El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 72

¿Él no era el hijo de su madre?

¿Lo recogió?

Iker se sorprendió en la puerta, sus ojos hermosos agrandaron y los círculos de ojos de repente se volvieron rojos.

En la habitación, Oscar también estaba sorprendido y tenía un sentimiento muy complicado, pero incluso tuvo algo de alegría, -¿Es verdad lo que dijiste?-

Laura miró al rostro de Oscar con mucha atención, y las lágrimas llenaron sus ojos. -Sí. Jefe Oscar, no me preguntes más sobre mi privacidad, por favor. Es realmente cruel que continúes cortando las cicatrices de los demás.-

Oscar miró su rostro terco con los ojos complicados, de repente se acercó y la abrazó.

Laura estaba luchando, pero él de repente la abrazó con más fuerza. -Lo siento, no sé que esta cosa es la que describes.-

Pero la puerta estaba abriendo, Iker quiso preguntar algo, pero vio la escena que tío estaba sosteniendo a su madre.

-Creo que Iker es tu hijo, pero no esperaba que esta cosa es así.-

-¿Cómo puedes tan dominante? Iker es muy miserable, nos dependimos el uno del otro durante tantos años, si no me acompaña, no sé qué me pasaría. Oscar, ¿Cómo puedes seguir haciendo daño a los demás?- Ella estaba llorando en sus brazos, llorando por completo.

Él estaba intentando consolarla, pero no vio a la figura pequeña que estaba en quieta al lado de la puerta.

El niño apretó los labios con fuerza, las lágrimas rodaron por sus ojos, y solo quedaba una voz en su mente. ¡Él no era el hijo de su madre! ¡Él no tenía papá ni mamá!

Se dio la vuelta, y salió corriendo...

-Lo siento.- Oscar contuvo sus emociones y le dio unas palmaditas en su espalda suavemente sin saber cómo consolarla. De repente, pensó en Iker, -No llores, Iker está al lado.-

Laura detuvo su llanto de repente por la palabra. ¿Por qué no podía controlar sus propias emociones? Si Iker las escuchara, ¿qué haría?

Oscar miró hacia la puerta que estaba abierta. De repente la preguntó con mucha duda, -¿A lo mejor la puerta estaba cerrada antes?-

Laura levantó la cabeza de repente, y se le ocurrió algo malo, -Iker, ¿Iker?-

Nadie la respondió.

Laura salió corriendo con mucha prisa, -Iker, ¿dónde estás? Iker, tu madre está llamándote. Iker, ¿dónde estás?-

Pero Iker no estaba en su habitación. Su ordenador todavía estaba encendido y había un sonido desde el cuadro de diálogo del ordenador, era Teresa Carballo, quien todavía estaba charlando con Iker en otra parte. De repente no hubo respuestas de Iker.

-No.- Laura gritó y tenía mucho miedo.

-Laura, no te preocupes, vamos a encontrarlo.- Oscar también estaba un poco nervioso. ¿Tal vez el niño escuchó lo que habían dicho hacía un momento? No podía imaginar cómo estaba ese niño cuando escuchó esto.

-¡Por supuesto que no tienes prisa! Él no es tu hijo. Oscar, te digo que si mi hijo está en peligro, te mataré.- Si él no había hecho esto, ella no podía gritarlo el secreto que se escondía en su corazón.

Laura salió rápidamente para encontrarlo.

Oscar también la persiguió, estaba siguiendo lloviendo afuera, y la lluvia a fines del otoño era excepcionalmente fría...

Laura estaba un poco sorprendida, mirando a la lluvia oscura, y tenía miedo de no ver la figura. Apretó las manos con fuerza y gritó, -Iker, ¿dónde estás? Respóndeme, ¿dónde estás?-

Bajo la lluvia, solo se escuchó la desgarradora llamada de Laura. -Iker, respóndeme, ¿dónde estás? Mamá estaba equivocada, mamá estaba bromeando con tío, eres mi hijo, eres mi corazón. Hijo, ¿dónde estás? Respóndeme rápido...-

-¡Iker!- Oscar también salió corriendo y gritando, pero no pudo encontrar la figura de ese niño.

Los dos estaban mojados por la lluvia rápidamente, pero Laura solo quería correr hacia adelante. -Iker, ¿dónde estás? Respóndeme dónde estás. No me asustes, ¿vale?-

¿A dónde fue ese niño?

¿Realmente Iker había escuchado? La única posibilidad era que lo hubiera escuchado. Oscar no sabía qué pensaría el niño y pasaría si escuchara algo así.

Tan pronto como pensó en el rostro pequeño, sintió que le dolía mucho el pecho. Un respiro ligero le podía causar angustia, pensaba que debía ser demasiado culpable, por eso le dolía mucho el corazón.

-Iker, ¿dónde estás? Dime, por favor. Tío está bromeando con tu mamá, no es la verdad.- Oscar estaba gritando, pero no importaba cómo gritó, y nadie le respondió.

Laura llamaba mientras corría, hasta que su voz de llanto se volvió ronca, salió corriendo del callejón, y la gente que estaba corriendo apresuradamente con paraguas en la calle no pudo evitar mirar hacia atrás.

Laura sostuvo a todos los que pasaban. -Señor, ¿has visto a un niño de cinco años? Sobre esta altura.-

-No.- Todos negaron con la cabeza.

-Iker.- Laura estaba tan triste ahora que quería llorar, pero no pudo.

Oscar la siguió, inexplicablemente le dolía mucho la corazón, y la agarró su muñeca, -Laura, no te preocupes, definitivamente podemos encontrarlo.-

El tiempo se estaba haciendo tarde, la gente era cada vez menos, y ellos estaba caminando con más prisa. La sensación de que no pudo ver su hijo y no sabía su hijo dónde estaba la ponía aún más nerviosa. -Suéltame... Oscar, suéltame. Dáme mi hijo, ¡todo es culpa tuya, todo es culpa tuya!-

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