ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA romance Capítulo 5

La reunión del día anterior se había convertido en una matanza y un caos, pero a veces era necesario derramar sangre para un bien mayor a futuro

— El Alfa Alexander, había tomado el poder pero a diferencia del Alfa greco, no había sido por la fuerza, los Alfas más poderosos del mundo se habían inclinado ante él, reconociéndolo así, cómo su único rey

— La mañana se asomaba por lo grandes ventanales de la mansión Ivanov, Temperace se despertaba de a poco, alguien la había dejado inconciente después de que aquel hombre de rostro atractivo y peligroso, le rugiera furioso

— La doctora se revisó las ropas, temía que alguien le hubiera hecho algo aprovechando que estaba inconciente, afortunadamente todo estaba en su lugar, suspiro aliviada mientras se llevaba una mano al pecho, si algo le hubiera pasado preferiría no seguir en este mundo

— Temperace, recordó todo lo que había pasado la noche anterior en la reunión, cómo todas esas personas se transformaron en salvajes lobos, fue realmente aterrador presenciar esas escenas tan sangrientas, nunca en su vida se habría imaginado siquiera llegar a ver a verdaderos hombres lobo

— Un momento... ellos... ellos me han traído, ¿qué me van a hacer? ¿querrán asesinarme y comerme? — la doctora entró en crisis, el llanto fluía por su bellos rostro y su cuerpo temblaba de miedo, lo único que pido hacer es abrazarse a la almohada a esperar tal vez... su muerte

— En el despacho, el Alfa Alexander estaba de un humor de los mil diablos, la noche anterior, su beta, Igori, sin saber que la doctora era la mate de su Alfa, la noqueó dejándola inconciente, esto le valió un derechazo del furioso, Alexander, que lo dejó mal herido

— Cálmate, Alexander, no todo es malo, encontraste a tu luna, a la que llevabas más de mil años buscando — habló el beta tratando de tranquilizar a su exaltado y malhumorado Alfa

— ¡mil años! ¡mil malditos años buscando a mi luna, para que al encontrarla haya resultado ser una humana! ¡no lo acepto! ¡no la acepto a ella cómo mi mate y pareja destinada! ¡quiero otra, les devuelvo a esa doctora humana que no me sirve para nada!

— Alexander estaba muy ofuscado, no había podido dormir en toda la noche pensando en que su vida con una mate humana, se había convertido en una m*****a broma, no podía, no aceptaba su destino, la diosa luna debió haberse equivocado con él, seguro fue eso, le mandó la mujer equivocada, lo único que quería ahora era aclarar el asunto y devolverle a la diosa luna a la inútil mujer que estaba en una de las habitaciones de su casa

— El beta Igori, creyó que había escuchado mal — ¿regresarla? ¿es una broma verdad, Alfa? nunca antes escuché que un licàntropo regresará a su mate a la diosa luna

— Bueno pues, siempre hay una primera vez, ¡quiero que me la cambie! que me dé una loba, una cambia formas, una vampiro, lo que sea menos una mujer humana — el Alfa no entraba en razón, lo que quería hacer era completamente imposible, en el fondo él lo sabía, pero en éstos momentos estaba en negación

— ¡Es imposible, Alexander, no puedo creer que estés pensando en hacer algo tan absurdo! sabes tan bien como yo, que la diosa luna nunca se equivoca, si ella te mando a la doctora cómo luna, debe tener sus razones, ¡tú no puedes rechazarla aunque sea una humana! — el beta Igori, sin querer y falto de paciencia, levantó la voz a su descontrolado Alfa, lo que ocasionó que Alexander lo reprendiera

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