ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA romance Capítulo 7

Un sueño profundo había vencido al lobo Alfa y a su luna, ella estaba agotada emocionalmente y él no deseaba otra cosa que tenerla a su lado

— Temperace, en su descanso, se había abrazado al sedoso pelaje negro de Luken, en su interior el lobo estaba feliz, por fin había podido tocar a su mate

— La doctora fue despertando poco a poco, sus negras pestañas se movían como un par de mariposas, al ver el enorme lobo negro que había incluso doblado las patas de la cama, frente a ella, un grito de pánico se escuchó por toda la mansión

— Temperas, saltó fuera de la cama señalando a Luken ¿ qui... quién eres tú? ¿por qué estás en mi habitación? ¿has venido a comerme verdad? vas a matarme lo sé — la bella joven se dejó caer al piso llorando, ya no lo soportaba más — está bien, solo hazlo, alimentate de mí y liberarme de éste tormento

— Luken la miraba con tristeza, él jamás podría hacerle daño a su alma gemela, él la amaba con todo su corazón

— El lobo bajó de la cama y se acercó a Temperace, lentamente, ella esperaba que la mordiera, esperaba sentir un dolor atroz, su cuerpo temblaba sin poder controlarlo, moriría por las garras de ésta bestia, ella estaba totalmente indefensa ante tan poderoso y fuerte lobo, cerró los ojos esperando su final

— Luken, dió un lenguetazo en el bello rostro de Temperace, esa era su forma de darle un tierno beso, la doctora abrió los ojos asombrada, de niña había tenido un cachorro que le daba muchos besos, eran inseparables hasta que murió de viejo, así que estaba familiarizada con la muestra de afecto de los canes

— Escucha, luna, no te voy a hacer daño, jamás lo haría, tú eres lo más sagrado para mí, eres mi alma gemela, mi mate, eres la dueña de mi corazón

— Temperace, dió un pequeño salto hacía atrás impresionada por escuchar hablar al enorme lobo — ¡no puede ser, qué carajo, puedes hablar! ¿acaso me estoy volviendo loca? — la doctora negaba con la cabeza, ésto está fuera de toda lógica — ¿cómo puede estar pasando me esto a mí? — se repetía una y otra vez

— Cálmate, luna, estás hiperventilados, soy tu Alfa, debes acostúmbrate a mí, no soy una bestia ni voy a comerte, solo quiero amarte

— La joven doctora no fue capaz de resistirlo, cayó en la inconciencia frente a Luken, su mente y su razonamiento no estaban preparadas para tener un encuentro con el rey Alfa, fue él quién ya no pudo esperar a verla, ya no había más que hacer, solo esperar a que despertara y enfrentar su reacción

— El lobo se transformó y volvió a ser Alexander, de nuevo, el hombre cargó a Temperace en sus brazos, más no podía dejarla en esa cama que Luken, había destruido con su gran tamaño, así que caminó a su habitación y la depósito suavemente en su propia cama

— El Alfa, dejó a su luna descansando en sus aposentos, entró a su despacho y se sirvió un trago de whisky, su lobo había sido muy audaz en dejarlo dormido para ir a ver a su luna, causa de eso le había causado un shock emocional

— ¡No debiste desobedecerme, Luken, mira como la has dejado! — Alexander le hablaba por el link a su lobo, Luken se encontraba deprimido, no le respondía nada, él no deseaba que ésto pasara, se había sentido también descansar y dormir al lado de su luna

— ¿No respondes verdad? ¿ahora que voy a decirle cuándo despierte? querrá saber quién eras y que hacías en su habitación, y yo... no puedo decirle que soy yo, que tú y yo somos uno solo, ¿cómo le digo que una parte de mi la ama con locura y otra parte la rechaza?

Mientras tanto, en la mansión Thompson, el Alfa se encontraba mal herido, su cuerpo estaba sanando lentamente por que había sido atacado por un Alfa poderoso como lo era Alexander Ivanov, cada ardor y cada dolor lo hacían odiarlo más, si pensaba que se iba a salir con la suya tan fácilmente y que él se rendiría en lo que se había propuesto, estaba muy equivocado

¡Stefan¡ — llamó el Alfa a su beta

— Dime, Alfa, ¿qué necesitas?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA