ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA romance Capítulo 14

La tan ansiada libertad se sentía como volver a la vida, estar aterrada todo el día pensando que en cualquier momento puedes ser devorada o asesinada por un lobo es algo muy difícil de soportar

— Puede irse, doctora Rodríguez, el Alfa Ivanov, a ordenado que la dejemos en libertad, le deseo que tenga una buena vida — volvió a decir el beta Igori

— Temperace, sintió una profunda alegría en su corazón, el hombre lobo salvaje, no se encontraba por ninguna parte, eso lo hacía más real, debería apurarse entonces, salir de ahí de prisa, pero... la forma en la que los lobos de apresuraban a ofrecerse para ayudar, muy lentamente subió a la habitación a ponerse los zapatos, se iría de ahí de inmediato

— Horas más tarde, el beta Igori e su forma de lobo, llegaba a la pequeña manada Luz de luna de nuevo, el Alfa Alexander lo apreciaba a la distancia, pero había alguien en su lomo, su beta no venía solo

— Un largo cabello oscuro ondeaba precioso con el viento, el hermoso cuerpo de la mujer, se movía al compás de los movimientos del beta, conforme avanzaba y Alexander estaba seguro de quién era esa figura, sus celos crecieron dentro de él, todos sus instintos lo incitaban a matar a su fiel beta y mejor amigo, el traía a su luna con él, la llevaba sobre su lomo, ella se sostenía agarrada del pelaje, ¿cómo se atrevía, Igori? ¿cómo se atrevía ella?

— El beta, sabía lo que podía significar traer con él a la luna de su Alfa, se sabía lo posesivos que eran con sus mates y que mataban sin compasión al cualquiera que se les acercara, su vida estaba en grave peligro

— ¡¿Acaso quieres morir, Igori?! ¿por qué has traído a la humana a la manada? ¿no fui claro cuando te dije que la dejaras en libertad? — la furia del Alfa estaba sin control

— Lo siento Alfa, mi luna me a obligado, ella no se rinde, se enteró que había muchos heridos en la manada y quiso venir a ayudar, trate de persuadirla por todos los medios, pero ella me ponía esos ojos de cachorro triste, ¿cómo podía negarme?

— ¡Con un rotundo no! ¿creés que es lugar para una humana como ella? ¡esto es casi una masacre, no lo va a soportar!

— Hermano, necesitamos toda la ayuda posible, hay demasiados heridos y muchos cachorritos que también fueron atacados, sus padres están inconcientes, no pueden cuidar de ellos en este momento, dejala quedarse, por lo que veo es una doctora — André, gobernador de la manada Luz de luna y hermano de crianza del Alfa Alexander, abogaba por Temperace

— La doctora bajó del lomo del beta, el lobo de inclinó para que ella pisara sin problemas, llevaba su maletín de trabajo, un uniforme azul de médico de pantalón y camisa azul, también llevaba su gorro azul de trabajo, tal como vestía cuando entraba a cirujía, Tempece había obligado a Igori, a qué pasaran a su casa a cambiarse, ella venía preparada

— ¡He dicho que no! ¡saquenla de aquí de inmediato, ella no pertenece a nuestro mundo! — el Alfa insistía en no dejarla quedar

— Lobo, déjame quedar a ayudar, soy médico, puedo ser de ayuda, cuando la situación esté controlada me iré y no volverás a verme — la bella doctora pedía, había estudiado medicina por qué deseaba salvar vidas y ayudar a quien más lo necesitara, se podía haber ido ya, pero al ver la situación, no lo haría de ninguna manera

— ¿Por qué eres tan terca? ¡si te quedas estarás por tu cuenta, todos están ocupados ayudando, nadie va a tener tiempo para sacarte de aquí pronto!

— Está bien, entiendo, ahora por favor díganme, ¿por dónde empiezo?

— ¿Le gustan los niños doctora....?

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