evitar revelar su propósito en el siguiente segundo.

Una hora después, estaba en la casa de Lorenzo.

Olivia siguió al mayordomo, viendo sarcásticamente la casa desconocida donde nació ella, que realmente era muy lujosa y magnífica, pero pronto todo eso se convertiría en una burbuja y se disipó como un humo.

Al imaginarlo, Olivia no pudo evitar reírse.

-Señorita Olivia, está fuera del estudio, el señor Lorenzo le está esperando.

El mayordomo se dio la vuelta, miró a Olivia con una mirada compleja, mientras decía lentamente.

-Gracias.

Olivia le dio una sonrisa encantadora, y luego entró en el estudio.

-¿Cómo está? presidente Lorenzo.

Lorenzo clavó los ojos en ella, sin decir nada al principio. Ella se parecía más a su esposa muerta.

A Olivia no le importó la actitud de Lorenzo. Se sirvió en una silla y dijo sin cortesía.

-El presidente Lorenzo me pidió que viniera, ¿sólo para dejarme sentar aquí?

-Por supuesto que no.

Lorenzo se esforzó por controlar la emoción, mientas la observaba cuidadosamente. La niña creció y era muy guapa. Imaginaba numerosas veces cómo se vería la niña cuando creciera. Ya vería que era muy guapa.

-¿Conoces tu padres?

-¿Mis padres? ¿Qué padres?

Olivia se inclinó la cabeza, mirándolo aturdidamente.

-Solo sé que crecí huérfana sin padres, mis padres biológicos irresponsables me dejaron en un orfanato, si no hubiera los padres adoptivos que me crían, a lo mejor no habría existido ahora, por supuesto, tampoco habría tenido la oportunidad de hablar con el presidente Lorenzo.

Lorenzo se atragantó dolorosamente, sabiendo que vino con el propósito y las palabras no eran necesariamente ciertas, pero aún así no pudo evitar sentir dolor.

-Lo siento, Olivia, te disculpo como tu padre, me queda algo indescriptible sobre lo que pasó entonces.

-¿Qué está diciendo presidente Lorenzo?

Olivia no confió en él completamente. Se levantó con una cara sorprendida,

-¿Está confundido? He dicho que soy una huérfana, sólo tengo padres adoptivos, pero después de que crecí ellos ya emigraron al extranjero.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El hombre con la máscara de zorro