Encuentro cercano romance Capítulo 260

Danitza estaba hablando con Antonio sobre algo. Cuando entró Alejandro, los dos dejaron de hablar y ambos miraron a Alejandro.

—Sólo vine a servirles agua. Por favor, continuad con vuestra discusión —Alejandro dejó el té y salió. Incluso cerró la puerta tras de sí al salir.

—Bueno, ¿te has decidido a hacerlo? —Antonio tomó un sorbo de té y preguntó a Danitza.

—Sí. Voy a hacerlo. No quiero flaquear más —Danitza asintió con firmeza.

—De acuerdo, te ayudaré —Antonio asintió. Ayudaría a Danitza incondicionalmente mientras fuera lo que Danitza quisiera hacer.

—Sr. Hernández, nuestra mercancía fue entregada la última vez, pero la otra parte no ha pagado. Esta vez, la han rechazado directamente porque la mercancía es defectuosa —El jefe de ventas entró corriendo en el despacho de Alfonso, jadeando.

—¿Qué? ¿Mercancías defectuosas? La calidad de nuestros productos siempre está a la altura. ¿Por qué no ha alcanzado el estándar esta vez? —Alfonso se sorprendió. El Grupo HD había invertido mucho dinero en la mercancía.

—No lo sé. Esta es la mercancía devuelta. Lo he comprobado. De hecho, son nuestras producciones. Pero nuestras producciones han sido inspeccionadas —El jefe de ventas tenía en su mano varias mercancías no calificadas.

—¡Sr. Hernández, malas noticias! Esos inspectores de calidad han desaparecido sin motivo. Llevan varios días sin venir a trabajar —El responsable del departamento de RRHH se presentó en el despacho de Alfonso para informar.

A Alfonso le dolía la cabeza. Cada vez, la otra parte pagaba la primera mercancía sólo después de recibir la segunda. Si la segunda mercancía no estaba calificada, el Grupo HD obtendría mucho menos dinero por la primera mercancía, e incluso tendría que indemnizar a la otra parte por la segunda mercancía defectuosa.

—¿Cómo pueden ocurrir tantas cosas al mismo tiempo? ¿Hay alguien detrás? —Alfonso escuchó de repente tantas cosas y se sintió un poco abrumado. Nunca se había encontrado con tantas cosas problemáticas al mismo tiempo.

—Ve a averiguar qué está pasando. Que vuelvan esos inspectores de calidad y pregunten quién está detrás —Alfonso casi rugió a sus hombres.

—Sí, voy a comprobarlo ahora mismo —El director de ventas y el director del departamento de recursos humanos salieron entonces.

—Alfonso, mira a tu buen hijo. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no me lo cuentas? —Fernanda entró con un periódico en la mano. Lo golpeó contra el escritorio de Alfonso con rabia.

Alfonso abrió el periódico y vio el titular: —El segundo hijo de la familia Hernández ha malversado cientos de millones de fondos públicos —Además, estaban las fotos de Paulo y su amante en la calle, y las fotos de su chalet de lujo. Todo eso quedó al descubierto.

Estas cosas sobre la familia Hernández se difundieron en Internet. Pronto, las visitas superaron las 10.000, y siguen aumentando.

—Papá, papá, estoy demasiado avergonzado para ver a alguien ahora. ¿Qué debo hacer? —Ema lloró y entró corriendo en el despacho de Alfonso, mostrando el vídeo en su teléfono a Alfonso.

Ema estaba bebiendo té con algunas señoras ricas en ese momento. No sabía qué zorra había visto el vídeo primero y se lo había enseñado a todos. Entonces, esas personas la miraron con desprecio. En poco tiempo, todos se mantuvieron alejados de ella, como si fuera un virus.

Alfonso observó aquellas cosas y un chorro de ira le recorrió. Se sintió un poco mareado.

Alejandro llamó a su secretaria, que le contó lo que había pasado hoy.

El Grupo HD sufrió de repente un cambio así, lo que molestó a Alejandro. ¿Qué estaba pasando? Debía haber una persona poderosa que pudiera hacer que el Grupo HD sufriera un golpe tan fuerte.

Los recientes y frecuentes encuentros de Danitza y Antonio hicieron sospechar a Alejandro. ¿Podría ser Danitza? Era imposible. ¿Por qué Danitza haría eso?

—El paciente está en malas condiciones. No se le puede irritar. Ustedes sólo pueden decir algo que lo alegre. Asegúrense de recordarlo —Alfonso fue empujado fuera de la sala de urgencias. Los médicos sudaban nerviosamente. El jefe de la familia Hernández enfermó de repente. Si no lo salvaba, tal vez no podría vivir bien en Ciudad R.

—Bueno, ya veo. Gracias, doctor —dijo Alejandro al médico.

—Alejandro, ¿qué ha pasado? ¿Por qué se ha desmayado papá? —Laura se apresuró a venir en cuanto bajó del avión. Estaba ansiosa al saber que su padre estaba enfermo.

Laura había vuelto a su vida anterior recientemente. Solía ir a trabajar para acompañar a Danitza. Ahora que Danitza ya no trabajaba en el Grupo HD, Laura estaba libre y viajaba a menudo con sus amigos.

—Algo va mal en la empresa. Papá se enfadó demasiado y se desmayó. Pero ahora está bien. Acuérdate de no enfadarle —le dijo Alejandro a Laura.

—OK, ya veo. Esa es Ema, ¿verdad? ¿Por qué llora con tanta tristeza? ¿Alguien tuvo un accidente? —Al ver que Ema lloraba tan fuertemente, como si alguien hubiera muerto, Laura estaba un poco confundida.

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