El mundo artístico está consternado.
Hace solo unos meses atrás que el famoso pintor y escultor James, la joven promesa, celebró su tan esperada boda con su prometida de muchos años Maggie cuando la noticia que Jackson, su padre,el consagrado pintor de la ciudad había fallecido.
El mundo del arte se tiñe de negro, por el fallecimiento, el mundo está de luto.
Las condolencias hacía James llegan de todas partes del mundo, de esa forma los allegados a su padre y fans tratan de acompañar al famoso pintor y su familia entera en este momento tan difícil.
De nuevo la enorme familia se viste de negro, James preside el cortejo fúnebre.
Estoico, sin mostrar emoción alguna , ni derramar una sola lágrima, James ayuda a cargar en su hombro el féretro de su padre para llevarlo al área de los crematorios.
Después de haber llorado hasta el cansancio la muerte de su amado padre James se recompuso cuando escucho un ligero murmullo en su oído.
"Estoy bien, estoy con Laila, tu madre."
Y eso fue suficiente para que James comprendiera que su padre por fin esta en el cielo con su madre y ambos son felices ahora.
James sabe que en el plano donde Jackson está junto con su madre nadie que puede interponerse en su amor el cual no tiempo ni espacio.
James casi puede asegurar que la pareja está disfrutando del amor puro, avasallador y entregado que en vida no pudieron disfrutar.
James agradece a la abuela Situ su ayuda pues fue ella quien se hizo cargo de los arreglos funerarios.
El cortejo fúnebre es inmenso, la noticia llena las primeras planas de todos los periódicos importantes.
La foto de los guapos hombres de la familia vestidos de negro muy serios es de lo que de habla en los programas del corazón.
En las fotos que toman los paparazzi de las mujeres de la familia todas ellas se aprecian bellas, refinadas y muy respetuosas.
Los pequeños de portan muy bien y, esta vez quien encabeza a los bebés es la hermosa nena Cristine.
Ella impide que los bebés se porten mal.
Las muestras de amor tales como flores, cartas, regalos hacen que James dibuje una ligera sonrisa en su rostro.
El chico nunca estuvo preparado para despedir a su padre que hizo tanto por él.
Cuando vivió con Jackson esa casa siempre estuvo llena de enseñanzas, risas, abrazos y mucho afecto aunque también hubo lágrimas a lo largo de los años.
Muchas veces James sorprendió a su padre limpiándose una escurridiza lágrima cuando recordaba a Laila, quien fue el gran y único amor de Jackson.
James nunca supo porque su padre parecía feliz pero triste en un día específico hasta ahora.
Ese día Jackson intentó proponerle matrimonio a Laila fallidamente.
Después de la cremación James despide de la familia para ir a casa de su padre pues Jackson se la heredó a su hijo.
La casa de Jackson esta tapizada de obras de arte de James y Maggie.
Y más recientemente de su nieta Cristine.
Emily quiso acompañar a Cristine a casa de su abuelo.
Ambas nenas tomaditas de la mano caminan al patio de la casa donde toman asiento en pequeñas sillitas como las bellas princesitas bien portadas que son.
Lo que James y Maggie no pueden ver cuando se asoman por la ventana para observar a las nenas es que ellas escuchan un cuento por parte de la abuela de Cristine, quien es una joven linda y radiante.
El abuelo Jackson permanece al lado de Laila abrazandola amorosamente.
"Todos mis bocetos están aquí, incluso los que hice mal y rompí."
Comenta James mirando los papeles arrugados y viejos sobre una mesa de trabajo
"Los míos también."
Declara Maggie quién se maravilla mirando el estudio de Jackson el cual les trae a la pareja hermosos y felices recuerdos de su pasado.
"Papá..."
James no puede evitar susurrar cuando toca las cosas de su padre, sus pinturas, sus caballetes, todo como Jackson dejó.
James retira una manta blanca que cubre una pintura, lo que plasmado en ella le hace imposible al chico derramar lágrimas.
Retratados en el lienzo estan James, Maggie, Cristine, Jackson y Laila todos juntos como si de una fotografía se tratara.
Maggie observó la hermosa pintura la cual la pone triste y agradecida con su suegro.
Ahí, mirándolos feliz, Jackson abraza a Laila, la madre de James.
"Mira mi amor, tu papá sabe que tendremos otro bebé."
El vientre de Maggie en la pintura se aprecia un poco hinchado.
"No tengo dudas de que él supieran."
"Tendremos otra hijo o hija en unos años y seremos una hermosa familia feliz los cuatro."
Declara James con melancolía.
"Así será mi amor."
Los esposos se abrazan agradeciendo que se aman tanto mientras siguen admirando el retrato.
Las nenas mientras tanto juegan felices a perseguir a sus abuelos en el jardín.
Dias, semanas y meses después se llevaron a cabo homenajes, premios y reconocimientos póstumos para el fallecido pintor Jackson, James aceptó en nombre de su padre todos los premios.
Muchas galerías ofrecieron exposiciones de las pinturas del famoso pintor.
Las diversas obras de arte que el padre de James tenía guardadas en su estudio e incluso bocetos raros fueron vendidas a los coleccionistas quienes pelearon a muerte en las subastas por obtener una obra del pintor fallecido.
El tiempo avanza pero los días, semanas y meses no hacen más fácil a James y Lorelay el fallecimiento de sus padres.
Día tras día, James y Lorelay se refugian en sus trabajos, sus esposos y en sus pequeñas.
Los primos necesitan distraerse de pensar en los dolorosos decesos aunque no por ella un nuevo miedo crezca dentro de ellos.
Las abuelas Freda y Situ rápidamente a decaer en salud.
Un día, las dos abuelas simplemente no pueden salir de la cama, por tal motivo los pequeños comenzaron a ir diariamente a la guardería.
Los hombres de la familia se encargan de cuidar de las abuelas, tanto que incluso llamaron a varios especialistas médicos por petición de la abuela Situ.
"El paso del tiempo es inevitable caballeros, es todo lo que puedo decirles."
"Las damas están experimentando los síntomas del envejecimiento..."
"Como todos los experimentaremos algún día."
"Les recomendamos ponerlas cómodas, no provocarles emociones fuertes y cuidar mucho su alimentación."
Fueron las recomendaciones de los médicos, las cuales dejan un mal sabor de boca a los hombres.
Bruce y Edward en especial se sienten traicionados por los supuestos profesionales en medicina.
Sin embargo las abuelas dieron instrucciones a los médicos para que no dijeran a sus nietos ni una sola palabra de su verdadero estado de salud.
Ellas no quieren inquietarlos ni preocuparlos porque ya están experimentando falla de varios órganos y que ya no pueden caminar como antes.
Las enfermeras más experimentadas se convirtieron en las asistentes día y noche de las abuelas.
Unos días las abuelas pueden caminar sin problemas, pero otro día permanecen en cama.
Los pequeños saben que sus abuelas estan en etapa de transición a otro lugar en el cual el cuerpo no es un caparazón rígido que no permite hacer lo todo lo que quieres.
Emily junto con Cassandra juegan a ser las pequeñas enfermeras de las abuelas.
Emily se recuesta al lado de la cama de la abuela Freda o la abuela Situ mientras las escucha hablar.
Obviamente Sören permanece de guardia custodiando a su bella Emily.
Pareciera que lo inevitable y de lo que las abuelas evitaron hablar durante mucho tiempo ahora avanza de modo acelerado.
"Lorelay, ven aca mi nieta."
"Mi niña, acércate, quiero decirte algo."
Lorelay se acerca a su abuela sentándose a su lado en la cama.
"Mi niña, sabes que mi tiempo en este mundo se está agotando rápidamente."
"Pero antes de irme quiero decirte que estoy feliz de haberte recuperado mi niña."
"Estoy agradecida por haber convivido contigo y entrenado al igual que a tu hermano."
Bruce entra en ese momento a la habitación de su abuela.
"Mis niños, vengan por favor los dos."
A los ojos de la abuela Freda los dos adultos jóvenes parecen sus niños de antes.
Con sus caritas inocentes, sonrientes y sonrosadas.
"Mis niños, quiero decirles que los amo demasiado y que desde que supe que estaban en el vientre de Leila los amé."
"Los esperé con tanto anhelo, con tanto amor y ahora estoy orgullosa de ustedes dos."
"Bruce, eres mi guerrero, mi fuerza, mi poder."
"Lorelay, eres mi sabiduría, la fuerza de tu madre, mi orgullo, mi valentía."
"Pero también quiero pedirles perdón por no haberlos buscado con mas ahínco por unos años."
La abuela Freda estira sus manos para tocar a los dos hermanos quienes toman las manos frias de la abuela.
"Debí haber hecho más, debí haber buscado más, pero con todo lo que pasó, mi hija muerta..."
"El pánico, el caos entre todos los Baek, su padre y sus hombres..."
"Pero después debí de haberlo hecho."
"Debí de haber buscado más en todo el mundo, en todas partes donde hubiera un Baek exiliado."
Unas lágrimas brotan de los ojitos de la abuela Freda, rompiendo en mil pedazos el corazón de los hermanos quienes abrazan amorosamente a su abuela.
"Abuela, estamos juntos y hemos vivido mucho juntos, no fue tu culpa."
"Así tenía que ser, mi hermano y yo teníamos que pasar por todo eso."
La abuela deja de llorar para mirar a sus nietos.
"No."
"No fue justo para ninguno de los dos, eran mis niños, debí protegerlos mejor!"
"Debí proteger a mi hija, a mis nietos, a todos!"
La abuela Freda cierra los ojos presa del remordimiento y el intenso dolor.
Cada palabra pronunciada carga un dolor agonizante que la abuela soporta como su penitencia antes de fallecer.
La penitencia de la abuela Freda es la gigantesca culpa por no haber buscado más a sus nietos durante tantos años.
Y por haber permitido que la depresión de perder a su hija y nietos en una sola noche nublara su razón.
Le dijeron a ella que los tres en ese entonces habían muerto.
Sus seres mas amados muertos en esa noche fatídica.
"Mis niños, perdónenme por favor."
Súplica la abuela a sus nietos.
"Abuela te amamos, los pequeños te aman, nuestro pasado nos fortaleció."
"No hay nada que disculpar abuela Freda."
Declaran al unisono Lorelay y Bruce.
"Mi nieto, te pareces tanto a tu abuelo ahora..."
"Mi niña Lorelay, ahora eres como tu madre, se que ella esta orgullosa de ti."
"Prométanme que serán felices por favor."
"Prométanme que amaran mucho a sus pequeños y que los defenderán con su vida."
"Los amo mucho mis niños, los adoro y también a sus pequeños que son como ustedes."
"Lorelay, mírame."
Pide la abuela pues la niña se niega mirarla a los ojos como Bruce lo hace.
"No me dejes abuela, llévame contigo, no podré vivir sin ti!"
La abuela sonríe amablemente mientras acaricia la carita triste de la nena.
Ataviada con un vestido blanco el cual parece resplandecer la hermosa abuela Freda consuela a su nieta amada.
"Claro que vivirás mi nieta amada."
"Tu hija te necesita, tu esposo te necesita, tu hermano te necesitan."
"Cuando estén más grandes comprenderán..."
"Ustedes son mi orgullo resplandeciente mis adorados nietos."
Un hombre aparece en el horizonte, la abuela Freda fija su mirada en él.
"Mi amor, veniste!"
Declara la abuela Freda con su voz joven y emocionada.
"Freda, te esperé por muchos años."
Los niños miran al elegante y guapo hombre quien los mira.
"Soy su abuelo, mi nombre no importa, ya lo olvide incluso."
"Solo importa que los amamos y son nuestro legado."
"Gracias por acompañar a mi amor de vuelta a mi, mis pequeños nietos."
El abuelo deposita un beso caliente en la frente de ambos niños quienes después miran a los abuelos besarse tiernamente.
"Te extrañé tanto Patrick."
Solloza la abuela Freda en brazos de su amado esposo.
"Y yo a ti Freda, es hora de ir a casa."
"Niños, sean felices, amense mucho, la vida es corta, pero cuando están con el amor de su vida..."
El abuelo miró a la hermosa mujer en sus brazos.
"La vida es una eternidad de amor y dulzura."
Una brisa cálida sopla en ese momento antes de dispersar la neblina en la que se convirtieton ambos abuelos antes de fusionarse en una sola neblina blanca, poderosa, brillante y pura.
Abrazados ambos hermanos despiertan más calmados de su bella sueño.
Ellos tienen que estar bien por sus familias.
Una carroza negra con un ataúd espera en la entrada de la villa de la abuela Freda, el personal funerario entra respetuosamente para llevarse el cuerpo de la abuela Freda.
Lorelay se muestra renuente a apartarse del cuerpo de su abuela.
Bruce tuvo que cargarla para calmar a Lorelay pues ella no permitia al personal realizar su trabajo.
"Mami, no llores.."
Pide la pequeña Emily abrazando a su mami, Lorelay envuelve a su pequeña en sus brazos.
Ahora su mundo entero son Edward, su pequeña, su familia y la abuela Situ.
Todo el mundo Baek se entera del fallecimiento de la gran matriarca Bark, muchas personas vestidas de negro despiden al cortejo fúnebre.
James es el primero en recibir la carroza fúnebre y también el primero en abrazar a su prima quien vuelve a llorar.
Bruce se les une para llorar en silencio.
El crematorio se enciende, el humo de mil colores que sale de la chimenea ofrece un espectáculo hermoso a todos los que lo presencian.
Sobra decir que los pequeños estan felices al ver y sentir en el aire la maternal y fuerte aura de la abuela Freda.
"Lorelay..."
Edward acarició la mejilla pálida de su esposa para consolarla.
"Estaré bien mi amor."
"Estaré bien."
Mil personas que conocieron, amaron y respetaron a la gran matriarca Baek rinden su más sentido pésame.
Las ofrendas póstumas van desde libros raros y hierbas difíciles de conseguir.
Después de obtener las cenizas de la abuela Lorelay se dirige a la villa de de su abuela.
La chica revisa la habitación de la abuela Freda encontrando fotos de su madre, su padre, su abuelo y de ella junto con Bruce, cuando eran muy niños.
Nuevas lágrimas caen de los adoloridos ojos de la chica cuando mira una foto en particular.
La foto es reciente, presumiblemente hecha con Photoshop pues se aprecia la abuela Freda abrazada de un hombre con el nombre Patrick.
Ambos posan en para la foto en un prado verde, detrás de ellos un cielo demasiado azul y limpio se aprecia.
Abrazando a la pareja también esta Leila, la madre de Lorelay, del otro lado Lorelay abraza a Edward quien sostiene en brazos a bebé Emily.
Detrás de la foto Lorelay lee lo siguiente escrito de puño y letra de su abuela.
"Mi familia, mis más grandes amores, en mi corazón siempre están y espero estar en los suyos por siempre."
Lorelay no puede detener el llanto el cual es mezcla de tristeza y felicidad.
Valoro mucho tu opinión y voto!
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