Emilia en Busca de Felicidad romance Capítulo 4

Aunque ambos vivían en Valenciora, en Solecia, nunca se habían cruzado. Pero, el nombre de Samuel, ella ya lo había escuchado muchas veces.

Samuel, un tipo de 28 años, exitoso en su carrera, guapo, un titán de la economía de Solecia, controlando una pila de hilos económicos. Era de esos que imponían respeto, a los que todos miran con admiración, y ahora resulta que iba a ser su esposo.-

A pesar de su corta edad, su presencia era poderosa, su seriedad hacía que la gente se sintiera tensa en su presencia. En este momento, en la escena de la boda, parecía que acababa de regresar de un viaje de negocios, sin siquiera tener tiempo para arreglarse, vino a casarse.

Para él, el matrimonio parecía ser solo una formalidad. Parece que tampoco estaba satisfecho con esta boda. Si ese es el caso, que así sea.

Pensando en esto, una sonrisa se dibujó en la cara de Emilia.

Cuando su padre le entregó su mano a Samuel, Emilia sintió que sus dedos estaban fríos. Al tocar la mano de Samuel, sintió el calor de su palma, Emilia inconscientemente quiso retirar su mano.

Samuel reaccionó rápidamente, cerró la palma de su mano y sujetó firmemente la mano de Emilia, que quería retirarse.

Se miraron a los ojos. La mirada de Samuel recorrió el rostro de Emilia y se detuvo en sus ojos, que parecían asustados como los de un ciervito. Sus ojos profundos mostraron un destello especial, como sin que él mismo lo hubiera planeado.

Unos segundos después, él apartó la mirada, ya no la miró.

Sintiendo el calor en sus dedos, Emilia se rio interiormente: parecía que estaba saliendo con un tipo más grande.

Y nadie sabía que la futura novia, Emilia, estaba distraída.

Cuando el sacerdote preguntó: "¿Aceptas a este hombre como tu esposo, prometiendo amarlo, cuidarlo, respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?", el silencio llenó la sala.

Inclinándose hacia su oído, Samuel la amenazó en voz baja: "Si sigues distrayéndote, la familia Valdés quedará mal y la familia Marcías también se verá afectada".

Como una alarma, ¡el corazón de Emilia empezó a latir más rápido!

Sí, esta era simplemente una boda de conveniencia.

Se rio interiormente, desvió la mirada y cuando volvió a mirar a Samuel, tenía una expresión más calmada. Susurró suavemente en su oído: "Entendido, gracias por el recordatorio".

El aliento cálido de la chica pasó por el oído de Samuel, el aroma que emanaba de su cuerpo hizo que la garganta de Samuel se moviera, sus ojos se oscurecieron en un instante.

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