Victoria observó a Danitza entrar en el despacho de Alejandro. Aunque estaba muy celosa, pensó que habría un nueva vicepresidenta, así que sus celos se disiparon un poco. Podía ganarse a la vicepresidenta para poder lidiar con Danitza.
Victoria no entendía por qué Alejandro se preocupaba tanto por aquella vicepresidenta. Cuando Victoria se enteró de la noticia hace una semana, se puso furiosa. «¿Qué piensa hacer Alejandro? Si viniera una vicepresidenta, ¿yo no tendría más opositores?».
Pero entonces, Victoria pensó que podría hacerse amiga de esta vicepresidenta y así podrían trabajar al unísono contra Danitza. Danitza era la esposa de Alejandro, así que ella era su prioridad, luego de acabar con ella podría ocuparse de los demás más tarde.
Victoria entró en el despacho de la vicepresidenta, donde se estaban llevando a cabo los últimos trabajos de reparación. Miró la decoración del lugar y pudo ver que a Alejandro le gustaba esta vicepresidenta. «¿Quién podrá ser?».Victoria sentía curiosidad.
Danitza no tomó en serio las palabras de Victoria. Desde que Alejandro decidió contratar a esta vicepresidenta, no cabía duda de que ella era alguien capaz y muy útil. Como Danitza no podía ayudarle, no estaba celosa de esta vicepresidenta.
Danitza leyó todos los documentos que Alejandro puso sobre su mesa y comentó todo lo que pudo. Anotó en un cuaderno lo que no le quedaba claro y pensaba dejárselo a Alejandro cuando volviera.
Danitza terminó rápidamente de leer la gruesa pila de documentos. Ni siquiera tuvo tiempo de recuperar el aliento. De repente, Nora la llamó.
—Danitza, ¿crees que Mauricio está loco? Le dije al director que no iría al Grupo Los Pinos. Pero Mauricio amenazó al director con que si no iba, no volvería a tratar con el Grupo HD. —Nora parloteó sin parar. Danitza sostuvo su teléfono a cierta distancia de sus oídos, ya que la voz de Nora era muy estridente.
—Bueno, Nora, habla más despacio. No te entendí ni una palabra. —Danitza aguzó los oídos. Casi ensordeció por la voz de Nora.
—Entiendo, lo quiero decir es que Mauricio es realmente molesto. Insiste en que vaya al Grupo Los Pinos, pero yo no quiero ir. ¿Qué debo hacer? —Nora se sentía avergonzada al pensar en Mauricio y ahora quería evitarlo. Después de saber que Mauricio con el que siempre había soñado, era completamente incapaz de enfrentarse a él.
—Entonces, ¿de qué tienes miedo? Simplemente ve. ¿No es lo que te ordenaron hacer? Después de eso obtendrás una alta comisión. —Danitza no sabía lo que le pasaba a Nora.
—Bueno, aún no te lo he contado. Mauricio es el dueño de mi preciado collar, y ahora que sé la verdad. ¿Cómo puedo enfrentarme a él? —Nora finalmente recordó que no le había dicho a Danitza que Mauricio era la persona que había estado esperando.
—¡¿Qué has dicho?! Nora, no te parece que no estás siendo seria. —Danitza sabía que siempre había alguien en el corazón de Nora. Para Nora, esa persona era como un dios.
—Espera un momento. Hablaré contigo enseguida, ¿estás en la oficina?— Nora sintió que no podía explicarse claramente por teléfono. Tras confirmar que Danitza estaba en la oficina, colgó la llamada y se dirigió a su despacho.
—Danitzaaaa, ¿por qué soy tan lamentable? —Nora entró en el despacho y vio que Alejandro no estaba, así que abrazó a Danitza y lloró.
—No entiendo de qué tienes miedo. Aunque Mauricio sepa que es tu príncipe azul, no te comerá. Solo reúnete con él y gánate la comisión. Si te gusta, mantén el contacto con él, y si no, pues olvídalo. Deja que ese chico tierno del pasado viva en tu corazón para siempre. —Danitza miró a Nora confundida. Nora era mucho más valiente que ella, así que no esperaba que ésta fuera tan cobarde... en este tipo de cosas.
Al escuchar el análisis de Danitza, Nora dejó de llorar. Parecía razonable lo que dijo, así que no había motivo para que sintiera miedo.
Resultó que había perdido mucho tiempo preocupándose por ello. «¿Por qué me olvidé de todo lo que pensaba? ¿Por qué dejé de lado mi corazón?».
—Eso es. ¿De qué tengo miedo? No es vergonzoso que te guste alguien, solo que no sabía que ese chico era él. Danitza, eres la más adecuada para ser secretaria, realmente se te da mejor orientar a la gente. —Nora se iluminó de repente. Abrazó a Danitza y la besó en la mejilla con ferocidad.
—Por cierto, Danitza, cuando llegué aquí, vi que la oficina de enfrente estaba siendo renovada. Escuché que una nueva vicepresidenta iba a asumir el cargo. ¿Qué está pasando? —Después de que Nora entrara en razón, empezó a cotillear.
—No lo sé. solo lo supe cuando llegué aquí hoy. —Danitza negó con la cabeza.
—Danitza, déjame recordarte. Alejandro contrató de repente a una vicepresidenta, así que tienes que tener cuidado. Sus oficinas están opuestas, y a menudo discutirán cosas juntos, por lo que es inevitable que las cosas cambien. ¡Lo que más me molesta es la expresión complaciente de Victoria!, ¡es como si supiera algo!. —le recordó Nora a Danitza.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Encuentro cercano