Estos días han sido de sumamente caóticos, pero sobre todo muy buenos.
Conduzo hasta llegar a mi hogar, rápidamente me doy una ducha y me cambio para asistir a la dichosa cena de negocios que tengo con él padre de Anastasia.
Busco algo elegante pero casual, ya que tengo pensando pasar por Margot apenas termine para ir a cenar los dos a solas.
Observo la dirección que me envió y me doy cuenta que se trata de un restaurante exclusivo que se encuentra justo en el centro comercial del centro.
Llego al restaurante, me siento en la mesa que reserve a esperar su llegada.
Sólo espero que no demore, tengo prisa por salir a cenar con mi chica.
"Mi chica"
Durante estos dos días en la casa de mis padres me di cuenta que Margot es una mujer muy encantadora.
Capaz de hacer sonreír a cualquiera, me sorprendió lo bien que le cayó a mi madre y a mi hermana. Sin duda que se haya ganado el cariño de las dos mujeres que más amo en este mundo es lo mejor.
No puedo decir que estoy enamorado de Margot tan pronto, pero tiene algo que hace que no me quiera apartar de ella, que me hace querer estar con ella siempre.
Por eso le dije que dejáramos pasar las cosas, para ver que pasaba con el tiempo.
Miro mi reloj y veo que han pasado ya quince minutos. Me canso de esperar y estoy apunto de levantarme e irme cuando escucho una voz detrás mío.
—Buenas noches, lamento la tardanza.
Me giro y veo detrás mío a Anastasia en un vestido color Beige ceñido al cuerpo, demasiado corto y unos tacones altos.
—Buenas noches, ¿Qué haces aquí?
Murmuró tratando de no sonar grosero.
—Mi padre tuvo un inconveniente, así que vine en su lugar.
Me mira de arriba abajo y sonríe coquetamente.
—Bien, entonces a lo que vinimos, tengo prisa.
Comenzamos a hablar de los negocios, la parte que beneficia la empresa de su padre, como la que beneficiaria la de mía y la exportación de algunos materiales.
Luego de una hora terminamos y acordamos firmar los contratos y demás en unos días.
—Bien, eso es todo —Cierro la carpetilla —. Lo otro lo vemos en unos días con tu padre, fue un placer hacer negocios con ustedes.
Me dispongo levantarme de la mesa, cuando me sujeta del brazo.
—¿Por qué tanta prisa?, no hemos brindado por el negocio que estamos apunto de cerrar.
—Tengo prisa, debo atender unos asuntos más importantes.
Me safo de su agarre y arreglo mi vestido.
—Tienen que ver con esa que dices ser tu novia ¿Cierto?
Espeta con cierto tono que no me agrada.
—No es mi novia —La veo sonreír —. Es mi prometida.
—¿Te vas a casar con ella? —Pregunta asombrada.
—Si, me voy a casar con Margot dentro de unos meses.
—Espera.
Me sujeta del brazo y de repente en sus labios se dibuja una sonrisa.
—¿Qué haces?
Sin mencionar una palabra se acerca y besa mis labios con furor.
Logró reaccionar y la aparto rápidamente de mi.
—No vuelvas hacer eso Anastasia —Espetó enojado —. O me veré obligado a tratarte como te lo mereces, ¿Entendido?
—¿No te gustaría recodar viejos tiempo?, la pasábamos muy bien en aquel entonces.
— Tu lo has dicho, la pasábamos. Ahora estoy comprometido, me voy a casar y no quiero pasarla, ni contigo, ni con nadie.
Me levanto, y me retiro del lugar.
"No sé que estaba pensando cuando me metí con esta mujer"
***
Llego al apartamento de Margot, toco el timbre, pero no hay respuesta alguna.
-Margot, escucha...
Cuelga la llamada, dejándome hablando completamente solo.
Me endurezco rápidamente conmigo mismo y trato de controlarme.
Tengo que resolver este mal entendido con ella, pero primero debo saber donde está.
Rápidamente a mi mente viene una idea de quien llamar. Saco mi móvil y le marcó.
- Qué mi hermano querido me llame a estas horas es raro.
- Siento molestarte, pero necesito saber si tu sabes ¿Dónde pueden estar Paloma y Margot?
- Por supuesto que lo sé, me invitaron pero tenía otros compromisos, pero dime ¿Qué me darás si te digo?
- Abbey , no estoy para jueguitos.
- Si no recibiré nada a cambio pues suerte nos vemos...
- Esta bien, te daré lo que quieras, solo dime donde están.
- Bien, luego te lo cobraré y espero me pagues el favor.
- Te pagaré lo que quieras, ¿Si?, ahora dime dónde están se me agota la paciencia.
- Estan en en antro que abrió hace poco, te envío la dirección a tu móvil.
- Bien, gracias Alanna.
- De nada hermanito, un placer negocios contigo, saludame a las chicas.
Cuelga la llamada y luego de unos segundos me envía la dirección.
Subo a mi auto y conduzco al famoso antro en el centro de la ciudad.
Nesecito resolver esto lo más rápido antes de que empeore...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: En La Cama Y Casada Con Mi Jefe