Punto de vista del autor..
El pecho de Selene se contrajo mientras trataba de respirar con normalidad y su visión se volvió borrosa por todas las lágrimas en sus ojos.
—¡NO! … . —su voz se quebró.
Adán vio dolor y miedo en sus ojos.
—Ejecuta Selene... y recuerda una cosa... nadie debería saber nunca que perteneciste a Redstone. Ni una sola alma.
—¿Qué estás diciendo? Esta es mi única identidad. No soy una salvaje.
—Tú eres el peor. Tienes sangre de traidor en tus venas. Incluso la diosa de la luna te perseguirá. Te matarán pase lo que pase. Vienen por nosotros. Selene, no puedo ir contigo... corre... corre... corre ahora mismo.
—No me iré sin ti...—pero antes de que pudiera terminar, Adán cayó sobre su lado izquierdo.
Se dio cuenta de cómo tenía una hoja de plata perforada en la espalda.
—¿¡ADAN!? —Selene trató de obtener esa espada, pero Adán se apresuró a golpearla.
Adán gruñó en el suelo y estaba haciendo esfuerzos fallidos para ponerse de pie.
—Están aquí... Puedo oírlos... Selene... correr.
—¡No correré! No sin ti. Y, papá... ¿Dónde está papá? Iré a buscarlo. Espera aquí. Encontraré ayuda…
Sintió que alguien tiraba de ella y miró su espalda para encontrar a Diana tirando de ella.
—Él no sirve para nada. No puede correr y salvarse a sí mismo ni nada. Somos demasiado jóvenes para lidiar con lo que sea.
Selene entrecerró los ojos y empujó a Diana con todo lo que pudo.
—¡No! No dejaré, es mi hermano. Puedes irte si quieres, pero yo no puedo dejar a mi hermano. Él es mi Adán... mi hermano.
Adán notó gruesas lágrimas deslizándose por sus mejillas antes de girarse para caminar hacia la entrada.
Adán miró a la doncella de su hermana y unió su mente para solicitarla.
—No la dejes aquí. Llévatela... por favor por favor ayuda a salvar a mi hermana y a su bebé —dijo todo esto todo el tiempo mirando a su hermosa hermana.
Era demasiado inocente y mimada para el mundo real o cualquier mundo donde no hubiera un Adán o un Kanu a su lado.
Diana jadeó, ante la repentina revelación ¡Selene estaba embarazada! Ahora podía entender todo.
—¡Por favor! —Adán imploró, haciendo que Diana volviera en sí.
Diana corrió atrás de Selene y tiró del cabello con tanta fuerza que la desorientó por un momento.
—Tenemos que irnos o estaremos muertas.
Diana todavía estaba tratando de jalar a Selene cuando encontró a otros cuatros lobos frente a ellos.
Gruñían y gruñían mostrando sus enormes dientes.
Ambas chicas estaban muertas de miedo al encontrar una luz siguiendo a esos lobos.
Podían decir que venían muchos.
Pronto, aparecieron alrededor de cinco hombres con antorchas en sus manos.
Selene se dio cuenta rápidamente de que uno de ellos era el asistente personal de su padre que era su jefe de guardia, Rony.
Por un momento, Selene esperó que estuvieran aquí para ayudarlos, pero cómo solo se quedaron allí y se negaron a actuar, susurró: —¿Rony?
Diana tomó su mano con más fuerza y le dijo: —Él no está aquí para ayudar.
Pronto esos cinco hombres se abrieron paso y Selene notó que Enzo estaba allí.
Sosteniendo el brazo de Selene, Diana comenzó a dar sus pasos hacia atrás.
—Por favor... déjanos ir...—Diana imploró y solo podía esperar que se salvaran.
—¡Oh, mi diosa! ¿Qué hemos encontrado aquí? El pack de la princesa de Red Stone. ¿No es así? —preguntó Enzo quien era el hermano de la esposa del rey Alfa.
Selene pudo sentir que algo andaba mal cuando Enzo comenzó a caminar hacia ellas.
—Nosotras... nosotros... nosotros... realmente necesitamos ne-necesitamos ayuda... p-por favor.
—O creo que debería matarte... y asegurarme de que un traidor no respire más de lo necesario —Enzo se detuvo a unos metros de distancia, pero Adán estaba bastante cerca de él.
De repente, Selena vio a su hermano adoptar la forma de un lobo y arremeter y morder al hombre, agarrándole con fuerza del brazo.
—¡Adan! —Gritó Selene.
—¡Llévatela! —le dijo Adan con todas sus fuerzas.
Diana se apresuró a coger la mano de Selene y corrió hacia delante.
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