El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 44

-Levántate.- Laura se levantó de inmediato y le dijo con enfado. Se había sonrojado. ¿Qué sentido tenía ser tímida? ¿Por qué se sentía tímida ahora? Se culpó a sí misma en su mente y luego miró furiosamente al sonriente Oscar porque en realidad estaba feliz de ser visto.

-Haré que la enfermera venga a ponerte una inyección.- Oscar sonrió ligeramente, con una mano aún abrazándola y con otra acariciando suavemente su pelo, -Si te ve, dile luego que eres mi mujer.-

-¿Cuándo he sido tu mujer?- Se sorprendió con la cara muy roja.

-No me rechazaste cuando te besé antes.- Oscar dijo, -Ya he marcado en ti, así que no puedes rechazarme.-

-Y no ayudes a nadie arriesgando tu vida. No estás hecha de hierro.- Sus palabras dominantes le hicieron sorprender a ella. ¿Creía que ella debería obedecerlo?

Miró a Oscar con dudas. Vio su rostro guapo, que no era tan delgado como el de Max, sino era bien definido que tenía un especial encanto. Aunque estaba sonriendo ahora, uno podría percibir su sabiduría de su sonrisa.

-¿Pero quién iría a atacar a Max? Presidente, deja que Max vuelva al país rápidamente.- Se preocupó por Max.

-Laura.- Oscar cambió de color. Si se atreviera a preocuparse por otro hombre otra vez, él le daría una lección.

***

-¿Por qué?- Oscar miró al atractivo rostro de Max profundamente.

-El año pasado despedí a una empleada que llegaba tarde. Ella me explicó pero no la escuché y la despedí. Luego ella pasó un año en paro. Como tenía mala fama por haber sido despedida por absentismo, no consiguió encontrar un puesto adecuado. Entonces hizo esto.- Max explicó sobre el ataque de anoche.

-¿Ya está solucionado?- Oscar frunció las cejas.

-No, estoy esperando su decisión final.- Max se sintió un poco culpable, porque quería contratar a la mujer que había dañado a Laura, pero no sabía si Oscar estaría de acuerdo.

-¿Qué te parece?-

-Que vuelva a trabajar Daniela. Antes la despedí sin haber tenido en cuenta que faltó al trabajo porque su hijo estaba enfermo.-

-¿Dejaste que la mujer que había dañado a Laura volviera a la sucursal?- Oscar frunció las cejas.

-Por eso pido su aprobación.-

-¿Ella está arrepentida?-

-Sí.-

-Entonces estoy de acuerdo.- Oscar asintió con la cabeza.

Mientras Laura pasaba por la sala, se detuvo de repente y oyó su conversación. Resultaría que la mujer que la hirió ayer lo hizo por su trabajo.

Así que todos eran muy amables. Laura se rio y sintió que valía la pena hacerlo ayer. No abrió la puerta y volvió a tenderse en la cama del hospital.

Tan pronto como Daniela volvió a la empresa, fue al hospital a visitar a Laura.

Fuera de la sala había diez guardaespaldas, cinco a cada lado.

Cuando entró Daniela, se inclinó inmediatamente ante Laura y dijo palabras de disculpa, que Laura no entendió nada debido a que no conocía su idioma.

-Laura, lo siento mucho, lo siento mucho.- Daniela se disculpó.

Oscar parecía tranquilo y después de un rato, le dijo al intérprete, -Llévatela y dile que trabaje con diligencia.-

Cuando ellos se fueron, Oscar preguntó a Laura, -¿Tienes hambre?-

Laura negó con la cabeza, -¿Qué ha dicho?-

No entendió ni una palabra.

-Ella te presta sus disculpas.-

-Vale.- Laura comenzó a reírse.

-Eres estúpida, ¿verdad?- Oscar puso los ojos en blanco.

-Una buena manera para resolver un problema.- Resolverlo de manera pacífica era mejor que nada. -Presidente, vete a trabajar.-

-Laura, ¿quién de nosotros es Presidente?- Oscar cambió de color y preguntó fríamente.

-Lo eres.-

-¿Quién decide si necesito trabajar o no?-

-Tú.-

-Así que no trabajo hoy.- Oscar siguió sentado en el sofá, -Puedes cerrar los ojos si no quieres verme.-

Laura no imaginó que él bromeaba y no pudo evitar reírse a carcajadas, -Pero si ya he dormido bastante.-

Como ella sonrió, Oscar también sonrió, -Entonces tendrás que verme todo el día.-

Laura pareció sentirse menos molesta con él cuando pensó en que este hombre, además de ser muy dominante y cachondo, también era agradable y amable.

-Presidente, ¿adónde fue ayer Amelia? ¿Por qué no la vi después?- Laura recordó que Amelia parecía haber salido antes de terminar la cena.

-No lo sé.- Oscar estaba fijándose en su portátil, porque estaba jugando a un juego diseñado por Iker. No esperaba que un niño de cinco años diseñara un juego tan interesante. Si se promocionaba, debería venderse a buen precio. Se le ocurrió una idea a Oscar.

Mientras jugaba, recibió de repente una llamada de casa. Oscar contestó el teléfono y luego escuchó la voz ansiosa de Lorenzo, -Oscar, Andrés ha desaparecido. Ha desaparecido.-

-¿Cómo?- Oscar se quedó atónito, -¿Qué ha pasado?-

-El conductor fue a recogerlo, pero él no lo encontró. ¡He llamado a la policía!- Lorenzo no se atrevió a retrasar ni un momento.

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