El Joven Secreto romance Capítulo 12

Me veo obligada a abrir los ojos con extrema flojera cuando el irritante sonido de mi celular invade la habitación donde hasta ese momento reinaba la oscuridad y el silencio. Miro a mis lados, llegando a la conclusión de que no veré ni encontraré absolutamente nada en estas condiciones. Extiendo mi brazo hacia la mesa de luz y, tras varios intentos fallidos, finalmente enciendo la lámpara que yace allí, iluminando aunque sea un poco el lugar con una luz cálida y amarillenta.

Diviso mi bolso sobre la silla que se encuentra a unos metros y abandono la cama evitando hacer ruido, acción cuyo logro me sorprende con lo torpe que soy. El excesivo brillo que emite la pantalla casi me deja ciega, obligándome a cerrar los ojos, para luego abrirlos uno por uno con desconfianza, como si esa luz me fuese a quemar al tener contacto con mi rostro.

"Mía: 3 llamadas perdidas, 5 mensajes no leídos." Leo en silencio, sin sorprenderme. El nombre de ese contacto no me alarma tanto como el segundo: "Papá". Suelto un bufido y me maldigo por haber dejado el teléfono en silencio. Las notificaciones de mi padre quedan intactas, por el simple hecho de que no sé qué contestarle o si debería hacerlo. En cuanto a Mía...me basta con enviarle un mensaje de menos de dos renglones aclarando que no voy a volver al bar para ponerla al tanto de la situación y recibir una carita pervertida como única respuesta.

Me volteo al escuchar algo extraño y visualizo a Samuel, con los ojos cerrados y la cara pegada a la almohada dando golpes en la mía, mientras suelta bufidos o palabras inentendibles debido a su estado soñoliento.

May: ¿Qué hacés tarado?

Pregunto ya habiéndome sentado en el borde lateral de la cama. Al reconocer mi voz, deja de hacer lo que sea que está haciendo y abre uno de los ojos.

Samuel: Te busco. Creo.

Contesta sentándose y apoyando la espalda en el respaldo.

May: ¿Pegándome?

Samuel (ríe, frotándose los ojos): Te quería abrazar y me di cuenta de que no había nadie. ¿No te das cuenta de que estoy dormido todavía?

Me causa ternura verlo así, tan infantil e inocente.

May: Me tengo que ir.

Samuel: No, no te vas a ningún lado. Vení acá.

Dice tomándome del brazo y arrastrándome hacia él, dando una vuelta rápida y dejándome abajo suyo para luego llenarme de besos.

May: Pará. Papá va a sospechar, no puedo.

Samuel: Y que sospeche lo que se le cante.

Agrega atacando mi cuello.

May: La última vez que sospechó terminó todo mal.

Samuel: Hablando de eso...nunca me contaste que pasó.

Menciona con una expresión completamente diferente en su rostro, sentándose y mirándome seriamente.

May: Si querés me quedo un rato más, pero prefiero no hablar de eso.

Samuel: ¿Por?

May: Porque ya pasó Samuel. Estamos bien ahora. No importa.

Samuel: A mí me importa.

Lo ignoro, tomando el control remoto y extendiéndoselo.

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