El Socio de mi padre romance Capítulo 16

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Entré de nuevo y tomé todas mis cosas con rapidez, y mientras me despedía de ellos, esperando que Luis Miguel no tocara otra vez, por si quería saludar a mi hermana.

–Ale, Axel, que tengan un bonito día y nos vemos en la noche para lo del aniversario – Me despedí de beso y abrazo de ambos – Ya han llegado por mí.

– ¿Quién? – Axel cuestionó clavando sus ojos en mí – No es que me importe, pero pensé que te llevaríamos con Ale al Tec, cariño.

Por un segundo se me paralizaron los sentidos, no sabía que responderle, ya de esta no me salvaba, yo no le diría, pero mi hermana sí.

–Es que no sabes Axel, pasaron muchas cosas el fin de semana – Ale respondió por mí – Amaia se fue de fin de semana con Luis Miguel, su novio. Pero ya tendremos tiempo de platicar con ellos esta noche en lo del aniversario, con mi hermanita y con su novio.

Axel hizo una cara que no me gustó nada, yo traté de calmarlo con la mirada, le decía que le debía una explicación y después salí, para irme con Luis Miguel. Cuando nos arrancamos en el auto de Luis Miguel, me pude dar cuenta de cómo se nos quedó viendo Axel, desde la ventana de la sala y, ya que íbamos demasiado lejos, le pedí a Luis Miguel, un gran favor.

–Micky, gracias por venir por mí y abusando de tu generosidad, necesito que me hagas un favor. Uno muy grande – Le pedí – Necesito que me acompañes hoy al evento del aniversario del despacho de mi papá y no solo eso, necesito que vayas conmigo como mi novio.

Luis Miguel, se empezó a reír y eso me aterró pensando que no me iba a ayudar. Tenía mucho miedo, si no lo hacía ¿Qué iba a hacer con Ale? Y con Axel, pues él iría acompañado y yo no quería estar sola.

–Nos sincronizamos muy bien Amaia, yo necesito también un favor para mañana en la noche y les dije en mi casa que eras mi novia.

– ¿Qué?, ¿Por qué hiciste eso?

–No sé, por la misma razón, que tú lo hiciste con Ale, pero ya con esto en común me alegra que ambos, como muy buenos amigos que somos, nos haremos el favor. Yo voy como tu novio hoy a lo que ocupes y tú mañana y, además, Amaia necesito que seas mi novia de mentiras por un tiempo.

–Yo también, te necesito y ambos nos ayudaremos, pero al menos si te ayudaré, quiero saber tu motivo.

Nosotros nos conocíamos desde hacía mucho tiempo y cada uno conocíamos a los familiares del otro, y no íbamos a contar cuando nos hicimos novios, si nos preguntaban, muchas veces nos habían visto juntos.

–Mi madre tiene cáncer y ella quiere verme sentando cabeza con una chica, ya sabes por si ella no sobrevive – Él tomó aire – Pero, yo no quiero casarme y eso lo sabes y la única chica que me ayudaría por pensar igual que yo, eres tú.

–Lo siento mucho Micky, lo de tu mamá – Le di la mano – Cuenta conmigo, como tu novia falsa.

–Y tú conmigo, pero te pido lo mismo que me has pedido tú. Que me cuentes por favor tu motivo, no me digas que también quieres quedar bien con tus padres al saberte en una relación formal.

No sabía qué hacer, estaba acorralada y a mí no se me daba bien mentir. Además, no podía usar ese pretexto de mi familia si yo, no me llevaba para nada bien con Prudencia, así que decidí decir la verdad, aquí teníamos que confesarnos y eso iba a hacer.

–Gracias, Ale, Luis Miguel, no debe de tardar en llegar por mí ¿Vienes con nosotros? – Le ofrecí.

–No, Axel va a pasar por mí, espero que sea solo sin la amargada de Cecilia.

En ese momento escuchamos el timbre y por obvias razones yo iría a abrir, Ale aún no había terminado de arreglarse.

–Están tocando la puerta, iré a abrir.

–Si, por favor, Amaia, y si es Axel, dile que me espere un momento, en lo que termino de alistarme.

–Claro, está bien. – Le contesté y me dispuse a abrir.

Fui a abrir la puerta y era Axel, estaba guapísimo con un elegante traje con pisa corbata y sus ojos verdes clavados en mí, nos perdimos en el contacto visual hasta que me hice para atrás y lo dejé entrar a la casa de Ale. Cerré la puerta, esperaba que Ale, no tardara demasiado, para que se pudieran ir con Axel, y yo esperar a Luis Miguel o lo primero que ocurriera.

–Hola, Axel, dice Ale, que si la esperas un poco por favor – Apenas pude decir, se me iba el aire con solo verlo – Ella no se tardará y…

No me dejó decir nada, no me dijo ni un saludo. Me abrazó y me envolvió en sus brazos, atrayéndome hacia él sin que yo, pudiera hacer nada para detenerlo y entonces me besó muy dulce e intensamente haciendo que muriera de deseo, de nervios, de emoción y que la adrenalina del momento se disparara al mil. Estábamos en casa de Ale y ella, en cualquier momento, podía salir y encontrarnos así. Qué arriesgado había sido Axel.

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