A pasado ya dos semana de lo que paso en la casa de Luke, estos días que ya pasaron no lo ví, ni en el trabajo y ni en el súper donde lo ví por primera vez.
No es de que me este preocupando ni nada de eso sí no... A ávido mucho trabajo estás semanas y eventos en los que él tiene que asistir y uno está cerca.
Era jueves y estaba en el súper ya que la alacena y refrigerador están casi vacíos y no quiero salir mañana.
Miraba los tipos de cereales y estaba en un gran debate por unas Zucaritas o unas con miel.
¡Joder por qué es tan difícil escojer un serial!
Miraba indecisa las dos cajas y hasta que decidí por un tin marin y ganó las Zucaritas.
Las pongo en la caja y voy a la área de carne, are albóndigas con spaghetti a si que tengo que comprar todo lo necesario.
Mientras veía las tiras de spaghetti al ver los nombres mi vista se ponía borrosa, parpadea más de una vez y muy rápido hasta que mi vista regreso a la normalidad.
Caminaba y ví una blusa muy linda dejo el carro y tomo la blusa en mis manos la coló donde está y me sujeto en el carrito, el dolor en mi abdomen se hizo presente y era tan fuerte el dolor que... No podía ni caminar ni mover mis piernas.
—¿Se encuentra bien?
Alzo la mirada y veo a una señora.
—Yo...
Intenté parar me pero antes de caer denuevo en el suelo ella me sostiene en sus manos.
—¡Santo Dios estás ardiendo! ¡Zabdiel, hija ven rápido!
Al se un poco la mirada y un chico alto cabello negro y ojos muy hermosos viene corriendo.
—¡Que pasa!.
—Llama a una ambulancia, ¡Rapido! -me mira- da me el número de tu mamá...
—No... -mi voz estaba ronca y débil- No... Ella no por favor.
Si lo menos que quería era que ella se preocupara, lo único que me salió de los labio fue una sola palabra.
—Luke.
De todo se volvió oscuro.
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Luke
Estaba en mi casa preparando las maletas para ir a ver a mis padres en Canadá, hace una semana no contando esta que ya acabará, recibí una llamada a las tres de la madrugada de mi madre.
Fui al baño dispuesto a tomarme una ducha, cuando estaba en la regadera escucho una llamada entrante de mi celular, cierro la llave y me tapo con una toalla de la cintura para abajo.
Llamada de Lili
Cuando estaba a punto de contestar cuelga, el timbre de la casa suena y me pongo un pans y una playera azul marino.
La persona que estaba llamando a la puerta estaba insistente.
—¡Ya voy! -grito.
Cuando habro la puerta veo a Samantha bañada por la lluvia y su maquillaje regado.
—¿Samantha? -miro al cielo- pasa mujer, por qué estás afuera con esta lluvia.
Ella entra rápido y me mira, su rostro pude notar que estaba preocupada y note sus ojos rojos acaso ¿Estuvo llorando?
—Samantha que... ¿Que tienes?
—Es... Es... Lili -dijo casi llorando, al escuchar ese nombre me tense al instante.
—¿Que pasó con ella?
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